CAPÍTULO 7: Orígenes

3.3K 184 37
                                    

- Quiero que te descontroles. Que congeles, quemes o vueles lo que te dé la gana, pero mientras lo hagas, quiero que me escuches y que hagas lo que te diga. ¿De acuerdo? -  repite Kesha al ver que me he quedado en blanco. 

- ¿Estás loca? No puedo hacer eso encerrada entre cuatro paredes, ¿quieres que te mate? - contesto estupefacta.

- Haz lo que te digo. Necesitas aprender a controlarte y no hay mejor forma que esta. - añade apartándose de mí y colocándose en una esquina de la habitación. 

Cierro los ojos y me concentro en el suelo que empieza a congelarse, pero por mucho que intento descontrolarme y ser más agresiva, no puedo. Abro los ojos y veo que solo la parte del suelo donde estoy sentada se ha congelado. 

- ¿Se puede saber que mierda es esto? - grita Kesha impaciente. - Quiero ver a Isabella, la chica que duerme fuera para no matar a sus compañeras, la que se muerde las uñas, la que llora y siente. Ahora mismo, lo único que veo es una tía rara que parece aficionada a la meditación y lleva un cartel que pone "No violencia" en la frente. Ya que estás, fúmate un porro y empieza a dar discursos en el foso sobre la libertad. 

- ¿Qué quieres que haga? No puedo hacerlo, no me sale. - contesto frustrada

- Me da igual que no te salga, piensa en algo que te enfade, entristezca o te ponga nerviosa. Pero por favor, siente, porque ahora lo único que eres es un bloque de hielo. 

- No es tan fácil. Si te digo que no me sale es porque no me sale. - refunfuño dejándome caer sobre el suelo.

- Joder, pues ojalá te hubiera salido cuando entraron esos guardias y empujaron a Hugo contra la pared porque, probablemente, continuaría vivo y no estaría en un puto hospital luchando entre la vida y la muerte, esperando a que vayas a visitarlo de una puñetera vez. 

- ¡¿Qué has dicho?! No te atrevas a mencionar su nombre o... - grito histérica sin dejar de preguntarme cómo sabe todo esto. 

La temperatura de la habitación empieza a subir y, a mi alrededor, aparece una capa de fuego que me rodea mientras que, en las esquinas de la habitación, empiezan a crecer un par de estacas de hielo en dirección a Kesha.

- Ojalá te hubiera salido en la pelea, no solo porque nos hubieras ayudado a Dunna y a mí, sino porque también hubieras protegido a Clyn. La abandonaste cuando más te necesitaba y, aunque ella se ha abierto contigo sobre sus penas, tú no le has contado nada sobre las tuyas. Desde el momento en el que llegaste has sido un estorbo y lo sabes, debe de ser eso lo que te tiene tan traumatizada. Desde pequeña esperando poder ser lo suficientemente buena para poder encajar en algún sitio, tener amigos y dejar de ser la mierda que en realidad eres... Pero te han llevado hasta la otra punta del universo y, aun así, no puedes dejar de sentirte así. Es increíble que, incluso a millones de kilómetros de tu casa, nadie pueda quererte. Lo que me hace pensar que, puede que no sea necesariamente el entorno el que no te acepta, sino que eres tú y solo tú, la culpable de que nadie te vaya a querer en tu puta vida. Qué pena que la única persona que te quiso y te mostró su apoyo, esté tumbado en una cama de hospital inconsciente por tu culpa. 

Cada palabra que dice es como una estaca en el corazón que me duele muchísimo más que cualquier otra cosa. Sin darme cuenta, empiezan a caer lágrimas de mis ojos y la habitación empieza a incendiarse, aunque crecen estacas de hielo de las paredes. No puedo parar de llorar y el suelo tiembla como si de un terremoto se tratase. Entre todo este caos, empiezo a oír una suave voz que proviene de la esquina de la habitación.

- Isa... Respira hondo. Concéntrate en tu respiración, en la razón. No dejes que lo que estés sintiendo influya. 

Sé que una parte de mí puede oírla, pero otra gran parte no quiere escucharla. El ruido de los truenos tampoco ayuda. Hace unos minutos ha empezado una gran tormenta en el exterior del recinto. Grito con todas mis fuerzas intentando evitar lo que parece ser una catástrofe y, cuando todo parece estar a punto de estallar, el descontrol desaparece. 

LOS SECRETOS DE BIALYA #1Where stories live. Discover now