for god's sake, what's wrong with y'all?

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Respiración pesada, mejillas rojas y manos sudando.

Si.

Esa era la reacción que Brendon tenía al mirar a Dallon completamente arreglado, pues además del maquillaje, ya portaba con el dichoso traje negro, el cual le hacía ver incluso mejor de lo que ya se miraba.

Brendon nunca creyó que en su vida podía ser más gay de lo que ya era.

—¿Te parece que está bien?— Dallon se vio a sí mismo, bajando la mirada para verse desde la primera persona. —Lo saqué del armario de Seaman, digo, no medimos lo mismo pero este traje le quedó grande, así que me lo dio.

Brendon no le prestaba atención a lo que decía porque estaba demasiado embelesado.

Pero una cosa si tenía clara.

Se veía tan bien, que de nuevo se imagino acorralado contra la pared.

—Breeeeendoooooon.— Llamó Dallon, moviendo la mano de arriba a abajo frente al rostro del más bajo, quién por fin pudo reaccionar. —¿Estás bien?

—Eh...— Parpadeó más de tres veces seguidas para luego reír un poco nervioso y asentir. —...Si ¿Qué decías?

—Que si crees que el traje está bien.— Dallon se acercaba al espejo para apreciarse mejor. En ese momento estaban en el pequeño salón donde habían retomado el beso pendiente.

—Más que bien.— Mencionó sin ninguna vergüenza. —Me tienes a tus pies.

Dallon soltó una risa.

—¿Estoy hablando con el verdadero Brendon? Porque ese comentario no es normal.

El menor solo rodó los ojos e ignoro lo dicho, caminando hasta acercarse a él desde atrás con toda la intención de rodear su cintura en un abrazo demasiado fuerte.

Eso, aunque le pareció tierno a Dallon, también lo desconcertó.

—¿Qué sucede, Brendon?

—Nada...— Ajustó su agarre sobre él y apego más su cuerpo a la espalda del más alto. —Solo quería darte las gracias por todo, otra vez.

Quedaron unos segundos en silencio, disfrutando de la calidez que sus cuerpos desprendían. En esos pequeños instantes, lo único que se escuchaba en la habitación era el débil y torpe movimiento de Dallon para girar en su mismo lugar sin soltarse ni un momento del agarre de Brendon y así, poder quedar frente a frente con él, devolviéndole el abrazo.

Un abrazo donde las manos recorren con suavidad un pequeño camino sobre sus espaldas.

Un abrazo donde cada vez están más juntos, como si estuvieran cerca de tomar el sendero correcto.

Cálido, lindo, acogedor y seguro.

Porque un abrazo de la persona que amas siempre se sentirá como el destino al que tanto has estado esperando por llegar.

—¿Estás seguro de querer ir a la tarima?— Mencionó Brendon de la nada, con la voz en un susurro débil.

—Ya te dije que no tienes de que preocuparte.— Las graves palabras de Dallon rozando su oído y haciendo a su piel erizar eran una de las mejores sensaciones que Brendon podía tener. —Ya hablamos de esta, yo me encargo.

—Bien.

Permanecieron refugiados el uno en el otro poco más del tiempo pensado, pero se separaron en cuanto escucharon el ajetreo fuera del salón, indicando que pronto todo el show iba a comenzar.

Así que Dallon, con toda la seguridad del mundo, salió dispuesto a demostrarle al mundo que no había nada que temer.

Pero ¿A quien engañaba?

be my model ;; brallonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora