be my model ;; brallon

be my model

Era la primera vez en ese corto periodo de tiempo que Roberts quitaba su cara de culo para mirar a Dallon con sorpresa.

¿Un chico haciéndola de modelo femenino?

Sonaba interesante.

Y le recordaba a una historia divertida.

Historia que no es importante ahora, por cierto.

Así que de la nada, solo empezó a reírse por lo bajo.

Fue una risa curiosa.

Una risa por la que Halsey y Hayley la miraban sin entender.

Una risa con la que Luke mantenía la reacción neutra.

Una risa con la que Dallon no frunció el ceño hasta que se volvió aparatosa.

—¿Eres idiota? Por supuesto que no.— Le contestó ella aún riendo, cruzándose de brazos para poder mantener una postura retadora ante él. —¿Desde cuándo has visto a un hombre haciéndola de "modelo femenino", eh?

—¿Hay algún problema con eso?

—Si, corazón. Un problema mental.— Escupió sus palabras, llevando su dedo índice hasta apuntar su propia cabeza, aún con una sonrisa cínica bien puesta en el rostro. —¿Qué te dice la palabra femenino? Que es para mujer, ¿Cierto? Cosas como el maquillaje, la decoloración, el vestuario llamativo e incluso la pintura de uñas... Dime, ¿Qué te hace creer que eso es para un hombre? ¿Un trastorno? ¿Un desequilibrio?

Los tres presentes ante la de cabello naranja estaban en silencio, escuchándola hablar con el tono de voz más despectivo posible.

¿Y Dallon? Dallon simplemente no entendía como la mujer frente a él podía hablar de ese modo.

Y tampoco comprendía porque Hemmings, quién reunía todas las características mencionadas, seguía con el semblante tan despreocupado.

¿Realmente no le importaba?

¿O era que tal vez había jerarquías bastante impuestas y el rubio estaba por debajo de ella?

—¿Cómo puedes decir eso cuando... entre los jueces está Luke?— Dallon señaló al rubio, pero su vista no la despegó de los ojos de Roberts. En su lugar, Luke siguió sin hacer ni decir nada al respecto.

—¿Luke?— Alzó una ceja y después volvió a reír. —¿Crees que me importa lo que piense o sienta un rarito como él?

—¿Qué dices?— Los pensamientos de Dallon se escapaban por su voz. —¿Cómo te atreves a hablar así? ¡Luke no es ningún raro!

—Oye, claro que lo es, ¿No lo estás viendo?— Se giró en dirección al rubio, extendiendo su brazo con "asco" para señalar todas y cada una de las cosas con las que etiquetaba al joven. —Ningún "hombre" que realmente sea hombre, tendría porqué arreglarse de ese modo.

Luke no dijo nada ante el comentario de Roberts y las otras dos chicas estaban en completo desconcierto, sin poderse creer lo que oían.

Dallon no podía tolerar el escuchar más de esa mierda.

Le frustraba saber que era por esa clase de gente que muchas personas se privaban de la capacidad que tenían de hacer con su vida lo que quisieran.

Le dolía saber que había personas que tenían que aferrarse al dolor de la aceptación social para no sufrir las críticas que traía consigo la libertad.

Pero... ¿En verdad podía llamarse libertad? ¿Qué no se supone que la libertad era poder ser y dejar ser? ¿Qué de libre era el tener que lidiar con las críticas, los prejuicios, las burlas y el odio?