Chapter Forty-Two

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Aunque el inicio del verano estuvo lleno de drama adolescente y un poco de drama del Inframundo, Elspeth se encontró disfrutando el resto de ello. Por fortuna, Hades se encargó de la situación con Alice, Sirius y James, prometiendo que ninguno recordaría el incidente. Pareció ser cierto porque la siguiente vez que Elspeth vio a Alice, la mujer no comentó nada al respecto. Eso alivió a Elspeth, ahora que no tenía que preocuparse por ningún interrogatorio y podía disfrutar del limitado tiempo que tenía con Alice y Frank. Desafortunadamente, ambos estaban en un momento crucial de su entrenamiento, así que no podían visitar tanto como querían, pero ella agradecía cada momento que tenía con ellos.

Y aunque había tomado la oportunidad para escribirle a Lily, explicándole la situación, no recibió ninguna carta de respuesta. Pero eso no molestó a Elspeth tanto como pensó que lo haría, de hecho, notó semanas después que no había recibido nada de correo. Parecía que Sirius y James también se habían rendido en enviar cartas de disculpa, seguramente tomando la indirecta de que no iba a responder hasta que estuviera lista, sin importar cuantos Vociferadores le enviaran.

Así que, mientras sus padres trabajaban, Elspeth pasó un montón de tiempo en el Inframundo, más que nada molestando a Hades con su compañía, o al menos eso decía el Dios. Siendo sinceros, él parecía esperar su presencia cada día, usualmente era el primero en darse cuenta de su llegada. Y aunque decía que no tenía que visitar todos los días, en los días que no iba porque pasaba tiempo con sus padres, se encontraría un tanto perdido sobre qué hacer.

No le tomó mucho a los padres de Elspeth darse cuenta de que el Dios desarrolló una debilidad por su hija. El hecho de que no la destruyera después de que se atreviera retorcer uno o ambos de sus pezones, mostraba que se había convertido en una favorita. Caelan decía que si él hubiera intentado hacer tal cosa, se habría encontrado con el peor destino existente antes de que los pezones de Hades pudieran siguiera endurecerse. Pero los Hayes no podían quejarse, la familia ya estaba bajo la protección del Dios y si Hades estaba dispuesto a añadir un poco más de protección para proteger a su hija y cuidarla, entonces no veían nada malo en ello.

Cada día que pasaba en el Inframundo, Elspeth regresaba diciendo que había aprendido algo nuevo y eso hacía que los adultos se sintieran mejor. Había una gran oscuridad cerniéndose sobre el Mundo Mágico, aquellos que practicaban Artes Oscuras parecían crecer en números. Sabían que Elspeth también aspiraba a ser una Aurora, pero estaba a su favor eso de poder protegerse si algo sucedía. Necesitaban el consuelo extra de que Elspeth estaría bien, porque ésa era su prioridad por sobre todas las otras cosas en sus vidas.

Hades sabía eso muy bien, cuánto significaba la chica para sus padres. También era muy querida por Perséfone y él. A veces era increíblemente descarada, otras veces obstinada y cabeza dura, ruidosa y en general, a veces una peste, también era cariñosa, divertida y traía una luz al Inframundo que le recordaba a Hades a cuando Perséfone se fue a vivir con él. Quizá Perséfone sintió lo mismo, empeñándose en tener a la chica más cerca que cualquier otro familiar de la familia Hayes.

HOMONCULOUS |Era de los Merodeadores [ESPAÑOL]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora