Chapter Twenty-Four

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Elspeth aprendió de Hades que no se trataba solamente de desaparecer, se trataba de manipular las sombras a su alrededor, de ocultar su presencia. Uno podría decir que sonaba fácil, pero ése no era el caso y la chica lo descubrió pronto. El problema era que Hades no tenía lo que llamaban métodos de enseñanza pacientes. Si no lo hacía de la forma en la que le enseñó, perdía su temperamento. Era aterrador ver las paredes del Inframundo temblar a su alrededor cuando empezaba a gritar. Aunque aprendió que sus pequeños berrinches no duraban mucho porque tan pronto Perséfone lo escuchaba alzar la voz, aparecía para poner al Dios en su lugar.

Pero la diosa era partidaria de lo justo, así que si veía que Elspeth estaba holgazaneando, fue testigo de la ira de Perséfone descargándose sobre ella, haciendo que escuchara a Hades quisiera o no. Manipular las sombras era casi como trabajar con telas pesadas, tan gruesas como las cortinas de la casa de sus padres. Elspeth tenía que aprender cómo empuñarlas para que se doblegaran a su voluntad. Hades lo hacía ver sencillo, pero le aseguró que, aunque el resto de su familia podía hacerlo, nunca fueron tan agraciados al respecto.

En muchas ocasiones fue comparada a su padre, cuando estaba recién aprendiendo, porque los dos eran conocidos por sobre-compensar cuando se trataba de manipular las sombras. En lugar de hacerlo ver sencillo, demostraban los problemas de la habilidad. Pero hizo que Elspeth se sintiera mejor al saber que no era la única miembro de su familia que no comprendió el concepto de inmediato. Pensó que si no lo hacía bien de una vez sus padres se decepcionarían, pero todos (a excepción de Hades) fueron de mucho apoyo. De su propio modo, Hades también lo era, sólo que no tenía paciencia para la boca lista de la chica.

―Ugh, es muy oscuro, no puedo... ―con las sombras sobre ella, Elspeth sintió su pesadez y se le hacía cada vez más difícil respirar por el sentimiento de claustrofobia. No podía ver y al intentar quitar la oscuridad de ella, sintió que sólo lo empeoraba―. No puedo... ¡respirar! ¡Un poco de ayuda aquí!

Gritó y Hades, quien la había estado viendo tener problemas, simplemente rodó los ojos antes de acercarse a donde estaba la chica y quitar las sombras de ella. Ella jadeó dramáticamente, agarrando su pecho, pero el Dios del Inframundo no lucía realmente simpático en ese momento, mirándola desde arriba.

―¿Debes ser tan dramática en todo? ―bufó.

―¿Pensé que a los Griegos les gustaba el drama? ―respondió con un tono de burla, sólo para volver a ser rodeada por la oscuridad―. ¡No, espera! ¡Lo siento, me retracto!

Se liberó de nuevo y esta vez, decidió quedarse callada. Era su última sesión de entrenamiento mientras estaba en casa, porque tendría que tomar el Expreso de Hogwarts después, para regresar a la escuela. Desafortunadamente, se habían acabado las vacaciones, lo que significaba que regresaría a sus clases. Pero ahora que estaba al tanto del secreto de la familia y que no tendría que preocuparse tanto al respecto, podría enfocarse más en estudiar para sus TIMOS.

HOMONCULOUS |Era de los Merodeadores [ESPAÑOL]Where stories live. Discover now