Chapter Twenty

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Había llegado el momento en el que los estudiantes que regresaban a casa por las vacaciones iban a la Estación Hogsmeade para tomar el Expreso Hogwarts de vuelta a la Estación King Cross. Todo el tiempo que Elspeth estuvo empacando su baúl, estaba segura de que su corazón iba a rendirse por trabajar tanto. En cuanto más cerca estaba de regresar a casa, más nerviosa se ponía y ni siquiera besarse con Sirius en un armario de escobas podía calmarla. El chico no entendía cuál era el problema y cuando dijo que tenía que ver con su familia, se dio cuenta de que no podía explicar nada más que ello. Quería ayudarla, y le aseguró que si necesitaba alguien con quien hablar, él estaba más que dispuesto.

¿Cuántas veces debía recordarle que los perros tenían un excelente sentido de escucha?

Muchas veces, pero le hacía reír y Elspeth definitivamente necesitaba una buena risa con lo que sea que se avecinaba. No quería pensar que el secreto familiar fuera terrible porque no creía que sus padres estarían tan emocionados de compartirlo con ella si lo fuera. Sin embargo, con la gran responsabilidad que había sobre él, la chica se mordió las uñas hasta el punto donde sólo estaba mordiéndose la piel. Penelope sabía un poco más comparada a los demás, pero ni siquiera ella sabía lo que ocurriría y desafortunadamente, Elspeth no podría contarle.

Era un secreto que debía quedarse entre ella y su familia, a menos que se casara y tuviera hijos. Pero aparte de ello, no podría confiar en sus amigos como otras personas normales podrían. Sin embargo, no debía pensar mucho en ello hasta que llegara el momento con Sirius dedicándose a distraerla por todo medio posible. Mientras los estudiantes esperaban que el Expreso Hogwarts llegara a la Estación Hogsmeade, tenían permitido recorrer un poco el pueblo, la mayor parte de ellos estaban haciendo compras de último minuto.

Pero Elspeth se encontró en compañía de los chicos, sentándose en una de las bancas de la estación. Los padres de Penelope la recogieron en el pueblo, visitando a algunos amigos que residían ahí antes de ir a casa. La dejó con cero excusas para escapar. Disfrutó de la compañía de Sirius, Peter, y Remus, pero James la estaba volviendo loca con sus constantes preguntas sobre si debería enviarle algo a Lily por Navidad.

―Maldita sea, James, hazlo o cállate ―Elspeth sacudió la cabeza―, ¡ya deja de hablar de eso!

―Pero prometiste ayudarme ―se quejó James―. ¡Estoy confiando en ti!

―No, me estás fastidiando, ya te dije que si querías enviarle algo, asegúrate que sea algo simple y dulce. No quieres parecer más espeluznante.

―¡¿Cuándo he parecido espeluznante?! ―James se levantó de la banca, haciendo que los otros chicos se quejaran. Sus manos estaban sobre sus caderas, mirando a la chica, con sus ojos entrecerrándose detrás de sus gafas. Elspeth se veía tranquila ante su actitud, de hecho, lucía aburrida y un poco molesta por las cosas con las que tenía que lidiar.

HOMONCULOUS |Era de los Merodeadores [ESPAÑOL]Where stories live. Discover now