Chapter Fourteen

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Nadie se movió, nadie dijo algo, y uno podía estar seguro de que ninguno respiró a excepción del hombre lobo en medio del grupo. Los ojos de Sirius estaban fijos sobre Elspeth, esperando el momento en el que rompería el caos, pero nada había sucedido aún. Remus se veía extrañamente tranquilo, algo que nunca sucedía si estaba en esa forma y si alguien estaba en su compañía que no fuera un animal. Sin embargo, Remus no parecía tener un problema con que Elspeth estuviera a un par de metros de él. James decidió terminar la tensión para los tres chicos y le comunicó a Remus que se adentrarían en el Bosque Prohibido. El hombre lobo escuchó y siguió al ciervo y a la rata hacia el bosque mientras Sirius se quedaba atrás.

Una vez Remus, James y Peter estuvieron fuera de su vista, Elspeth dejó salir el respiro que estaba conteniendo y casi se cae hacia al dar un tembloroso paso atrás.

—Elspeth —Sirius regresó a su forma usual y se acercó, viendo por encima de su hombro para asegurarse de que ambos estaban solos—. ¿Estás bien?

"Bien" no sería la palabra que escogería para describir cómo se estaba sintiendo en ese momento. Sentía que su cabeza iba a explotar en cualquier momento por todos los pensamientos corriendo por su mente. Sobre el descubrimiento de que Remus era, efectivamente, un hombre lobo, que su novio y sus amigos eran animagos que viajaban con el mencionado hombre lobo en los territorios del castillo, y que no podía verla. Remus no podía verla en su forma de hombre lobo, haciendo que se quedara en shock.

Sin embargo, no se quedó de pie por mucho tiempo, cuando Sirius se acercó, decidió que iba a sentarse por unos minutos. Sentía que iba a vomitar, realizando lo estúpida que había sido, sin haber intentado haber huido para salvarse como le dijeron.

—Elspeth...

—Siento que voy a vomitar —dijo, poniendo su cabeza entre sus piernas, atrayendo sus rodillas hacia su pecho. Sirius quitó su cabello de su cara y se arrodilló a su lado en el pasto.

—Supongo que ahora entiendes por qué James quería saber cómo evitabas el mapa —dijo Sirius con diversión, intentando romper el hielo—. Era por una buena razón.

—¿Ese en serio era Remus? —le susurró Elspeth—. Remus, ¿el lindo chico que teje y usa los suéteres de navidad más adorables que existen, es un hombre lobo?

Sirius se sentó a su lado, y Elspeth levantó la cabeza para mirarlo. —También estábamos sorprendidos cuando nos enteramos en segundo año —dijo—, aún nos cuesta creerlo ahora. Pero el hombre lobo que viste no es Remus, en ese sentido. Rara vez recuerda algo de la noche de luna llena la mañana siguiente.

—Y ustedes tres... hicieron todo esto... —lo señaló, a pesar de que no estaba en su forma animaga—, hicieron todo esto por él.

Sirius asintió suavemente con la cabeza, y Elspeth puso sus manos sobre su boca, incrédula. 

HOMONCULOUS |Era de los Merodeadores [ESPAÑOL]Where stories live. Discover now