Chapter Thirty-Four

408 64 9
                                    

•―――ര۩۩ര―――•

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

•―――ര۩۩ര―――•

Elspeth no sabía si Hades estaba actuando extraño con ella porque Perséfone aún estaba con su madre o si había otra razón por la que continuaba viéndola por unos minutos, y sacudía la cabeza. Tampoco ayudaba que continuara preguntando sobre Sirius y cómo le iba al chico. No solo eso, pero preguntaba cosas que Elspeth esperaría de su padre o quizá de su madre. Eran preguntas de padres protectores, como: ¿Sirius le estaba dando el respeto que merecía? ¿La estaba tratando bien y haciendo buenas cosas por ella? Podría culparlo en el hecho de que quizá Hades estaba sintiéndose solo, pero le estaba empezando a hacer sentir incómoda.

Intentó imaginar qué pasaría si le decía que no, pero también temía hacerlo porque no quería que Hades le hiciera algo a Sirius sólo porque tenía curiosidad de saber su reacción. Estaba intentando no hacerlo obvio eso de preguntarle un montón de cosas sobre su relación, dejando caer las preguntas aquí y allá, pero debió haberla confundido por una Potter porque ella estaba muy lejos de ser despistada. Mientras trabajaban en el entrenamiento de dementores, le preguntaría algo antes de darle una indicación, lo que desconcentraba a Elspeth.

―¡Bueno, suficiente! ―gritó Elspeth en un punto, soltando su agarre de una de las capas de los dementores que intentaban liberarse de su mano. Volteó a ver a Hades, quien se veía sorprendido por su pequeña escena, pero no dijo nada en lo que ella se le acercaba. En el principio, Elspeth nunca se habría atrevido a acercarse de esa forma al Dios, pero después de pasar un buen tiempo en su compañía, era seguro decir que se había acostumbrado a estar a su alrededor, al menos, para exponer su comportamiento.

Caminando hacia él, la chica puso sus manos sobre sus caderas, levantando la mirada hacia Hades, sin una pizca de temor en su rostro, a pesar del hecho de que era increíblemente pequeña en comparación a él.

―Bueno, bueno, ¿qué sucede? ¿Por qué sigues preguntando por mi relación con Sirius? Dudo que estés buscando por consejos para tu matrimonio con Perséfone.

Estaba esperando que se ofendiera por la forma en la que le habló, esperaba que Hades se enojara por su comportamiento, pero Elspeth se sorprendió. El Dios empezó a reír para sí y sacudió su cabeza.

―Eres mi pupila, son simples preguntas para asegurarme de que todo vaya bien en tu entrenamiento. No puedo permitir que te distraigas, en especial cuando aún queda tanto que mostrarte. Es mejor tener toda tu atención y nada te distraiga, incluso en tu vida personal. Es por eso que pregunto esas cosas que se pueden considerar personales, el entrenamiento puede ser afectado por el más pequeño acontecimiento. No tuve que lidiar con estas cosas con tu padre porque apenas y podía conseguir una cita cuando era joven.

―Ey, ¡no hables así de mi papá! ―replicó Elspeth molesta―. Quizá sus bromas de toc-toc no funcionaron en Mamá el inicio, pero la conquistó. ¿Te gustaría que nos enfocáramos en tus tácticas de coqueteo con Perséfone?

HOMONCULOUS |Era de los Merodeadores [ESPAÑOL]Where stories live. Discover now