Feliz por mi compañía

2.3K 335 160
                                    

Narra Rusia

Despierto y miro el reloj de mi celular, son las seis de la mañana, anoche me quedé dormido muy rápido, la presencia de México me tranquiliza mucho, me alegra que nos hayamos reconciliado, aunque no sé qué vaya a pasar hoy porque tampoco tengo intenciones de entrar al agua.

Me asomo por la ventana de la habitación, desde aquí veo un poco de las pequeñas piscinas de aguas termales, ya hay un par de grupos de personas en ellas, el amanecer es increíble desde aquí, hacía mucho que no te tomaba el tiempo de ver un amanecer con belleza, cuando no duermo bien (O sea, casi siempre) los miro con repudio, pero la vista es muy bonita.

Quisiera poder salir y entrar ahí, sería divertido estar con México en el agua, seguro me lanzaría agua a la cara y miraría a otro lado para fingir que él no lo hizo. Sonrío imaginando aquella escena, ¿Por qué no tengo un cuerpo normal que me permita dejar de imaginar cosas y empezar a vivirlas? Tengo que quedarme aquí a esconderme.

Me alejo de la ventana y vuelvo a la cama, quizá podamos salir sin tener que entrar al agua, hay un puente colgante y podemos entrar a la gruta, recuerdo que México me mencionó que el nivel del agua no es tan alto y que no me llegaría ni a la cadera porque yo sí soy alto. No puedo usar un hoodie pero creo que una camiseta muy holgada pude funcionar, debo tener alguna entre las maletas.

Me giro en la cama y siento un mareo terrible, creo que fue demasiado rápido. Cierro los ojos con mucha fuerza para intentar ahuyentar la sensación pero lejos de irse parece incrementar, maldita sea, no quiero desmayarme otra vez, México me obligará a ir al doctor y si es como el de Francia va a diagnosticar un montón de tonterías que Mex va a creer.

Quédate aquí Rusia, quédate aquí, quédate aquí, no puedes irte, quédate aquí, no queremos estropearlo ahora.

Por fin el mareo empieza a desvanecerse, poco a poco se va quitando hasta que desaparece por completo. Gracias a Dios o al destino o a lo que sea no volvió a pasar lo de la conferencia con ONU.

Después de eso en las siguientes conferencias escuché a algunos murmurar cosas sobre mí, que si me veo enfermo, que si soy más serio que antes, que si estoy más delgado, que si me veo débil, que si me ganarían en una guerra con mi estado actual y muchos otros comentarios tontos. No es mi culpa que ellos no puedan controlarse.

Cuando noto que evidentemente no voy a poder dormir decido levantarme, me meto a bañar y me pongo un hoodie y un pants por lo mientras. Salgo de mi habitación porque quiero ir a caminar, así puedo decirle a México que fui a desayunar y quemar algunas calorías extras, es lo que él llama "Matar dos pájaros de un tiro". Además, si cree que ya desayuné no volveremos a discutir al menos por hoy, estaremos bien.

Ya empiezan a verse más personas caminar por el lugar, todos lucen muy contentos, todos ríen con sus familias o con sus acompañantes, veo a lo lejos a un niño pequeño, de unos cinco años con quien parece ser su padre. El hombre lo carga en el aire mientras gira y el niño ríe. Me detengo a observar la escena con una sonrisa, me habría gustado venir aquí con papá y con mis hermanos, les hubiera gustado mucho, a Estonia y a Bielorusia les daría miedo cruzar el puente colgante pero papá las hubiera chantajeado con comprarles algo o con cocinarles su comida favorita y las habría convencido de hacerlo.

El señor nota mi presencia y me mira fijamente antes de dedicarme una sonrisa, yo se la devuelvo algo nervioso y apenado y continúo con mi camino, si hubiese sido uno de mis ciudadanos me rompería la cara, bueno, no lo haría sólo porque soy su representante de territorio, pero tampoco sería muy amable que digamos.

Después de un rato decido volver al hotel, cuando entro veo a México tocando mi puerta, se voltea hacia mí cuando escucha mis pasos y hace una expresión de alivio.

-¡Santa cachucha!, ¿En dónde te habías metido chamaco?-Me recrimina enojado-No me vuelvas a asustar así.

-Lo siento, fui a desayunar algo, moría de hambre.

Me mira con detenimiento por un instante antes de asentir lentamente con la cabeza.

-Venía a preguntarte si hoy quieres salir.

-El puente parece buena opción, también la gruta, ¿Por qué no vamos?.

-De acuerdo-Asiente feliz-Pensé que ibas a decir que no otra vez. Deberías ponerte un short o algo, se te va a mojar el pantalón en la gruta, ¿Sí traes o quieres que te preste uno?.

Lo pienso un momento, sí traigo pero sería lindo usar la ropa de México prestada.

-¿Podrías prestarme uno?.-Le pregunto y siento que mi cara se pone levemente roja.

-Simón Bolívar. Que no te de pena, hombre, yo también soy olvidadizo, ven.

Olvidadizo, claro. Lo sigo a su habitación, saca tres shorts de su maleta y me los pasa.

-Agarra el que quieras, si quieres póntelo en el baño o ve a tu cuarto y regresas cuando ya.

-Iré a mi cuarto.-Asiento y empiezo a caminar a la puerta.

-Te espero.-Lo escucho gritar.

Entro a la habitación y los pongo sobre la cama, veo uno negro muy básico y decido usar ese, no quiero llamar mucho la atención, de por sí la gente me mira mucho, Mex dice que es porque soy extranjero y eso les llama la atención.

Me lo pongo y me miro en el espejo con una pequeña sonrisa, no puedo creer que estoy usando su ropa. Creo que voy a dejarme el hoodie puesto, no está haciendo tanto calor aún, no importa si se moja, lo pongo a secar y ya, traigo muchos.

Vuelvo a su cuarto y le dejo los otros dos que no usé, empezamos yendo al puente, cuando empezamos a caminar en él para llegar al otro lado México empieza a contarme algo.

-Antes me daba miedo este puente.

-Ah, ¿Sí?-Me río, como mencioné, a mis hermanas también les asustaría la sola idea de tener que cruzarlo-¿Y ya no?.

-Nadita. Un amigo me ayudó a superar ese miedo.-Su sonrisa se amplía, que lindo verlo tan contento.

No quiero sonar egocéntrico pero creo que lo que lo pone feliz es el hecho de que decidí venir, me imagino que ayer se aburrió mucho en el hotel o si es que salió se aburrió estando solo, le encanta hablar así que creo que no le encanta la idea de la soledad.

-Eso es muy lindo, Mex.

-¿Te imaginas que se cayera mientras cruzamos?.-Por un momento su mirada se pierde.

-¡No!-Me río-No pienses en eso, ¿Qué tal si te ayudo... A cruzar?.-Le propongo y siento que mi corazón se acelera mientras extiendo mi mano para que la tome al caminar. Él la mira y luego a mis ojos, repite esta acción tres veces y luego me dedica una sonrisa incómoda.

-Estoy bien, Ru. Pero gracias.

-Claro...-Bajo la mano avergonzado, quizá fue muy directo y precipitado, maldita sea, el día a penas empieza y ya lo arruiné.

Después de cruzar el puente vamos a la gruta, al entrar empiezo a mirar hacia todas partes, es un lugar magnífico, el techo está muy alto y las aguas cristalinas, es simplemente increíble.

Miro a México que está viendo un punto fijo de la gruta con una sonrisa increíblemente grande, veo en la misma dirección pero no encuentro nada, quien sabe, quizá esté recordando algo. Como sea, adoro verlo sonreír.














*
Solecitos, ¿Cómo están?, ¿Cómo les va?, ¿Qué comieron hoy?.

Descansen, bonita noche, los amo mucho a todos.

-🐇M a d d i e🐇

Anorexia (Rusmex)Where stories live. Discover now