Luces

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Narra Rusia

—¡Weeeeeeey esa rolita es de las chidas! La canta mi papá.—Se ríe.

Estamos conduciendo hacia la torre Eiffel porque México quiere que le tome fotos ahí, él puso música en el camino y cada que empieza una nueva canción dice "Rolón", "Esa es mi canción", o cosas similares, pero es la primera vez que dice que la canta su papá, así que lo miro con confusión.

—¿Tu papá?.

—Chayanne wey, Chayanne. Es un chiste local de mi país, porque casi a todas las señoras les gusta Chayanne y en algún momento les dijeron a sus hijos la clásica broma de "Ese es tu papá" y pues Chayanne es el papá de México.

—Entiendo.—Sonrío levemente con la vista en la carretera.

—Hasta te voy a cantar—Se aclara la garganta y empieza a cantar—Me viste así de frente, ¡Que tremendo impacto! Para unirme a tu mirada dime si hay que ser torero, poner el alma en el ruedo, no importa lo que se venga pa' que sepas que te quiero como un buen torero oléeee—Grita la última palabra con su mano haciendo un puño cerca de su boca simulando un micrófono—Me juego la vida por tíiii—Me acerca su micrófono imaginario—Canta conmigo.

—No me la sé.—Respondo, me hace una mueca triste quitando su micrófono y continúa con su canción, lo que me hace reír.

—Si hay que ser torero, poner el alma en el ruedo, no importa lo que se venga pa' que sepas que te quiero como un buen torerooo oléeee.—Esta vez grita todo, no sólo la última palabra.

Continúa cantando alegremente hasta que llegamos a nuestro destino, después de buscar estacionamiento vamos a la torre, es de noche así que hay muchas luces y se ve todo muy bonito. Saco la cámara de la mochila que trajimos y empiezo a ajustarla para que enfoque bien y todo eso. Mientras veo de reojo como México se entretiene dando vueltas ocasionalmente y caminando de un lado a otro, tiene una gran sonrisa en la cara.

—¿Te gustan las fotos?.—Le pregunto al notar que está muy contento volteando a verlo.

—Me gustan las luces—Corrige—Y mucho, es una de las principales razones por las que me gusta Navidad, adoro poner mi árbol, ¿A tí te gusta Navidad?, ¿Pones árbol?.

—No, no pongo árbol—Vuelvo la vista a la cámara entre mis manos—¿Y como quieres las fotos?.

—¿Huh? Ah. Debe parecer que estoy sosteniendo la torre, ¿De acuerdo? Tú me dices qué tal—Se para delante de mí con la mano extendida intentando crear la ilusión, pero estamos demasiado cerca de la torre, así que definitivamente no parece que la está sosteniendo, para nada—¿Aquí estoy bien?.

—No—Niego con la cabeza y tomo una fotografía para que pueda ver lo mal colocados que estamos—Mira.

Le muestro la fotografía y decidimos retroceder varios metros para lograr la ilusión que quiere, al final lo conseguimos y después de unas cuantas fotos decidimos ir de vuelta a la casa, pasamos por una calle cercana al hotel donde me estaba hospedando antes del desmayo.

—A ver, estacionate tantito.—Me indica.

—¿Para qué?.

—Tú estacionate—Insiste, le hago caso y me orillo—Espérame aquí, no me tardo.

—¿A dónde vas?.—Lo miro a sus ojos cafés.

—Tú hazme caso, no me tardo, aguántame tantito.

Sale del carro y corre hacia otra calle, me río mientras me pregunto que trae entre manos ahora, México es muy alegre y siempre tiene ideas locas pero de cierto modo divertidas, habla mucho, pero a decir verdad no me molesta, siempre tiene algo qué decir y algo con lo que evitar el silencio incómodo que se forma cuando intento interactuar con cualquier otra persona. Las luces lo llevan a hablar de la Navidad, la Navidad lo lleva a hablar de la comida que hace en esas fechas, la comida lo lleva a hablar del "pan de muerto" y el pan de muerto lo lleva a hablar del día de muertos. Y así es siempre, habla y habla, me gusta escuchar sus historias.

Me acomodo en el asiento y cierro los ojos un momento empezando a recordar una de mis navidades, yo era un niño, el sonido de los villancicos mezclado con las risas de mis hermanos que jugaban en el segundo piso y el olor a vainilla inundaban la casa.

—Ponle más esferas aquí—Me dijo mi padre mientras señalaba un área del árbol que estábamos colocando—Es que casi no tiene, mientras yo voy a continuar con este otro lado.

—De acuerdo.—Asentí eufórico acercándome a donde me había indicado.

—¿Crees que deberíamos usar las luces blancas o las doradas?.—Me preguntó mientras sostenía ambas series de luces, una en cada mano.

—¡Ambas!.

—Ambas—Se rió y asintió. El timbre del horno sonó—Oh, iré a sacar las galletas.

Continuamos poniendo las esferas por todos lados, luego él rodeó el árbol con las luces y finalmente me cargó en sus hombros para que yo colocara la estrella, tal como era nuestra costumbre, siempre nos encargábamos juntos de la decoración, yo amaba decorar para Navidad, me llenaba de ilusión pensar en los regalos que estarían bajo el árbol tan sólo unos días después.

Al terminar nuestro trabajo fuimos a la cocina, sirvió una taza con chocolate caliente para mí y una para él, luego tomó las galletas y las colocó en la pequeña mesa de la sala, donde me senté.

—¿Estás listo hijo?.—Me preguntó con emoción.

Yo asentí con la misma emoción, apagó las luces de la casa y encendió las del árbol, se veía fabuloso. Se sentó a mi lado con su taza de chocolate y ambos nos quedamos mirando el árbol mientras comíamos las galletas que él había hecho y que siempre hacía para comer después de decorar en estas fechas.

—Ya regresé—La voz de México entrando al automóvil y cerrando la puerta detrás de sí me saca de mis pensamientos—Adivina qué te traje, adivina adivinador.—Pregunta emocionado.

—Huh... No lo sé.

—Está bien, tendré que decirte—Se ríe ligeramente—¡Te traje una empanada de manzana de esas que te gustan! Es para agradecerte que hayas venido conmigo a tomarme mis fotos.

Me extiende sonriente una bolsa de papel con el logo de la panadería de la otra vez.

—Gracias—Le digo con una sonrisa fingida mientras pongo la bolsa en el contenedor de la puerta—Me la comeré en la casa.—Le miento.

Anorexia (Rusmex)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum