· cɑpítulo 44 ·

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Agradecía haber tenido un sueño reparador después del estresante día que había tenido.

Recordaba poco de su sueño, pero sentía que probablemente era la razón por la cual había despertado tan feliz.

La charla de la maestra Kim fue corta, terminandola muy temprano. Esta vez había establecido un punto de encuentro con Seoho desde antes para que no se presentaran contratiempos.

Iba de la mano con el chico, señalaban diferentes cosas que se encontraban en el camino y Seoho soltaba uno que otro dato interesante sobre estas; era obvio que la entrenadora Moon era mejor profesora de botánica que la risueña y distraída señorita Kim.

Después de un tiempo Seoho cubrió los ojos de Jiwon y la dirigió con cuidado hacia el lugar que le había prometido.

Pudo oler la suave fragancia de las flores y escuchar el agua fluyendo delicadamente sobre las rocas.

— Llegamos. — susurró, cerca de su oreja, liberando los ojos de la menor.

Era un lugar hermoso.

Había un puente de caoba sobre un paso de agua que alimentaba a las verdes y saludables plantas que lo rodeaban. Estaba repleto de flores rojas y rosadas que se movían al son del viento de la fresca mañana haciendo que desprendieran un vivo olor a primavera.

El muchacho la llevó hasta el puente, donde el escenario era aún más espléndido.

— ¿Qué te parece?

— Es increíble. — expresó con una sonrisa.

Platicaron durante bastante tiempo, con sus cuerpos aproximandose aún más. La cabeza de Jiwon se posó en el hombro de Seoho, poniéndolo nervioso.

Sus risas se mezclaban con el sonido del arroyo, el carmín de las mejillas de ambos combinaban con el color de las flores que los rodeaban, y la fresca brisa los cubría como un manto protector.

Era una escena digna de un cuento de hadas

Sus miradas se encontraron y el pelinegro no dudo en acortar la distancia entre sus rostros.

El corazón de Jiwon impactaba contra su pecho con tanta fuerza que le proporcionó un leve dolor. Sus palpitaciones eran ensordecedoras, potentes.

Entre más se acercaban, más se alborataba el ritmo de sus palpitaciones, sintió todo su interior estremecerse hasta el momento en que sus labios se encontraron con los del mayor.

Nada.

Su cuerpo se apagaba mientras el beso se encendía. Podía sentir el movimiento de sus bocas, la mano de su pareja posada en su cintura, y la brisa chocando en el costado de su rostro. Pero en su interior...

Nada.

El chico acariciaba su tez mientras ella lo besaba con más intensidad con la esperanza de sentir algo, a lo que el chico respondió mordiendo su labio inferior y abrazandola con fuerza.

Nada.

Se separó con la excusa de que la mordida le había dolido, a lo que el enrojecido chico solo respondió con una sonrisa y un beso en la mejilla.

Miró a su alrededor; era un lugar verdaderamente lindo, grande, amplio, pero se sentía vacío... completamente vacuo.

Solo podía pensar en que no era tan bonito como en el que había estado con Sihyeon el día anterior.

Su primer beso y había sido igual de emocionante que un paseo en el parque.

Los llamaron para regresar a los autobuses. Seoho le dijo emocionado que ahora podían irse juntos porque lograron convencer a Moon. No pudo evitar notar que el chico no le cedió la ventana esta vez tampoco.

Estaba con su novio pero no paraba de dar fugaces vistazos hacia Sihyeon que se encontraba a unos cuantos asientos frente al suyo, platicando y riendo con Serim y Eunji. A diferencia del silencio casi incómodo que ella tenía con el mayor.

Se encontraba anhelando un sentimiento que no iba a aparecer, pero ella no se percataba del daño que provoca el insistir.

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⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ  𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤Where stories live. Discover now