· cɑpítulo 10 ·

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La mayor había agarrado lápiz y papel, obligando a su menor a llevarlas al jardín en medio de la noche.

Incluso la hizo desviarse para comprar helado para ambas.

— De verdad estas loca. — dijo Sihyeon intentando bajarse de la bicicleta, lo cual era difícil teniendo que sostener la guitarra.

— Deja de quejarte, vamos.

Jiwon la llevó a la banca que estaba justo en medio del jardín. Era el lugar más bonito del prado, estaba rodeada por los arbustos más frondosos y floreados del lugar, un árbol de almendras dibujaba un hermoso arco sobre las chicas.

— Entonces ¿Qué es lo que te inspira?

Sihyeon vio a su amiga sentada junto a ella, con la luz de luna acariandole el rostro y los pétalos del árbol de almendras caer a su alrededor.

— No sé. — respondió desviando la vista.

— Tomaté tu tiempo — dijo Jiwon probando su helado.

— ¿Por qué fuimos a comprar helado? Es casi media noche y nos estamos congelando.

— Porque esta rico.

— Lógico. —  concordó Sihyeon al probar su helado también.

Estuvieron así un rato, hablando de la escuela, de su música, y el futuro hasta que pequeños destellos atrayeron su atención.

— ¡Luciernagas! — exclamó Jiwon con la más grande emoción plasmada en su rostro.

Corrió entre risas hacia ellas, saltaba de lado a lado intentando atraparlas causando que Sihyeon riera con ella. La fascinación que mostraba Jiwon por cada pequeño detalle era enternecedor. Tenía 16 años pero habían muchas cosas que evitaban que actuara conforme a su edad.

Corría detrás de mariposas, pájaros, y libélulas, pero de todas las cosas lo que más le emocionaban eran las luciérnagas. Las consideraba perfectas, volaban compartiendo su luz, y Jiwon se sentía muy agradecida y afortunada de poder verlas, para ella era un regalo estar ahí esa noche con su amiga, en el jardín que plantaron juntas.

— ¡Es señal de buena suerte! — le gritó a su menor aún bailando entre las luces. — ¡Vas a escribir una buena canción!

Sihyeon la veía con dulzura, Jiwon era más hermosa cuando se exaltaba en escenarios como ese. La risa de la rubia, que podía hacerse pasar por una loca correteando a las luciérnagas, era poesía para Sihyeon; comenzó a escribir.

Algo interrumpió su escritura. Eran las pequeñas manos de Jiwon que estaban juntas, como sosteniendo algo. Sihyeon vio las manitas justo encima de su cuaderno esperando a ver que contenían, levanto la vista hacia su aamig, expectante.

— Mira. — Abrió sus manos haciendo que miles de destellos salieran flotando.

Rodeaban a ambas chicas deslumbrando la belleza de cada una. Las risas de las amigas pintaban aquel cuadro con aún más color y dulzura.

El resplandor de las luciérnagas iluminaba el cabello de la rubia, Sihyeon admiraba la sonrisa perlada de su amiga, la suavidad de su piel, las esquinas de su boca. Jiwon se alejó de nuevo, esta vez para arrancar flores. Aquella escena era más que inspiradora para la menor, logrando así, terminar su canción.

— ¡Oye! — gritó la mayor.

Sihyeon volteó hacia su amiga, quien estaba parada frente a un frondoso arbusto de Hibiscus* rosas, con un ramo de flores en la mano, y una pícara sonrisa; estaba tramando algo.

— ¿Qué hac...

Antes de que Sihyeon pudiera terminar, Jiwon lanzó el ramo al aire haciendo que las flores cayeran como gotas de lluvia sobre ella, y con todas sus fuerzas saltó detrás del arbusto.

*Hibiscus: nombre científico para la flor de suspiro

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*Hibiscus: nombre científico para la flor de suspiro. Flor nacional de Corea del Sur.

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⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ  𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤Where stories live. Discover now