· cɑpítulo 31 ·

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Estaba clavada frente a la habitación principal, podía escuchar a su madre hablar por teléfono con alguien al otro lado de la puerta. Hubieron risas y algunos gritos, dedujo que mantenía una conversación con la señora Park, ya que mencionaba cosas de las cuales solo hablaba con ella.

Intentaba calmar sus nervios, el sudor de sus manos no la dejaban concentrarse, respiro profundo, y decidió esperar hasta que terminara con la llamada.

— ¡Saludame a la pequeña Jiwon también! ¡Te veo mañana!

Definitivamente escuchar aquel nombre no la ayudó a tranquilizarse en lo absoluto.

Entre los nervios y el sudor de su frente, actuó desesperadamente poniendo la mente en blanco y sin siquiera sentirlo ya estaba dentro de la habitación.

Su madre la vio de pies a cabeza extrañada por su repentina aparición.

Sihyeon mantenía la mirada en el suelo buscando las palabras necesarias con las cuales empezar su confesión.

— ¿Puedo hablar contigo? — preguntó.

Ante la manera en como se expresó y el estado desgastado que mostraba su hija, no pudo evitar preocuparse.

— Claro hija, siéntate. — le señalo el asiento que estaba justo en frente de donde ella se encontraba sentada para poder verla mejor.

El silencio se apoderó de la recámara. Su madre se había limitado a ver la palidez de su hija y como esta se ahogaba en su propio sudor y frustración.

Espero tranquila, tratando de no sacar conclusiones. Pero entre más se tardaba su hija, peores eran los escenarios en su cabeza.

— Mamá yo...

— ¿Estas embarazada?

Hablaron al mismo tiempo.

Sihyeon se quedó estupefacta ante la conclusión de su madre, la veía anonadada y aún más nerviosa de lo que ya se encontraba.

— ¡Claro que no! — exclamó, indignada. — ¡Ni siquiera he hecho.... ¡No! ¡No estoy embarazada mamá!

La mujer dejó salir un suspiro de alivio, sabía que toda cosa aparte de eso, no sería tan mala.

— Gracias al cielo. — musitó.

Intento relajarse al ver a su mamá más calmada. Pero recordar la verdadera razón por la que de encontraba ahí le hizo desear sí estar embarazada.

— Mamá. — llamó con una voz quebradiza, agachando la cabeza aún más para evitar verla a los ojos, mientras arañaba sus muslos esperando que el dolor le diera algún tipo de valor. — Creo... — dijo pausante, pensando que esa palabra iba a amortiguar la gravedad del golpe. — ... Que soy bisexual.

No la veía, pero podía sentir la mirada de asombro de su madre sobre ella.

Escuchó como se levantaba y daba unos pasos hacia ella. Cerró con fuerza los ojos esperando un sermón, un insulto, una regañiza, un golpe, algo.

La sintió alejarse, haciendo que su frustración solo creciera. Era decepción, lo sabía, había decepcionado a su madre, la persona que más amo en su vida y que creía que la iba a amar para siempre.

La pesadez y vastedad de todos esos sentimientos se sentían como ladrillos sobre su cabeza y su pecho, comenzó a llorar amargamente, dejando que las lágrimas cayeran como cascadas sobre sus piernas.

— Yo también.

Sihyeon se paralizó en su silla, sus ojos se abrieron de golpe ante lo que creyó haber oído. Ahora era ella la que estaba sorprendida. Pero seguramente había escuchado mal, estaba tan ensimismada en sus sollozos que debió ser nada más que su propia y aturdida subconsciente jugandole una mala pasada.

⠀𝑱𝒂𝒓𝒅𝒊𝒏 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐𝒔 ִֶָ  𝐸𝑣𝑒𝑟𝑔𝑙𝑜𝑤Where stories live. Discover now