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NARRADOR.

Heather estaciona su auto frente a la mansión, los tres bajan del mismo y se miran entre sí, cada uno con preguntas diferentes en mente.

—¿Desean pasar? —les pregunta Brooke disimulando su tristeza con una sonrisa.

—Claro.

Los dos la siguen hasta la entrada, ella abre la puerta y al dar un paso al frente recuerda las palabras de Sol, «Hay algo en la mansión, mi caída no fue un accidente, no lo fue».

—Brooke, ¿Ocurre algo? Actúas extraña desde la mañana — menciona Brad preocupado.

—Estoy bien, pasen, ahora que hemos ordenado y limpiado la casa creo que merecemos ver una película.

—Les llamaré a Ron y Zoe para que compren frituras y bebidas —dice Heather mirando la pantalla de su celular.

—Buena idea, yo prepararé una ensalada —les dice Brooke, camina hacia la cocina y mira en todas direcciones buscando respuestas.

Los chicos se sientan en los sofás de la sala, se miran entre sí preguntándose por qué Brooke actúa de forma tan extraña.

—Debió afectarle mucho que su amiga se marchará tan rápido.

—Seguramente, aunque a mí me parece que hay algo que no nos ha dicho —confiesa Brad en voz baja.

—¿Te parece?

—Desde que entró a ver a Sol está mañana actúa diferente.

—Le preguntaremos en un rato, ahora llámemos a nuestros amigos, vale.

—Sí, tienes razón Heather.

En ese momento, Brooke está cortando fruta con nerviosismo, está consciente que algo raro ocurre dentro de la mansión, desde el primer día de su llegada tiene el presentimiento de que algo la observa fijamente todo el tiempo.

Ella está tan perdida en sus pensamientos que no presta atención a lo que está haciendo, pues accidentalmente se corta las yemas de los dedos con el cuchillo y al momento suelta un grito de sorpresa.

—¡Mierda! —suelta el cuchillo y lo deja caer al suelo. Se mira la mano y observa como sangra la parte superior de sus dedos, las gotas rojas resbalan sobre su palma y caen sobre su pantalón gris.

Él la observa con atención, oculto en una de las esquinas de la cocina, causó que ella se hiciera ese corte en la mano. Le fascina molestar a Brooke, sobre todo porque la pelirroja no entiende sus mensajes, le advirtió que se marchará y parece que la chica no se lo tomó enserio, así que él planea atormentarla hasta que ella decida irse por su cuenta.

Entra a la cocina el rubio de ojos celestes, él realmente no entiende por qué Brooke está interesada en ese chico, le recuerda a Bethany y su manía de salir con chicos rubios que se creen lo máximo y no son más que basura. La única diferencia es que está vez no permitirá que alguien más le arrebate lo que le pertenece.

—¿Estás bien, Brooke? —el rubio se detiene frente a ella y observa la herida en su mano—. Debes tener cuidado, pudiste hacerte una herida profunda.

Él saca de su pantalón una gasa, después limpia la herida y le coloca la gasa sobre la misma. Ambos se miran y en ese momento pareciera que se detuvo el tiempo, pero no es así, pues él los sigue observando, realmente no le agrada que ese chico se encuentre cerca de la pelirroja. No quiere hacerles más daño del necesario, pero ese rubio se está buscando una gran lección, él aprieta los puños y atraviesa la ventana furioso.

Se abre una de las ventanas y el viento enseguida atrae la atención de Brooke y Brad, él se acerca a cerrar la ventana y ella le sonríe con ternura.

—Gracias, Brad.

El Fantasma Que Todo Lo VeWhere stories live. Discover now