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BROOKE.

Cuando llegamos a la mansión estacionamos la camioneta, Bradley y yo bajamos de la misma, los dos nos dirigimos hacia el porche de la mansión cargando las compras, una vez delante de la puerta yo saco la llave del bolsillo de mi pantalón para abrir la puerta, giro la perilla y me hago a un lado para que Bradley entre.

—Pasa tu primero —me dice él empujando la puerta para dejarme pasar, le dirijo una sonrisa y ambos entramos.

No esperaba ver sangre en el piso, inmediatamente vuelvo mi mirada al frente, Sol se encuentra inconsciente en el suelo con heridas y cortes en el cuerpo, y al parecer también con golpes en su cabeza, ya que su cabello rubio está cubierto de sangre.

—¡Sol! —dejo caer las bolsas de compras al piso y corro hacia ella rápidamente, me siento en el suelo y coloco con suma delicadeza su cabeza sobre mis rodillas—. Brad, llama a un médico o al 911 para que venga una ambulancia, rápido, se está desangrando.

Él saca el celular de su sudadera y rápidamente hace una llamada al hospital para que manden una ambulancia.

—Sol, resiste, la ambulancia ya está en camino, por favor amiga resiste —digo entre sollozos acariciándole la mejilla con las manos temblorosas y cubiertas de sangre.

—Toma, debemos detener la hemorragia —me dice Brad al mismo tiempo que me entrega una venda—. Ha sufrido un fuerte golpe en la cabeza, a este paso se desangrará camino al hospital, debemos hacer presión en la herida para detener el sangrado —me explica Brad, al momento que lo escucho decir lo último comienzo a sentir que me falta el aire, no puedo respirar—. Escúchame Brooke, tienes que tranquilizarte, tu amiga estará bien.

—Es que... no entiendo lo que sucedió, si a ella le pasa algo será mi culpa, yo...

—No fue tu culpa y no le pasará nada.

Escuchamos la bocina de la ambulancia deteniéndose frente a la mansión, inmediatamente los paramédicos entran a la casa y se acercan a nosotros, uno de ellos le pregunta a Bradley qué fue lo que sucedió, mientras otros se llevan a Sol en una camilla, yo la observo sin parpadear, de sus manos se deslizan gotas de sangre que caen al suelo, la sacan de la casa y la suben con precaución a la ambulancia.

Estoy en shock, no puedo parar de llorar, no debí dejarla sola, no debí hacerlo.

Al incorporarme del suelo miro mis manos ensangrentadas y mi vestido blanco manchado de sangre, siento mi corazón acelerarse y poco después mi vista se torna nublosa y borrosa, comienzo a sentirme mareada y en tan solo segundos me desmayo y caigo inconsciente al suelo.

†††††

Al abrir mis ojos me doy cuenta que me encuentro en una habitación, recostada en la cama, la luz del día entra por la ventana, a través de las cortinas blancas. Al lado mío veo a Brad, quien está dormido en el sofá con la cabeza apoyada sobre su brazo.

Observo mis manos, las cuales no tienen ningún rastro de sangre, al igual que mi ropa, ¿acaso todo fue un sueño?

—Brad —susurro colocando mi mano sobre su brazo.

Él se despierta al instante, al verme me rodea por la cintura con sus brazos y me atrae hacia él.

—Has despertado, estuviste inconsciente durante horas, ¿Te sientes mejor? ¿Necesitas agua? ¿Tienes hambre? —me pregunta preocupado, está a punto de levantarse del sofá, pero le detengo del brazo.

—Estoy bien Brad, no tienes que cuidar de mí, no es tu deber, nos conocemos desde hace un par días y ya soy un problema para ustedes.

—No digas eso, mis amigos y yo estaremos contigo siempre, nunca te dejaremos sola, pase lo que pase me tendrás de tu lado.

El Fantasma Que Todo Lo VeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora