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†NARRADOR†

Brooke y Bradley llegan al hospital, preguntan a la enfermera si Sol ya se encuentra mejor, ella les dice que afortunadamente se está recuperando rápidamente.

—¿Puedo pasar a verla señorita? Se lo pido por favor, es mi mejor amiga —menciona la pelirroja con voz suplicante.

—Está bien, puede pasar, pero solamente usted, su novio tendrá que quedarse afuera, en la sala de espera.

—Él no es mi...

—Cariño, escucha a la enfermera —dice Brad sujetando el brazo de Brooke con delicadeza—. Entra a ver a tu amiga y yo te espero aquí, no me iré a ningún otro sitio.

Brooke muestra una sonrisa disimulada al escuchar que él le dice “Cariño”, hace tiempo que nadie la llamaba de ese modo.

—Bien, cariño, espérame aquí —exclama ella sonriente, siguiéndole el juego a Brad.

Ambos comparten una mirada cómplice, después ella da media vuelta y entra a la habitación, su amiga se encuentra sentada en una silla de ruedas con la mirada fija en la ventana, donde puede ver el exterior del hospital, la luz del día deslumbra directamente los ojos de la joven.

—Sabía que vendrías pronto, Brooke —su tono de voz se escucha tranquilo y su mirada está perdida en las calles, ella observa a las personas realizando diversas actividades, ni siquiera parpadea.

—Ayer vine a verte, estabas... —comienza a decir la pelirroja, pero Sol la interrumpe.

—Brooke, estaba alterada pero no dormida, así que claramente recuerdo que estabas aquí. Quiero agradecerte que hayas venido por mí, y gracias por haberme traído al hospital, no estaría aquí de no ser por ti.

—Sol, no digas eso, de cualquier modo habría llamado a un doctor que te atendiera en la mansión y...

—Hablando de la mansión, quiero decirte que no volveré allí, no lo haré y tampoco quiero que sigas viviendo en ese lugar —en sus ojos noto preocupación y miedo, un miedo que nunca antes vi en ella.

—¿A qué te refieres? Le prometí a mis padres que cuidaría esa casa, mis tíos querían demolerla y construir un edificio allí, no les importaba en absoluto que esa casa fuera el único recuerdo de mis bisabuelos.

—Lo sé, lo sé —afirma y suelta un largo suspiro—. Brooke, tú más que nadie sabes lo mucho que te quiero, siempre he respetado tus decisiones, pero está vez me veo obligada a decirte que esa mansión está embrujada y sería un error que te quedes a vivir allí.

—Estás bromeando, ¿no?

—Sé que suena estúpido que te diga esto, sobre todo porque nunca he creído en las historias de terror o en mitos de casas embrujadas, pero tienes que escucharme, hay algo extraño en esa casa, y ese algo quiso asesinarme.

Brooke mira a Sol con sorpresa, lo que acaba de decir no puede ser cierto, se trata de la mansión antigua donde vivieron sus bisabuelos, no es lógico pensar que la caída de Sol no haya sido simplemente un accidente.

—Mira, estoy segura de lo que vi y también pienso que no vas a creerme, pero ese día, alguien me empujó de las escaleras, yo lo vi, Brooke —afirma la rubia con los ojos llorosos—. y me habló, lo que sea que haya sido... no es bueno, debes alejarte de esa mansión, por tu bien.

—Sol, quizá te desmayaste y recuerdas fragmentos erróneos de lo que ocurrió, no hay nada que...

—Brooke, te estoy diciendo que ese fantasma o como quieras llamarle me tiró por las escaleras y me advirtió que no regresará a la mansión, dijo que si lo hacía me haría sufrir y me mataría.

El Fantasma Que Todo Lo Veحيث تعيش القصص. اكتشف الآن