Capítulo 13

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Yeosang miraba la puerta que daba la entrada hacia el aposento del nacimiento.

Todos los años, en las cuatro estaciones distintas nacía un espíritu de la sombra más oscura y todos los espíritus estaban reunidos ahí para presenciar como desde las sombras era dejado un bebé.

Dentro del aposento habían muchas sombras escondidas, si lo decíamos de una manera menos mística y espiritual ese sitio era como un espacio donde se llevaba a cabo una reunión de padres diaria.

Los espíritus nunca llamaban a sus sombras progenitoras "Padre" o "madre" ya que solamente interactuaban una vez en la vida y después las sombras les hacían caso omiso durante el resto de la vida hasta que llegara la hora de partir a la siguiente vida si es que había.

Pero viejos mitos decían que al igual que con las sombras de la mente tu sombra progenitora podía encariñarse contigo y te daría la oportunidad de responder una duda, luego de responder eso la sombra no volvería a interactuar contigo jamás. Tampoco te acompañaría por el puente, te dejaría solo para siempre.

Yeosang ya había tomado muchos riesgos en su vida así que ¿Por qué no tomar otro?

El espíritu con toda la dignidad que le quedaba cruzó la puerta y la cerró detrás suyo siendo recibido por el típico frío espeluznante y los susurros de puta madre que salían de cualquier parte. Él se adentró hasta el centro del aposento y se sentó en el suelo al rededor de todos los asientos donde el consejo de espíritus se ubicaba cuando el nuevo espíritu llegaba para recibirlo al mundo y blablablá las cursilerías para después.

Yeosang tomó aire y miró a su alrededor, se escuchaban susurros inofensivos por todos lados, pero no eran susurros de desesperación como lo del pasillo de las sombras. Para Yeosang, quien había estado ahí, eran los susurros más tetricamente soportables que existían.

-¿Cómo debería empezar? - Murmuró Yeosang. - Señora sombra madre, no, ni siquiera sé si es hembra o macho...¿Las sombras pueden tener género...? -

¿Saben qué título debería tener Yeosang en el consejo? El espíritu más idiota que ha nacido entre todos, dioses, literalmente se veía ridículo estando sentado allí en el suelo en medio de la oscuridad hablándole a unas sombras que de seguro estaban cagándose de risa si es que podían.

-Progenitor sombristico, le pido por favor que me dé alguna señal divina de que quiere hablar conmigo. No soy tan molesto como parezco, solamente soy un bastardo, pero soy agradable. Al menos eso me ha hecho sentir JongHo...-

En cuanto mencionó el nombre del menor sus pálidas mejillas se tiñeron de rojo, recordó el momento en el que despertó y se encontraba dormido encima de JongHo siendo rodeado por sus brazos. Yeosang no tenía idea como es que terminaron así y tampoco quería hacerse una idea, pero el solo hecho de ser abrazado por JongHo le hizo sentir bien. El calor que le otorgó JongHo fue una sensación agradable, se sentía como si el sol te estuviera abrazando y llevaras mucho tiempo bajo la oscuridad y el frío.

Yeosang no quería admitirlo tan fácilmente, pero su oscuridad se iluminaba cada vez que estaba con JongHo...

Ese chico realmente se estaba convirtiendo en su luz, pero Yeosang tenía miedo de ser alguien que oscureciera a JongHo. No quería hacerle daño, JongHo era lo mejor que le pudo haber pasado en su puta existencia, dañarlo haría que Yeosang se sintiera la peor persona del mundo...

Mitos de Oscuridad Y Luz III (JongSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora