CAPÍTULO CATORCE.- molesta admiración

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—No me diste una respuesta.

Eileen se detuvo en medio de pasillo, vio a Rosalie rodar los ojos y adelantarse a la clase. No la iba a culpar, Will no había sido muy bueno con ella, y el sentido del humor no era característico de su hermana adoptiva.

—¿Sobre que, Will? —preguntó, sintiendo como su nuevo amigo se posaba a su lado.

—Sobre tus conocimientos acerca de los vampiros —respondió él, sin tomarle mucha importancia.

Lastimosamente para Eileen, ella era muy mala mintiendo, por lo que, de manera violenta, se detuvo en medio del pasillo, viendo con sus ojos dorados la figura de Will a unos pasos delante de ella. Le sonreía con inocencia, casi con diversión.

—No sé —se aclaró la garganta—, no sé porque piensas que yo se algo de vampiros. Los vampiros no existen.

Will hizo un ruido burlón, y le guiñó un ojo.

—Claro, sí, lo que tu digas —se rió, y continuó caminando.

«Bien, no lo acepta», escuchó los pensamiento de William, «Tendré que buscar por otro lado». Si estuviera viva, Eileen sabía que su corazón en ese momento estaría latiendo a mil por hora. William tenía sospechas sobre los vampiros, parecía a punto de descubrirla.

Llegaron al aula, Eileen pasó a un lado de Alice y Rosalie que estaban sentadas juntas. Con Will, escogió uno de los asientos más apartados, después de todo ver Historia era algo redundante para su vida.

—Por cierto —le dijo Will cuando estuvieron sentados—, ¿cómo te va con el grandote con problemas de ira?

Eileen rodó los ojos, aunque le fue imposible ocultar su sonrisa. Había pasado un fin de semana fantástico con Paul, ahora que eran pareja ya no tenía que buscar excusas para verlo, abrazarlo o tocarlo de alguna manera. Estaba encantada con su lobo, que parecía más cariñoso con cada segundo que pasaba. Y aunque tenía que soportar las burlas de los chicos de la manada, todo iba para bien entre Paul y ella.

—Eh, Eileen.

Parpadeó, saliendo de su trance al ver como William chasqueaba los dedos frente a ella.

—Te has quedado boba —se rió William—. ¿Soñando despierta con la bolsa de músculos?

—Sigue diciéndole cosas a mi novio y estaré encantada de dejarte un ojo morado —amenazó. Will se rió fuertemente, recibiendo un regaño de la profesora—. Y, respondiendo a tu pregunta, Paul y yo estamos muy bien.

—Cursi. Casi puedo ver corazones saliendo de tus ojos.

Eileen negó, rodando los ojos. Pasó un buen rato antes que una mano cayera estrepitosamente delante de ella. Asustada miró a Will, el cual parecía muy ufano, como si hubiera hecho un gran descubrimiento.

—Tu musculoso novio puede ayudarme.

Eileen alzó una ceja.

—¿Con qué?

Will le sonrió, y por un momento a Eileen le pareció que veía al gato de Alicia en el país de las maravillas.

—Ya no quiero escribir sobre los vampiros, creo que los hombres lobo están de moda.

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Las clases esa última semana estaban siendo realmente cortas, Eileen supone que era debido a que faltaban menos de cinco días para la graduación y todos estaban más pendientes sobre sus vestidos para aquel día o con la atención puesta a las cartas de la universidad a las cuales querían ir. Aunque no quiso, se enteró que Bella había estado enviando solicitudes a universidades en lugares fríos, con climas similares a Forks, debido a que, según ella, iba a tener que alejarse de su familia porque iba a ser convertida en vampira.

1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔ Where stories live. Discover now