CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO.- derek

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Alice y Jasper no volvieron.

Cuando salieron a buscar a sus hermanos, fue a través de Sam que pudieron enterarse que ellos habían cruzado la frontera para irse de Forks, algo que los dejó confundidos. Fue un golpe duro para todos, sobre todo para Esme que no había parado de sollozar desde que se enteró.

Su hermana sólo les había dejado una vaga nota, indicándoles que debían de encontrar a todos los testigos que pudieran. No dijo nada más, ni siquiera la razón del porque se fue. En ese momento, Eileen se preguntó que tanto conocía a Alice y Jasper, ¿eran ellos capaces de abandonarlos cuando más los necesitaban?

Junto a su familia, decidieron no pensar tanto en eso y mejor hace caso a las indicaciones que dejó. Eileen pasó un día entero tratando de convencer a Paul, Brady y Theo que no iba a tardar mucho en su viaje, ninguno de los tres estaba muy feliz con su partida, pero no mintió.

Fue solo un día que estuvo fuera de Forks con Edward, ambos viajaron en busca de su mejor amigo, lo cual fue algo fácil. Derek amaba Nueva York, y no se había movido de ahí desde hace muchísimo tiempo. También fue una situación sencillo convencerlo de ayudarlos, solo bastaron unas palabras de Edward y listo, su amigo ya estaba empacando.

Derek llegó unos días después a Forks, Eileen tuvo que salvarlo de los licántropos de la manada, y lo llevaron a conocer a Lizzie. Su amigo quedó totalmente fascinado con la niña, también le confesó que ella en particular era una híbrida y que lo habían descubierto hace relativamente poco.

—¿Qué es esto?

Eileen alzó la miraba de su revista para poder ver a Derek. Su amigo tenía un ramo de tulipanes entre sus brazos, tuvo que contener una sonrisa divertida. Seth en serio se estaba tomando muchas atenciones para poder conquistar a Derek.

Porque sí, Derek resultó ser la impronta de Seth.

—Un regalo —respondió con un encogimiento de hombros—. Son bonitas. ¡A mi nadie me regala flores!

Se escucharon unos quejidos en la parte alta de su casa, Theo y Brady prometieron cambiar eso. Derek rodó los ojos.

—Sabes que no me refiero a eso. Lo que quiero saber es porque el niño ese me está enviando flores… ¡Y como adivinó que me encantan los tulipanes!

Eileen rió por la indignación de Derek, hasta que múltiples brillos de color morado empezaron a caer encima de ella.

—Contrólate, primero, Derek. Tu magia ha estado fuera de control desde que conociste a Seth.

—Ese niño no tiene nada que ver con mi magia descontrolada —se excusó.

Dejó su revista a un lado al ver como Derek colocaba con suavidad el ramo de tulipanes encima de la mesa, para luego sentarse a su lado. Los brillos morados se habían detenido con un simple movimiento de mano de su amigo.

—¿No deberíamos estar con los Cullen? —preguntó—. Digo, tu también eres una híbrida, podrías ayudar a que los demás chupasangres comprendan la situación.

—¿Chupasangres? —bufó—. Cuanto daño te han hecho los vampiros en el pasado, cariño.

—No me cambies de tema.

Eileen rió, se sabía de arriba abajo las miles de historias de Derek con otras criaturas mágicas. En realidad, fue gracias a él que entendió que en este mundo no solo existían vampiros y licántropos, sino miles de especies mágicas como sirenas, banshee, hadas y demás.

También tenía noción de los miles de romances fallidos de Derek en su pasado. Cada uno era peor que el otro, no ayudaba mucho el que su mejor amigo fuera un chico homosexual en épocas antiguas. Quizás era por eso que le emocionaba mucho la idea de verlo con Seth.

1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔ Where stories live. Discover now