CAPÍTULO VEINTIOCHO.- la manada soul

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Nota inicial: El siguiente capítulo está dividido en dos puntos de vista. El primero, es desde la perspectiva de Eileen, y el segundo, que empieza después del separador, es desde la perspectiva de Paul.

Advertencia: m-preg (embarazo masculino). Si no te gusta este tema o no estás dispueste a omitirlo y seguir con la lectura, por favor abandonar la historia y abstenerse de comentar cosas denigrantes o que molesten a la autora (o sea yo) ya que si no me veré en la obligación de borrar el comentario y silenciarlos. Gracias

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—Vaya puntería, Jake, eh.

Eileen rodó los ojos, aunque sabía que William lo decía para romper el ambiente no era muy apropiado en esa situación. Todos estaban tensos, Rosalie y Esme se mantenían firmes a cada lado de Edward, mientras que Jacob parecía enfurecer con cada segundo que pasaba.

La cuestión era que, quitando el tono de burlón, Jacob si había tenido una buena puntería. Solo había trascurrido un mes desde que se fueron de luna de miel y los recientes esposos tuvieron que adelantar su regreso por una enorme razón: Edward estaba embarazado.

Eileen tenía que admitir que se rió, y mucho, porque eso no era para nada posible en el mundo en que ella vivía; pero después de varias investigaciones y exámenes por parte de Carlisle, terminaron descubriendo que no era tan alocado como parecía.

Edward estaba muy confiado en llamarle “bebé” a aquello que crecía en su interior, parecía haberse encariñado bastante con él y ni siquiera quería oírlos hablar acerca de deshacerse de eso, lo cual no era nada raro considerando la época en la que fue criado. Bien, él era todo lo contrario a Jacob, que por poco se había vuelto loco de furia y se negaba a llamarlo bebé, decía que era mejor referirse a eso como “feto” o “cosa”.

Cuando ella y William llegaron a la casa, Edward y Jacob ya tenían bastante tiempo ahí, por lo cual Carlisle ya le había realizado muchos estudios a su hermano.

—¿Qué es? —había preguntado Jacob cuando los vio salir del consultorio. Los únicos que habían entrado ahí fueron Edward, Rosalie y Carlisle.

—No estoy seguro —fue la respuesta de Carlisle—. El ultrasonido no penetra el saco amniótico.

Esas palabras solo parecieron empeorar el humor de Jacob. Eileen miró a Alice, la cual estaba por completo ajena en sus pensamientos.

—Yo no puedo verlo —dijo su hermana, dando un paso al frente—. Cuando Edward te eligió, Jake, su futuro dejó de ser lineal, ya casi no podía ver nada sobre él. Ahora, definitivamente, su futuro ha desaparecido.

Eileen se removió nerviosa al lado de Jasper. Que ella fuera la embarazada estaba bien, después de todo una parte de ella era humana y sus órganos internos aún podían ajustarse a un embarazo, el que sea Edward el que esté lidiando por eso, era bastante más complicado.

El vientre de Edward estaba hinchado, parecía tener al menos unos meses. Era redondo y pequeño, Jacob les dijo que se había puesto así en el tiempo que duraron en regresar, lo cual los desconcertó más a todos, lo que sea que tuviera ahí estaba creciendo con bastante rapidez.

—¡Bien! —gritó Jacob—. ¿Qué podemos hacer? Hay que sacarlo de ahí, ¿no? Hazlo, Carlisle.

Sus palabras parecieron descolocar a Edward, que se cubrió aún más con la manta. Rosalie dio un paso al frente, mirando mal a Jacob, ella estaba totalmente de acuerdo con Edward y había sido designada por él como su guardiana personal.

1. EXTRAÑA IMPRIMACIÓN | paul lahote ✔ Where stories live. Discover now