"Tienes qué vivir"

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Blake:

—¿Quieres una malteada? —me preguntó Tanner, desde una mesa.

—¿Qué pasa?, ¿ya te cansaste de que te gane? —Reí.

—No, aún puedo ganarte, sólo quiero descansar un momento. —Rió conmigo.

—Sí, una de chocolate, por favor... —Tiré una bola por última vez, misma que tiró todos los pinos, a excepción de uno —. No está mal —Me encogí de hombros y me senté a su lado.

—Jamás imaginé que fueras tan buena... De haber sabido, me lo habría pensado para invitarte aquí —bromeó.

—Vaya, qué masculinidad tan débil. —Solté una carcajada.

—Claro que no, es broma. —Acarició las puntas de mi cabello.

—Ya lo sé. —Sonreí.

—Aquí están sus malteadas, señor... —El mesero trajo un par de malteadas de chocolate y las colocó en la mesa.

—Gracias... —respondió Tanner, sin dejar de mirarme.

Cogí el popote de colores blanco y rojo que había en mi copa y bebí un sorbo.

—¿Y tú y Matt qué? —¿Acaso Leah había estado entrometiéndose otra vez.

—¿Qué de qué? —pregunté con una risita nerviosa.

—Tú y él son muy unidos.

—Somos amigos. —Me encogí de hombros.

—Pero admitamos que las amistades mujer y hombre... no son tan sinceras... —Entrecerró los ojos.

—¿Qué dices?

—Vale, sí que hay amistades de ese tipo, sinceras, pero son pocas... Quiero decir... es difícil no sentir atracción hacia alguien con quién compartes tanto y que aparte te parece atractivo. —Tanner vaya que tenía un buen punto. Era un chico listo—. Además, ¿a qué hombre no le gustarías? —Sonreí, ligeramente ruborizada.

—No sé, tal vez a varios...

—Lo dudo muchísimo —Rió.

—Tann, puede que no sea el tipo de alguien en el mundo. Eso no sería nada raro.

—Se me hace imposible, pero... tu amigo tampoco es feo.

—Está bien, me atrapaste... sí me gustaba Matt... —admití.

—¿Y ya no? —Negué con la cabeza y pensé con detenimiento lo que diría.

—Él no estaba interesado en mí...

—¿Cómo? —Frunció el entrecejo.

—No como yo hubiera querido... —aclaré.

—Ya... —Aquello había dejado a Tanner notoriamente pensativo.

—Así que como amigos está bien... —Sonreí conforme, cuando en el fondo, por supuesto que no lo estaba.

—Supongo que si no iba a valorar cualquier cosa que tú le dieras, entonces, sí... es mejor así.

—Así es... —Di otro sorbo a mi malteada—. ¿Qué pasa?... ¿Mi delineado está chueco? —pregunté al ver que Tanner no apartaba su mirada de mí.

—No, no, está increíble... Tú te ves increíble... —dijo casi babeando. La forma en que ese cumplido había sido hecho, me pareció sumamente tierno.

Tomando esta vez la iniciativa, me incliné hacia él y dejé un beso sobre sus labios. Él colocó su mano sobre mi nuca y siguió con el beso. Si quería olvidarme de Matt, tenía que esforzarme, y Tanner era una buena oportunidad. Era un buen chico, amable, respetuoso, caballero, trabajador, divertido y sensible. Y sus besos no estaban nada mal. El chico en verdad me gustaba, aunque sabía que sería difícil al principio. Gracias a que Matt se encontraba atascado en mi cabeza. Carajo, Matt.

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