Capítulo 9

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Olimpia

— ¡¿Estás loco?! — Diijo llena de  coraje con su mano duramente aferrada a la perilla de la puerta de la habitación en el hotel— ¡¿Cómo puedes decir que mi mamá no es mi mamá?! ¡¿Qué no ves que viaje con ella todo el dia?! —

Christian tampoco es la mejor fuente confiable en esté momento que digamos, lo nota al ver su estado físico, aparte de su piel dorada quemada por el sol, ese príncipe ingles esta borracho, se le nota en la pedadez de su voz y  en el arrastrar de sus palabras, en sus mejillas rojas y quiza se sostiene de la pared para no caerse, pero sus ojos estan llenos de sinceridad mientras trata de hablar pero el alcohol no lo deja.

Aunque puede que sea un buen actor y que solo quiera arruinar su viaje con su madre.

— Ella no es tu madre Olimpia — Dijo pasándose las manos con desesperación por el cabello — ¡Tú madre está en Londres, tus padres te estan buscando! Esa persona que está en la habitación no es igual a la mujer que te dio la vida —

Olimpia soltó una suave risa para que las otras personas de las demás habitaciónes, no los escuchen y sin pensarlo, lo empujó por los hombros haciéndolo retroceder.

— ¿Ahora tú me dirás que conoces más a mi madre que yo? ¡Estas borracho! — Dijo abriendo la puerta de la habitación al pegar la tarjeta electrónica y entro con rapidez antes de que él se lo impida — Vete Christian, por una maldita vez déjame en paz, dejamos en paz a mi madre y a mi —

Olimpia cerró la puerta con agilidad dejándolo solo en el pasillo del hotel, pero se aseguro de que no la molesté, por eso le puso seguro a la puerta, soltó un suspiró y cansada del vciaje se quitó los zapatos y caminó por la suave alfombra del lujoso hotel porqué cómo siempre su madre  tiene buenos gustos, después de ver todo con tranquilidad y de  escuchar la respiración tranquila de su madre, se tomó el tiempo suficiente para tomar una ducha, de ponerse su pijama y al de mirar  a través de la ventana para deleitarse con la vista majestuosa de la ciudad por la noche.

— ¿Mamá? — Dijo en voz baja tratando de dezpetarla para escuchar su voz antes de dormie, pero su madre no hizo ningun ruido, es como si estuviera en un sueño profundo porqué durme de espaldas a ella y con la sábana cubriendo su rostro, así que qué sin escuchar repuesta, Olimpia se recostó en su cama dispuesta a dormir.

Pero algo la inquieta, por eso paso su mirada por la habitación  en plena oscuridad, tan oscura que apenas puede verse los dedos de sus manos, el silencio es mortal y la pone nerviosa, pero  cuándo escuchó un par de ruidos parecidos a unos crujidos de animal, abrió los ojos.

¿Y sí ese hombre tiene razon y esa cosa a su lado no es su madre?

Cuándo su madre se levantó de la cama y vago por la habitación sin rumbo fijo, como un fantasma a mitad de la noche, Olimpia se cubrió con la sábana y fingió estar dormida, pero puede sentirla cerca, tanto que la sintió a su lado en la cama, casi rozando su rostro y respirando cerca de su cuello.

Y eso no hace su madre, de un momento a otro se llenó de miedo terrible y cuándo aquella mujer se metió en el baño arrastrando los pies y soltando un líquido negro de su piel, salió disparada de la cama.

Olimpia no tuvo tiempo de tomar sus cosas, olvido su dinero, su bolso y hasta sus zapatos, salió corriendo de la habitación en dirección al cuarto de ese hombre y sin tocar, abrio la puerta sorprendida al verlo sin camisa y recien duchado.

— Hola querida, ¿Por fin me crees acerca de tu falsa madre? — Le dijo Christian con una sonrisa en la cara, quizá ese hombre aun tiene los efectos del alcohol en su sangre.

Olimpia asintió llena de miedo, con un sudor frío que la hace querer vomitar y una extraña sensación en el pecho que la está asfixiando.

— ¡Esa...esa cosa no es mi mamá  — Dijo con histeria tocándose el pecho — ¡¿Qué es eso?! ¡¿Entiendes lo horrible que es esto?! Todo el día viaje con una desconocida

Olimpia comenzó a caminar de un lado a otro de las habitacion sin poder controlar sus nervios y  con las manos en la cabeza

— Dame un minuto mientras llamo a tus padres — Dijo Christian tomando su celular y aferrando la toalla en su cintura — Nos iremos de aquí de  inmediato —

Pero sin previo aviso la puerta comenzó a sonar demasiado fuerte y ambos se quedaron en el más lugubre silencio.

— ¿Olimpia? — Dijo esa mujer que se hace pasar por su madre — Se que estas ahí cariño, puedo olerte —

Y cuándo la perilla de la puerta comenzo a dar vueltas, Christian ahora ya con ropa, la tomó de la mano y ambos se escondieron en un pequeño cuarto aledaño, ya saben, cuartos secretos de la realeza.

Le cubrió la boca con su mano y ambos se escondieron ahí en medio de los lujosos muebles egipcios, con sus repiraciones cercanas y sus cuerpos rozandose llenos de miedo, pero cuándo esa mujer comenzó a destrozar la habitación y los golpes en la puerta fueron más cercanos, lo tomó de la mano. 

— Tenemos que salir por la ventana — Dijo tratando se abrirla — Esa cosa, o lo que sea, quiere matarnos —

Christian retrocedió unos pasos y negó con la cabeza.

— ¡¿Estás loca?! Llamemos a la policia —

— ¿Y que le diremos, que una cosa de otro mundo nos quiere matar? — Olimpia se acercó al bordo de la ventana mientras su cabello se mueve con fuerza y cerró los ojos para no ver la altura — ¿Te tiras conmigo o te quedas solo con esa cosa? Tu elije

Christian soltó una mala palabra y se puso en la misma posición que ella y cerró sus ojos antes de arrojarse al vacío, sólo que está vez no chocaron contra el suelo, sino que calleron sobre el raro techo de un marcadillo de telas.

Al caer entre telas y baratijas egipcias, Olimpia retomo su sentido de la seguridad y al ponerse en pie, lo tomó de la mano para correr por las calles y   evitar mojarse de la lluvia, cuando estuvieron lo suficientemente lejos, se ocultaron en una callejuela iluminada por el mercadillo.

— Jamás había dormido de una forma tan pobre — Dijo Christian mirando la suciedad de la calle — Mi padre se morirá cuando le cuente las locuras que hago por una chica —

Olimpia se acerco lo suficiente como para recargar su cabeza en el hombro de ese hombre y cerro los ojos.

— ¿Te preocupas por tu padre? Preocupate cuándo se entere tú novia o cuándo esa cosa nos persiga — Dijo agarrandolo del brazo para tenerlo cerca — Ahora solo fuerme Christian —

Nota de la autora

Dios.... Ahora la duda es: ¿Quien es esa mujer con la que viajo Olimpia?

🤐🤐🤐🤐🤐

Algo me dice que la aventura apenas comienza

Pero ¿Christian que hace aqui? A menos que a ese hombre si le guste Olimpia Jajajaja

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Erase Una Vez Alejandría Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz