Capitulo 6

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Christian

Cerró los ojos al sentir el fuerte dolor de cabeza que pulsa tanto  qué puede sentir su cerebro a punto de explotar, seguramente su madre podría darle algo para el dolor, pero ahora el golpe y la resaca lo estan matando.

Christian carraspeo y se pasó las manos por la cara tratando de despejar el sueño y el dolor, ahora es cuándo recuerda todo lo que hizo la noche anterior, se peleó com los guardias de su padre, tomó cervezas hasta perder la conciencia y se metió en el cuarto de una extraña.

Sin duda su madre le recetará inyecciones de lo molesta que estará.

Por eso quiere levatarse de la cama antes de que esa arqueóloga loca lo haga, está tan avergonzado por todas sus tonterías de la noche anterior que no puede verla ni a la cara.

¿Esconderse en el clóset de una dama y ver su ropa interior?

Eso no caballeroso.

Dispuesto a irse y jamás volver a la casa del primer ministro porqué estando cuerdo quiere alejarse de esa loca, se removió en la cama, tomó una respiración y se preparó para recibir la luz de la mañana en sus ojos, pero al abirlos no encontró luz, sino plena oscuridad, una que del terror no lo dejó moverse de la cama cómo si estuviera paralizado.

Sus ojos azules se dilataron al ver una extraña figura humanoide sobre él, esa persona está cubierta de viejas telas negras, pero no lo toca, es como si flotará, su mirada es oscura, potente y maligna, esta cubierta cómo la envoltura de una momia. Entre su miedo pudo percibir una serie de tatuajes que cubren su pálida piel, al igual que esos oscuros ojos, más negros que la noche, pero cuándo esa figura se bajó la tela que cubría su rostro  una boca se desgarró de la forma más horrible y cuándo se inclinó cómo si fuera a comerlo, Christian despertó de su pesadilla.

— ¡¿Que diablos que te pasa?! ¡Estuve a punto de llamar a los guardias!  — Dijo Olimpia caminando de un lado a otro de la cama claramente preocupada por él — ¿Viste a un fantasma o te orinaste? Estabas muerto de horror dentro de tus sueños, trate de despertarte y no podía, mirate, estas pálido y estás sudando —

Christian tomó asiento en la cama lleno de horror y miro a ambos lados de la habitación solo para encontrar la extrala mirada de Olimpia, sin duda esas extrañas pesadillas lo estan volviendo, tomó una respiración y sin importar su dolor de cabeza, se puso la camisa y se levantó de la cama.

— ¡Claro que estaba asustado! ¡Veo cosas extrañas o gente muerta! ¡Dios, ya no sé! Algo raro me está pasando y necesitó saber que es, me estoy volviendo loco desde que te conocí — Dijo extrañamente enfurecido, pero Olimpia solo se cruzó de brazos y lo fulminó con la miarada.

— Pues me alegro, ojalá te mueras en alguno de tus sueños, cuando salga ya no quiero verte, vete de mi casa —

Olimpia se cruzó de brazos y se dio la media vuelta molesta a punto de encerrarse en su closet, pero fue lo bastante rápido como para tomarla del brazo y detenerla. Pensó en las palabras correctas y habló mucho más calmado.

— Lo siento, yo, no puedo dormir Olimpia y eso me esta afectando, sólo cierro los ojos y veo figuras demoníacas — Dijo con la mirada suplicante — Me estoy volviendo loco, estoy perdiendo mi vida desde que salí del hospital, no puedo salir de fiesta, no entiendo lo que dicen en el parlamento y siento que me siguen a todas partes ¡Ayúdame! Pero nadie debe saber que vengo contigo, creerán que estoy más loco —

Es arqueóloga se alejo con fuerza cómo si eso no le importará y cómo si escucharlo la aburriera.

— Ni siquiera debería de ayudarte, pero prácticamente te asesine o bueno, casi te mato al aventarte de esa ventana, así qué estás algo loco por mi culpa — Dijo frunciendo sus labios en una linea recta — Está noche descubrire que es lo que esconde mi madre, dejaré mi ventana abierta y entrarás por ella a la medianoche, así investigaremos que nos pasa, y espero que después de está noche jamás te vuelvas a acercar —

Erase Una Vez Alejandría Where stories live. Discover now