Princesa De Hielo

¡Me rindo!

Muchas personas me preguntan ¿Nunca quisiste trabajar de otra cosa? O ¿Por qué trabajas de stripper?.

Las repuestas son fáciles de pequeña quería ser diseñadora de ropa, tal vez en el fondo si lo quiero hacer. Pero entonces ¿Qué paso? La vida me golpeó muy duro tenía sueños que con el tiempo se rompieron, dejaron de existir, pero la culpa fue mía porque me rendí, los sueños los cumplen son los valientes no los cobardes… Cómo yo.

Aún recuerdo cuando me quedé sola y pérdida y aun así fui a buscar trabajo en ese tiempo tenía pensado ir a la universidad tenía 18 años, pero está claro que la vida y el destino no lo quisieron así porque poco a poco me arrebataron todo lo que más quería.

Busque trabajo de todo tipo, siempre rogaba por una oportunidad, pero se negaron a dármela aun así no me rendí y seguí buscando, pero las respuestas eran las mismas; lo siento, pero necesitamos personas con experiencia, ¿Es en serio?.

Nunca iba a tener experiencia si nunca me dejaban que la tuviera. Pase tres meses buscando trabajo, porque todos me cerraron la puerta y me negaron la oportunidad.

Unas semanas después me rendí, así que decidí contárselo por teléfono a mi mejor amiga, Luna.

Cuando me contesta le digo, preocupada.

—Lu creo <<me rindo>>, no sé que es lo quiere la vida de mí tengo 3 meses buscando trabajo, pero me lo niegan ya ni sé qué hacer, las cuentas tengo que pagarlas.

—Nati, no te rindas recuerda que siempre hay guarda la esperanza y tranquila que algún día todo se solucionará—me dijo con tono de ánimo que ya no tenía de verdad estaba muy preocupada.

—Lu igual estoy preocupada las cuentas no se pagan solas además de los gastos que tengo que hacer en la comida y en todo los demás—respondo, con un tono muy preocupado.

—Ay, Nati qué mal, estoy muy lejos para poder ayudarte—dice se le nota el desánimo en la voz.

Es muy cierto que está lejos vive en otra ciudad solo hablamos por teléfono.

Suspiró y le digo:

—Yo sé, Lu no te preocupes estaré bien—eso ni yo me lo creó.

—Tengo un amigo que tiene un club nocturno y ahora está haciendo audiciones para el trabajo de stripper, tú sabes bailar muy bien y eres muy bonita tal vez, te elijan—me anima.

Un poco de esperanza vuelve a mí.

—¡Claro! ¿Por qué no me habías dicho?, dame la dirección para ir a ver qué me dicen.

Me da la dirección, casi de inmediato.

—Gracias de verdad—le digo con total honestidad.

—Nati para eso estamos las amigas, no hay de qué.

Con eso cuelga y me hace prometerle que le contaré cómo me fue en la audición.

Al día siguiente fui a la audición y me aceptaron y ya tengo 5 años después sigo trabajando ahí digamos que ganó muy bien y tengo mi vida emocional estable.

Suspiró terminando de comer mi desayuno para así pasar todo el día sola en casa, cómo trabajo de noche me da mucho tiempo de hacer cosas en el día y ¿Qué hago?, Recordar y sentirme sola y miserable.

Hoy es jueves mañana me veré con Santiago, para firmar el contrato y así empezar a trabajar, son solo los viernes, pero de igual manera me pone nerviosa.

El teléfono suena sacándome de mis pensamientos, es un número desconocido dudo un momento, pero de igual manera constató:

—¿Alo?, ¿quién habla?—respondo confundida.

—Mi quería, princesa de hielo.

Su voz es Santiago.

—¿Cómo conseguiste mi número?—pregunto, pero en el fondo estoy muy confundida.

—¿Y eso que importa? Te llamo para que confirmes la cita de mañana—me recuerda, molesto.

—Si es seguro—respondo con mi tono de voz frío que me caracteriza.

Y con eso me cuelga.

¡Qué maleducado!

Pienso que en verdad qué Santiago me va a volver loca.