Un sueño bastante caliente

4.3K 508 33
                                    

Cuando llego a casa todavía no me lo puedo creer que le dije que sí.

Definitivamente ¡Estoy loca!

Me dejé llevar mucho por los impulsos por lo que ahora estoy muy arrepentida espero que esto de verdad no sea un error.

Al entrar a casa me siento sola como es de costumbre, no hay nada peor que sentir tu alma vacía aunque yo me conformo por no tener mi departamento así. Todavía recuerdo mi infancia todo era más fácil, menos complicado.

Suspiro sacudiendo mi cabeza para borrar esos recuerdos tristes no sirve de nada recordar aquello que te duele tampoco llorar y estar triste, hay que ser fuerte y seguir adelante demostrando que si se puede.

Decido irme a la cocina para ir a comer algo, de verdad que estoy hambrienta.

Mi departamento es muy pequeño pero acogedor. Tiene una pequeña sala de estar, nada más hay dos muebles individuales y otro ya para tres personas ese está en el medio los otros dos a cada lado tiene un televisor de plasma en frentes es hay donde pasó la mayor parte de mis días digamos que es como el amor de mi vida lo amo demasiado, las paredes son de color azul cielo con piso de cerámica blanco, Tiene una pequeña cocina en la que hay una mesa para 4 personas de color marrón, la cocina eléctrica, la nevera y los estándares de color blanco también es de color azul. Por último está mi habitación que cuenta con una pequeña cama en el centro con sabanas de color azul rey, con dos mesitas de noche al lado, un armario de color blanco como las paredes y en el fondo una puerta que es el baño. La verdad no necesito nada tan grande me sentiría más sola.

Me dirijo al baño para darme una ducha, cuando termino me pongo unas bragas más una camisa larga. Llego a la cama el sueño me alcanza y me quedo dormida en un instante.

~
—¡Santiago!—gemí descontroladamente, mientras me penetraba fuertemente mientras me miraba fijamente.

Me mordí inconscientemente el labio ¡Diablos! Este hombre sí que lo sabía hacer bien y parece un dios en la cama.

Él se encontraba desnudo con mis piernas alrededor de su cintura. La manera en que conectaban nuestros cuerpos como cada embestida era sorprendente éramos dos locos llevándome con la lujuria y atracción del momento.

Muevo mis caderas de arriba a abajo de un lado al otro pidiendo más cosa que el nota me agarra las caderas con fuerza, mientras se apodera de mi cuello lo muerde, lo besa y lo chupa yo mientras tanto no paro de gemir y él tampoco se esfuerza en ocultar sus gemidos y gruñidos que soy muy sexis y hacen que me moje más.

Su miembro entraba y salía por mi canal volviéndome cada vez más loca. Su miembro era grande y las venas a su alrededor estaban marcadas por la excitación. Los dos estamos sudados con nuestros cuerpos pidiendo más.

Si esto se siente estar en el infierno entonces no quiero salir de ahi nunca, de hecho me encantaría quedarme viviendo allí.

Me mira con una sonrisa traviesa se la devuelvo de la misma manera.

—¿Te gusta?— me susurra al oído, penetrándome más fuerte.

—¡Ah sí que rico!—gimo.

En eso me voltea y quedo boca abajo agarro fuerte las sábanas y subo un poco mis nalgas indicándole que me penetre por ahi.

Me da una nalgada y luego pasa su miembro por el medio de mis nalgas lentamente.

—¡Santiago!—gruño desesperada, quería que me terminara de follar.

—Dime, mi princesa.

No lo puedo ver pero sé que el muy sínico está sonriendo.

—¡Fóllame!

—¿Qué dijiste?—pregunta, vacilante.

—¡Que me folles!.

Casi grito mi cuerpo lo aclama desesperadamente. Quiero sentirlo…

—Está bien princesita, te follaré tan duro que luego me pedirás clemencia.

Me muerde el pómulo de la oreja y entra sin previo aviso. Auch eso al principio dolió, pero mientras entraba y salía lentamente sentí que se me iba pasando.

—¡Más!—exijo.

El dolor ya poco a poco desaparecido y fue reemplazado por una fuerte ola de excitación.

Santiago me obedece y me penetra más fuerte, mientras yo gimo sin parar esto me encanta, no quiero parar. Siento que el orgasmos se acerca y sé que él también porque me penetra más rápido con una mano me agarra un seno y con la otra me agarra el cabello y me echa la cabeza para atrás. Estoy a punto de llegar al orgamos...

Entonces pasa me despierto a las 4:00 de la madrugada muy excitada, mojada y sobre todo sudada. ¿Pero qué mierda me pasa? ¿Desde cuándo tengo sueños eróticos? Aunque ese fue un sueño un poco intenso mi cuerpo está consciente de eso y aunque mi mente lo niegue también.

Me paro de la cama y me doy un buen baño ¡Lo necesito! Y no me importa que sean las 4:00 de la madrugada la situación lo amerita. Cuando salgo me meto en la cama e intento tratar de dormir otra vez. Pero igual no dejo de pensar en el sueño y en lo real que se veía.

¿Por qué de tantos hombres que conozco sueño con él? Y vaya sueño.

No soy virgen, pero eso no significa que sea activa al sexo, es un poco irónico, ya que en mi trabajo hay muchos que lo han aclamado pero nunca conseguido.

Puedo notar que siento una gran atracción un poco peligrosa, aunque sea un imbécil tengo que admitir que si está bien guapo. Decido dejar de pensar un poco en el sueño tan caliente, luego de un rato después de tanto intentarlo me logro quedar dormida.

Princesa De Hielo Where stories live. Discover now