Parte 13

2K 270 3
                                    

-¿Por qué están aquí madre?

El ambiente en la cocina era muy tenso, al menos para mí porque mi madre parecía estar tan relajada como siempre, sentada en la barra del bar.

-¿No piensas que es muy grosero hablarme así después de tanto tiempo de no vernos hija?

-Primero respóndeme por favor, ¿Por qué mis hermanos están aquí? Además vinieron con maletas grandes

-Tu padre piensa que es la mejor opción, ellos quieren estar contigo y tú con ellos, dice que le han estado causando muchos problemas con sus constantes quejas durante las reuniones con empresarios, lo hubieras visto enojado por el desastre que causó Priscilla en la cena de hace algunos días, en fin, decidió que se encargará de sus matrimonios por su cuenta, ellos solo se presentaran a su pareja cuando sea necesario, mientras tanto no quiere distracciones ni problemas en casa.

-¿¡No te das cuenta de que eso es muy cruel para ellos!?- y una responsabilidad que no me correspondía pensé.

-Si no te parece entonces regresaremos pero no me haré responsable de las medidas que tome tu padre.

-No, ellos se quedarán conmigo.-Sentí una impotencia terrible, esa misma sensación que tuve en la fiesta de Laura pero no podía hacer nada.

-Entonces yo me voy de aquí, más te vale seguir cumpliendo las expectativas de tu padre o tendrás problemas.

La sensación de esa casa se aligero desde el primer paso que mi madre dio fuera de esta.

Corrí a mi cuarto para saber qué era lo que estaba pasando, sin abrir la puerta pude escuchar la conversación.

-No tenemos muchas opciones, tenemos que confiar en que Alicia pueda hacer lo que nos ha prometido desde que lo recuerdo.

-¿Por qué no solo huyen de aquí?

-¿Y tú qué crees que le harían a ella? ¿a nosotros? las cosas no saldrían bien de ninguna manera.-Lo que decía Argus era cierto, no teníamos muchas opciones, podíamos ahorrar dinero y huir juntos pero frente a una persona con tanto poder como nuestro padre seríamos encontrados muy rápido.


¿Cómo era posible siquiera tener que pensar cómo salvar a tus hermanos de prácticamente ser vendidos por tu padre?

---------------------------------


Los pasillos de la escuela estaban especialmente vacíos ese martes por la tarde, era un día aburrido sin actividades extraescolares, un día nada remarcable en la memoria de cualquiera, o al menos casi cualquiera.

De pronto escuché los pasos de algunos alumnos delante de mí, hablaban susurrándose algo en un muy mal intento de ser discretos ya que podía escuchar todo.

-Si no me equivoco Hannah dijo que hoy lo haría ¿no?

-Creo que sí, dijo que ninguna omega se le resistiría jamás, dicen que incluso pensó en marcarla solo para que no se pueda separar de ella.

-Vaya, eso es cruel incluso para ella, todo omega de esta escuela debería saber que no es buena idea meterse con Hannah, que estúpida la chica que fue a caer en sus palabras.

Sentí un enojo impresionante, Hannah era el nombre que mi omega había dicho cuando la encontré en el baño y era claro que ella no estaba bien en ese momento. Volteé a la dirección de los chicos que al parecer no me habían notado aún, tomé a uno por el cuello de su chaqueta y con la voz más imponente que pude hacer en ese momento pregunté.

-¿Dónde mierda está Hannah?

-De que hablas, yo no sé nada.- A ese chico le temblaba tanto la voz que era imposible que dijera la verdad y para empeorar su situación su amigo había huido del lugar. Lo tomé con aún más fuerte y lo acorralé contra la pared.

-¿Ahora sabes de que hablo?

-Dijo que estaría en el salón de arte, hoy estará vacío y es un lugar apartado, te juro que no sé más.

Lo lancé con fuerza al suelo y corrí como si de eso dependiese mi vida hasta el salón de artes, a pesar de estar en un tercer piso y justó al lado contrario llegué en cuestión de menos de dos minutos. Detrás de aquella puerta se escuchaban risas bastante macabras y se podía sentir cierto olor a alfa, abrí la puerta de un golpe, de inmediato el olor a alfa explotó en mi nariz siendo molesto y vi a esa tal Hannah con su teléfono en la mano grabando a mi pequeña omega que estaba tirada en el suelo llorando y tapándose la nariz intentando no oler las feromonas.

-¿Quién carajo eres tú?- Gritó Hannah al percatarse de que había entrado con toda la intención de pelear.

-¡Aléjate de ella ahora!- sentencié con mi voz de alfa, fue tan severa que incluso la pude ver retroceder medio paso aunque casi de inmediato recupero la compostura.

-Ella es mi omega y tú no tienes nada que ver en esto.- ¿¡Su omega!? ¿Acaso era estúpida o tan solo se sentía con el derecho de reclamarla por ser un alfa?

Lancé un golpe certero a su cara que pudo evitar aunque tuvo que sacrificar su teléfono para eso.

-¡Eso solo es una advertencia, lárgate de aquí!

-Mi maldito teléfono idiota.-Ella lanzó otro golpe y así comenzó una pelea que rápidamente se volvió más bien en una paliza unilateral, Hannah estaba debajo de mí mientras que yo no podía parar de golpearla frenéticamente liberando toda la ira que tenía desde hacía años acumulada y que ella había hecho se derramara la última gota. Solo la dejé cuando me di cuenta de que estaba quedándose inconsciente y ya no trataba de defenderse siquiera, noté mis nudillos ensangrentados y mis brazos entumecidos, recuperé el aliento para de inmediato voltear a ver dónde estaba tirada mi omega, se veía completamente indefensa, no había dejado de llorar en ningún momento, tan solo se había encogido sobre en misma y aún luchaba contra las feromonas de ese lugar tapándose la boca y la nariz con un pañuelo, era claro que le estaban afectando demasiado, me acerqué a ella, la tomé por los hombros y de inmediato comenzó a temblar.

-Tranquila, no te pienso hacer nada ¿Me recuerdas?- Asintió ligeramente con la cabeza, la ayudé a sentarse, cuando vio en la condición de Hannah y mis manos llenas de sangre se asustó aún más.

-¿Ella te hizo algo?-Pregunté ignorando que ver aquello la había espantado, negó con la cabeza y secó algunas lágrimas que seguían cayendo por sus lindas mejillas.

-Tranquila, ella va a estar bien, solo le di un buen susto, lo prometo.- Me acerqué aún más y la ayudé a levantarse pero por la explosión de feromonas estaba muy débil y su cuerpo se sentía muy caliente. Al ver que sus piernas no funcionaban bien la cargué entre mis brazos y salimos de aquel salón no sin antes romper el teléfono de Hannah de una patada que lo hizo reventar contra la pared.

Caminando rumbo a mi motocicleta comencé a liberar mis feromonas inconscientemente a lo que ella respondió escondiendo su cara en mi cuello como buscando aún más mi olor.

-¿Supongo que ahora si me dirás tu nombre verdad pequeña? –Entonces escuché un susurro a un lado de mi oído.

Mi pequeña Daniela.

Perfectly Wrong (Omegaverse)Where stories live. Discover now