Parte 44

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-Aléjate de ella padre.- Grité con la voz agotada.- No voy a permitir le pongas un solo dedo encima.

-Entonces ella por fin logró liberar esos pequeños instintos que tienes.- Él solo se burlaba de mi, de la desesperación que me causaba que tuviera a Daniela tomada por el brazo junto con mi madre para "inspeccionarla"- ¿Sabes lo patética que te ves en este momento?

La flama de mi interior ardía con fuerza, no como aquella vez en esa fiesta, tampoco como con el par de peleas que tuve con Hannah, esto era muy diferente el odio acumulado toda mi vida por el hombre que tenía en frente sumado a la preocupación por mi omega, Una sensación completamente nueva y devastadora que me estaba haciendo ceder a mis más primitivos instintos.

-La llevaré con un diseñador de imagen para ver lo que podemos hacer con ella, después empezarán las prácticas para que sea una buena omega.- A pesar de no temerle a mi madre y no tenerle la misma cantidad de odio que a mi padre verla intentar alejar a Daniela de mi lado fue más que suficiente para terminar de romper la delgada línea que me había estado deteniendo tanto tiempo.

-No la vas a llevar a ningún lado, ella se quedará conmigo.- Mi voz era un mezcla de la voz de alfa y un grito de desesperación.

-No contradigas a tu madre Alicia, solo estas logrando que me enoje aún más.- La mano de mi padre llegó con fuerza a posarse en mi cuello intentando subyugar mi voluntad.- Esa omega es un desastre.

-Esta bien Alicia, no me va a pasar nada, no veníamos a pelear ¿Recuerdas?-La voz de Daniela era dulce, entendía que solo quería evitarme problemas pero no podía permitirlo.

-Escucha a tu omega Alicia, nosotros aún tenemos que hablar de alfa a alfa.

-No, ella se queda conmigo.-De un golpe me separé de mi padre para poder acercarme a mi omega, a pesar de intentar ayudarme era obvio que estaba aterrada por lo que no dudó ni un segundo en abrazarme refugiándose en mis ya abundantes feromonas.- Nos iremos de aquí al amanecer.

-¿Irse? ¿Qué acaso me vas a hacer hablar dos veces? Te quedarás aquí para que pueda vigilarte todo el tiempo, si no obedeces regresaré a tu omega a su casa y cortaré toda comunicación.- Nuevamente mi padre se veía como una gran figura imponente frente a mis ojos pero nunca más dejaría que eso me detuviera.

-Detente, ya no puedes decirme que hacer, toda mi puta vida arrastrándome como un simple trofeo más, un logro digno de admirar, no lo soy ¿Si quiera sabes algo que me guste? No, claro que no lo sabes, nunca me permitiste tener nada mío, ya te lo dije, no te permito darme una sola orden más.- La voz de alfa fue tan imponente que terminó haciendo a mi padre retroceder, su orgullo quedaría destruido después de eso.

-¿Cómo te atreves a hablarme así?

Una discusión llena de gritos comenzó pero cuando mi padre comenzó a lanzar golpes evité responder, en una pelea probablemente aún me ganaría, recibí los golpes sin chistar, cubriendo con mi cuerpo a Daniela para evitar que la dañaran.

-¡Crees que vas a arruinar todo lo que planee para ti! ¡Crees que te dejaré hacer lo que quieras! ¡Me maté trabajando como para que ahora quieras destruirlo todo!- Un golpe certero al ojo terminó por romperme la ceja haciéndola sangrar y aún así no respondí, no tenia caso, yo no lo valía, toda es ira, esos instintos se habían enfocado en una sola cosa, proteger a Daniela pero, entonces el se atrevió, tomó del brazo a Daniela apartándola de mi lado.- ¡Ella es la responsable de que intentes arruinar todo!

-¡Suéltala padre! Ahora.- Por muy fuerte que pudiera ser mi voz la ira de mi padre era aún más, estaba completamente cegado.

-¡Si tanto te afectó entonces bastará con alejala de ti! Me encargaré de que marques a otro omega, la olvidarás porque yo lo digo.

Escuché nuevamente ese chillido, un simple reclamo de mi omega, un pedido de auxilio, mi padre la sujetaba con tal fuerza que la lastimaba, entonces pelear tuvo sentido y por fin esa ira decidió actuar. Me lancé sobre los dos, los tres caímos al suelo, como pude lancé una patada al estomago del alfa para mantenerlo alejado por un tiempo, ayudé a levantar a mi omega, la abrazaba con todas mis fuerzas, ella era mi nueva razón de existir.

-Alicia para de una vez, solo dile que si, mírate, estas sangrando y si sigues así te matará.- Escucharla preocupada por mi fue simplemente renovador, serené mi voz para darle seguridad y la separé de mi cuerpo para hacerla correr a mi habitación.

-Tranquila omega ¿Recuerdas lo que le dije a tu padre? Te cuidaré con mi propia vida si es necesario.

-Pero no quiero que hagas eso, quiero que estés conmigo.

-No te voy a dejar tan fácil, con lo que me costó conquistarte.- Bromé a pesar de la situación.- Ahora corre a mi habitación y no dejes entrar a nadie que no sea yo, te seguiré pronto.- Besé sus labios con suma delicadeza para por fin dejarla ir.

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Aquel pequeño momento de armonía se destruyó aquel imponente alfa logró levantarse y rápidamente arremetió con tal brutalidad que la misma casa quedó en silenció.

El golpe fue una sentencia clara que los juegos de niños habían quedado muy en el pasado, el creerse adultas solo por portar una marca uniéndolas había sido sin duda alguna un gran error.

El pavoroso alfa seguía de pie, su furia lo ofuscaba de entender lo sucedido, para el solo había sido un ataque descontrolado a un par de chicas para detenerlas sin saber que eso podría ser el fin de una vida.

Los segundos parecían eternos, era imposible que un cuerpo tardase tanto caer al suelo, pero a los ojos de un mate ver caer a su alma gemela era impensable. La novedosa alfombra blanca que decoraba los suelos de aquella vivienda se pitaba de un rojo intenso creando poco a poco una charca de aquel liquido carmesí y mientras el olor de feromonas de una se apagaba las contrarias se intensificaron tanto que heló la sangre de Bolton haciéndolo entrar en razón, la frialdad con la que miraba la escena era aterradora.

Un grito de desesperación destruyo la falsa calma que existía, el cuerpo tan débil y quebradizo viéndose tan pequeño en el suelo aterraba al mate consiente que manchaba sus manos con la sangre, los sollozos eran desesperantes, rompían el corazón de cualquiera a pesar de no ser familiar o siquiera un conocido podía sentir el dolor.

-Borra los videos de todas las cámaras de seguridad ahora.- Ordenó Bolton inmediatamente.

El alfa intentó aproximarse al cuerpo para ayudar a la herida pero decidió alejarse al sentir la furia inmensa que desprendían las feromonas.

Con manos temblorosas buscó su teléfono en el bolsillo aquel mate desesperado por salvar la vida del amor de su vida pero marcar un simple número era complicado debido a las lágrimas y sangre que opacaban la pantalla.

-Por favor, no me dejes.

Perfectly Wrong (Omegaverse)Where stories live. Discover now