Parte 8

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Me arreglé lo más casual que pude porque eso me dijo Dante que hiciera, nunca había ido a una fiesta que no fuese de mi padre, en cuanto terminé de prepararme para salir un número desconocido llamó a mi teléfono, era raro, no hablaba con nadie.

-Buenas noches ¿Quién habla?

-Vaya, no pensé que fueras tan formal Alicia.

-Eres tu Laura, lo siento

-¿Por qué te disculpas? Bueno eso ya no importa ¿Vendrás a la fiesta?

-Te dije que lo sabrías si me veías ahí

Colgué el teléfono sin más, no estaba interesada en ella, yo tenía un objetivo muy claro.

Dante me esperaba cerca de la escuela, nos reunimos en ese lugar para llegar juntos al lugar.

-Llegas tarde Dante, como siempre- hacía casi 20 minutos lo esperaba, incluso tuve tiempo de comprar una bebida para esperar más cómoda.

-Lo siento, lo siento, sabes que no soy bueno con los tiempos ¿lo importante es que estoy aquí no? Vayamos a divertirnos

La fiesta no era muy lejos así que decidimos ir caminando, yo estaba muy nerviosa al contrarios de Dante que lucía verdaderamente emocionado por lo que estaba a punto de suceder, ninguno de los dos decíamos nada y a pesar de que ese silencio era incomodo era reconfortante ya que me daba tiempo y el perfecto pretexto para perderme en mis pensamientos sin ser juzgada.

Primero, evitaría el contacto con la gente que estuviera, después saludaría a Laura solo por el hecho de que ella me invitó y por último buscaría a aquel omega que tanto quería conocer. No era tan difícil, solo eran tres simples pasos a los que me tenía que apegar.

El lugar al que llegamos era bastante normal, un vecindario de película justo en medio de una gran ciudad, la casa de Laura estaba abierta y la música resonaba desde mucho antes de entrar, al interior había una cantidad ridícula de gente para el espacio que era, todos bailaban y tomaban divertidos mientras yo intentaba abrirme paso entre la gente, había perdido de vista a Dante, al parecer en cuanto entramos olvidó que había ido para acompañarme y decidió pasársela bien. Logré ver a Laura con su grupo de amigas, esa era mi única pista para encontrar al omega así que me acerqué rápidamente pero sentí como alguien tomaba mi mano y me apartaba de los demás llevándome a un lugar más calmado.

-¿Tu qué haces aquí pervertida?- su voz era tan irritante como su mera presencia.

-¿Qué es lo que quieres André? Solo vine porque me invitaron.

-¿invitarte? ¿A ti? Vamos, no me hagas reír, esta no es una fiesta de fenómenos.

Golpeaba constantemente mi frente con sus dedos, tenía que estirarse para alcanzarme pero eso no lo detenía.

-Basta André, déjame tranquila y metete en tus propios asuntos- aparté su manó saliendo de la habitación ignorando todos los insultos que escupía.

-¿¡A donde crees que vas maldita!? ¡No me dejes hablando solo!

El grito fue tan fuerte que la fiesta quedó en un silencio sepulcral. La gente comenzó a mirarme, un pobre omega indefenso salía de un lugar apartado con alfa tan nervioso que era imposible que no hubiera hecho nada, en verdad la situación se veía muy mal para mí y André de inmediato lo notó.

-¡No puedes intentar hacerme una cosa así y luego huir sin consecuencias!

Las miradas de todos se enfocaron en mí poniéndome aún más nerviosa al punto de hacerme sudar y dejándome incapaz de formular una frase.

Dante observó la escena desde la distancia y al ver lo que sucedía corrió a mi auxilio viendo que yo era incapaz de defenderme.

-Tranquilo André, deja de gritar y di la verdad, sabes que Alicia no hizo nada, ella es incapaz.

La mano firme de Dante sobre mi brazo me daba cierta tranquilidad, era claro que era un alfa bastante fuerte.

-¿Incapaz? Pero si es una alfa, claro que es capaz de cualquier cosa.

Los murmullos en la expectante audiencia comenzaban a penetrar mi mente pero pronto Dante se acercó a mi oído y susurro algo.

-Maldición Alicia, eres un alfa tienes que defenderte de una situación así o los dos saldremos mal parados de esta.

Era cierto, ya no tenía que bajar la cabeza y acatar, él no era una figura de autoridad y podía decirle lo que quisiera.

-Tu bien sabes que no te hice nada André, solo estábamos hablando

-¿Tu llama hablar a lo que estabas intentando hacerme? Eres una mentirosa

-¿mentirosa yo? ¿Cómo puedes decir una idiotez así? Yo no paseo por el mundo mintiendo acerca de mis padres.

La expresión del pequeño omega cambió rápidamente, dejó e actuar como una víctima indefensa para retroceder un paso casi como si hubiera visto un muerto.

-¿de qué demonios me estás hablando maldita loca?

-¿es acaso que nadie aquí lo sabe? el tan famoso y popular compañero suyo hijo del dueño de MedicaTronic es una maldita mentira

-Deja de decir estupideces, esto no tiene que ver con mi familia

Estoy segura la risa que solté en ese momento asustó a más de uno por lo incontrolable que fue, nunca me había sentido así de poderosa y esa sensación me encantaba, tenía el control por una vez en mi vida.

-¿Tu familia? Oh pequeño creo que nadie te advirtió que deberías tener más cuidado, no porque la prensa jamás haya tomado una foto de los hijos del dueño de la compañía significa que debas robar su identidad.

La cara de André era un deleite, estaba aterrado, su pequeño mundo perfecto estaba a punto de ser derrumbado por una novata en la escuela que no era precisamente la definición de popular.

-¡Para! ¡No quiero escuchar más estupideces tuyas sobre mi familia!

-¿Me podrías decir cómo se llaman tus hermanos? Espera, mejor aún, en donde vives, o quizá podrías explicarme por qué jamás se ha publicado una foto tuya en la prensa, te diré porque, eres una farsa y que todos lo escuchen bien, él no es el hijo de ninguna compañía, los verdaderos hijos del dueño de MedicaTronic tienen prohibido exhibirse así por el mundo para evitar riesgos a la compañía, además, el hijo omega en verdad se llama Argus y tiene 14 años, no es un estúpido estudiante de preparatoria arrogante que le gusta destruir la vida de los que no le caen bien.

Perfectly Wrong (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora