Parte 10

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Desperté tarde esa mañana de sábado, lo primero que hice fue tomar mi celular para hacer lo que la noche anterior me había propuesto, pedir disculpas a Priscilla por no llamarla como había prometido.

-¿Qué quieres Alicia?

Me quedé paralizada, esa no era la voz de Priscilla era la de mi Padre, no entendía porque me había contestado él más cuando el siempre se mantenía al margen de la vida de mis hermanos, eso según sus palabras era para mi madre.

-Padre, lo siento, solo quería hablar con Priscilla, se lo había prometido.- Hacía mi máximo esfuerzo por que la voz no me temblara ¿Se había enterado de todo lo que pasó el día de ayer?

-Ella no está disponible ahora, ayer por la noche estuvo ocupada a pesar de eso no paró de insistir que quería ir contigo ¿Tienes algo que ver?

-Para nada padre, aunque yo la recibiría con mucho gusto.

-Si tanto te preocupas por ella debiste haberle contestado el teléfono ¿Por qué no lo hiciste?

Me quedé callada unos segundos para pensar que debía decir y mentalizarme para no tartamudear.

-Es solo que me quedé estudiando hasta noche y apagué mi teléfono para que no me distrajera, me di cuenta de sus llamadas cuando desperté.

No escuchaba nada del otro lado de la línea, probablemente había silenciado el micrófono pero no entendía porque. Después de un par de minutos en completo silencio Argus tomó el teléfono.

-Hola Alicia ¿Cómo estás?

-Espera, ¿no estabas enojado conmigo?

-Si lo estoy pero papá me pidió que hablara contigo

-¿Qué está pasando? ¿Por qué no me deja hablar con Priscilla?

-Ayer salimos a cenar con los socios de papá, ellos hablaban de mejorar el negocio y de pronto uno de ellos dijo que Priscilla sería una gran esposa para su hijo- Argus se escuchaba prácticamente resignado, nunca lo había escuchado así, siempre procuraba defenderse y más a Priscilla pero esta vez tan solo parecía no importarle.

-¿Y qué pasó después? ¿Puedo hablar con ella?

-No, está castigada, cuando papá hablaba sobre una boda se levantó y salió corriendo y comenzó a llamarte pero como no le contestaste se alteró aún más y tropezó, se lastimó el tobillo y terminó pidiendo ayuda porque no podía caminar, en verdad que nuestros padres están enojados con ella por arruinar de esa forma la cena.

-Por favor Argus dime si pasó algo más, intenta convencer a papá de que me deje hablar con ella

-Para Alicia, empeorarás las cosas

-Vamos, pensé que habías entendido porque me fui, no es mi culpa no poder estar con ustedes, no tienes porqué enojarte conmigo.

-Tu prometiste que nos ibas a cuidar sin importar que y no estás aquí, además estoy seguro ayer no estabas estudiando como dices, seguro por fin estás haciendo una vida normal y terminaste abandonando a tu hermana.

No pude siquiera intentar defenderme porque colgó la llamada.

Pasaron un par de semanas terribles, dejé de dormir bien, me sentía muy culpable por lo que había pasado, sentía que les había fallado a mis hermanos y eso era imperdonable.

-Vamos Alicia, anímate, la siguiente clase es química, es tu favorita ¿Cierto?

Sofía intentaba levantarme el ánimo pero no lograba nada, en realidad nadie lo lograba, jamás había tenido que pasar una situación así, jamás había dejado de hablar con mis hermanos, ellos eran las únicas personas en mi vida que en verdad valían la pena y lo había arruinado en un terrible momento.

-Vamos Alicia, no puedes estar mal, nada malo te puede pasar a ti.-Me gustaría poder tener el entusiasmo de Dante, si en verdad supiera lo que significa ser yo y no solo lo pensara que soy una niña rica las cosas serían muy diferentes.

Caminamos rumbo a la clase de química pero en el camino volví a oler ese tan atractivo aroma, me hizo olvidar todo lo mal que lo estaba pasando en segundos, sin importarme la clase o nada en realidad caminé hacia la fuente de las feromonas, quería conocer a la fuente, lo ansiaba en verdad.

Me quedé estática por un par de minutos frente a la puerta del baño de los omegas, no quería meterme en problemas pero mis ganas por conocer a esa omega superaban por mucho mi miedo, en cuanto me aseguré que no había nadie en el pasillo entré rápidamente suplicando que no hubiese nadie en el baño excepto ella. El olor era mucho muy intenso pero, no era un olor a celo, era pura rabia combinada con tristeza, caminé lentamente para no asustarla y toqué la puerta.

-¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?-me sentí tan estúpida por decir eso, no sabía quién era yo pero hablaba como si nada, imbécil.

-¡Lárgate de aquí Hannah, no quiero saber nada de ti!

-Tranquila, no soy Hannah, me llamo Alicia, solo quiero saber si estás bien.

-Maldita sea, eres la amiga de Laura ¿Cierto?

-Sí, si soy yo- La chica abrió la puerta, estaba llorando y parecía tener la ropa desarreglada aunque no se veía que le hubiera pasado nada.

-No dejes que nadie entre al baño, no es conveniente que te vean aquí.- le hice caso sin pensar y cerré con seguro la puerta para evitar que algo pasara.

-¿Qué es lo que te pasó?- me aproximé y la tomé por los hombros, inmediatamente noté que se calmó y dejó de llorar, inconscientemente liberé feromonas suficientes para inundar el encerrado espacio en el que estábamos.

-Basta, deja de aproximarte así y deja de liberar feromonas por el amor de Dios.

-Lo siento, lo hice sin pensar- La solté y me alejé un par de pasos he intenté parar las feromonas.

-¿Por qué estás tan interesada en mí? No creas que no he notado que me estuviste buscando en la fiesta. –Me sorprendió que no hubiese notado lo que estaba pasando entre nosotras dos en ese momento.

-¿Qué no te has dado cuenta? En cuanto entré aquí te tranquilizaste y estoy segura mi olor te atrae.

-Bueno, eso es normal, eres un alfa, eso es todo.

Perfectly Wrong (Omegaverse)Onde histórias criam vida. Descubra agora