41. Miedo a ser olvidado

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—¡Te odio, Saeyoung! ¡Eres mi hermano y...! Me traicionaste...

Después de darse cuenta de que lo había llamado "hermano", el agarre se aflojó un poco, pero volvió a apretarlo con más fuerza segundos después. Saeyoung ya no reaccionaba. Entreabrió los ojos por unos instantes, y fue eso lo que me hizo reaccionar.

—¡Vas a matarlo, Saeran! ¡Detente!

Pero él no estaba dispuesto a parar, y yo no estaba dispuesta a perder a Saeyoung.

Tomé el jarrón que se encontraba a unos metros de mí, respiré hondo y golpeé la parte baja de la cabeza de Saeran. Los pocos segundos de mareo antes de que cayera al piso me dieron tiempo para acercarme a Saeyoung. Puse ambas palmas en sus mejillas viendo cómo sus ojos se entrecerraban en un intento de mantenerlos abiertos.

Con la respiración acelerada, logró pararse aún tambaleando. Al ver a su hermano en el suelo, tendido e inconsciente, me dirigió una mirada de reproche y confusión.

—¿Qué? —me defendí—. ¡Iba a matarte, Saeyoung! ¡No iba a permitir eso! Además... ya va a despertar. Lo he hecho antes.

Pero sus ojos entrecerrados y su expresión dudosa se mantuvieron firmes.

—Ay —suspiré mientras negaba con la cabeza—. ¿Qué hubieras hecho si las cosas hubieran sido al revés? ¿Querías que esperara a que te ahorcara de verdad para actuar? Pues no. Y no me arrepiento.

Tosió repetidas veces antes de poder contestar:

—Saeran... — Después de un largo suspiro melancólico, fijó su mirada en el suelo, como si estuviera recordando la discución.

Gracias a eso pude analizar sus anteriores palabras.

"—Entonces, ¿por qué no viniste esa noche?

—¡La salvadora me dijo que ibas a embaucarme con más mentiras! ¿Por qué debería haber ido? Dijo que lo mejor sería ignorarte, es lo que te mereces.

—¿Y por qué unos hombres llegaron armados y dispuestos a matarnos?"

Saeyoung y yo alzamos la cabeza al mismo tiempo y nuestras miradas se encontraron. Él no parecía muy seguro de decirlo, pero a mí no me quedaba la menor duda de que la mujer llena de bondad de la que me habían hablado en la RFA, no existía más.

—Rika te delató. Ella llamó a tu padre esa noche, no Saeran. Él... debe tenerle terror a ese hombre —tomé la palabra en vista de que él no se atrevía—. Saeran no llegó porque Rika lo convenció de no ir, en su lugar, la gente que tu padre contrató estaba dispuesta a llevarte con él, o con ella...

Los ojos dorados de Saeyoung perdieron su brillo por un instante, pero lo recuperó de inmediato. Esta vez, lleno de ira, de culpa.

—¿Cómo no me di cuenta antes? ¡¿Por qué no pensé en eso?! ¡Pude haber sacado a mi hermano y ahorrarle todo esto! —Señaló a Saeran tendido en el piso. No tardó en acercarse para cargarlo sobre su espalda.

—No te culpes Saeyoung —respondí, caminando hacia su lado—. Saeran no fue el único que sufrió, no puedes echarte culpas que no son tuyas. No puedes castigarte por las acciones de los demás.

—Dices eso porque no tienes hermanos. No sabes...

—Puede que no los tenga —interrumpí, manteniendo la calma—, pero si he sentido el cariño al que te estás refiriendo. Por eso Saeyoung, ahora estamos buscando una forma de arreglar esta situación. Y el primer paso, es sacar a tu hermano de Mint Eye. No sólo físicamente, también quitarle todas las ideas que le metieron allí.

Represión «Mystic Messenger» [Saeyoung]Where stories live. Discover now