❝ Need someone to numb the pain ❞

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El dolor invadió rápidamente a Willy cuando el primer dedo entro en su interior, pronto se acostumbró a la sensación y al ver esto, Samuel introdujo el segundo dedo, moviéndolos en círculos y formando tijeras.
Cuando la entrada del menor estuvo lo suficientemente dilatada, dirigió su pene, metiéndolo lentamente.
Guillermo tardó un poco en acostumbrarse a su tamaño, aunque lo estaba tomando demasiado bien para ser su primera vez con un hombre.
Las embestidas que el mayor le proporcionaba fueron aumento de ritmo considerablemente hasta el punto de que prácticamente su cuerpo chocaba fuertemente con la cabecera de la cama.
—E-Eres jodidamente estrecho —gimió Samuel, adentrándose una vez más en el interior de su amigo.
Guillermo arqueó su espalda, provocando que las penetraciones fueran aún más profundas.
—Samuel... oh-oh sí, justo allí.
Los gemidos y suspiros inundaban la habitación, era una gran suerte que todos afuera estuvieran tan emocionados por la cuenta regresiva, preparados para darle la recibida a un nuevo año.

Cinco

Las personas que aún no se encontraban inconscientes en el suelo, estaban desesperadas por que la cuenta regresiva llegará a cero. El año nuevo no era la gran cosa en realidad, pero, ¿qué importaba? A fin de cuentas, era una razón más para celebrar y encontrarse con amigos, o bien, conocer gente.

Cuatro

Las embestidas que Samuel le proporcionaba a Guillermo comenzaron a ser cada vez más torpes, indicándole así que se correría en cualquier momento al igual que el menor.

Tres

La gente se encontraba eufórica, incapaz de soportar más la espera, porque en realidad lo único que querían era terminar la cuenta regresiva para seguir tomando hasta finalmente perder la conciencia.

Dos

—Willy... me-me vengo —advirtió Samuel, sintiendo como el interior de Guillermo se contraía.
Colocó una de sus manos en el pene del menor y comenzó a subirla y bajarla rápidamente, sacándole más de un ahogado gemido a Guillermo.

Uno

Todos gritaban eufóricos, admirando el cielo oscuro donde cientos de fuegos artificiales de diferentes colores explotaban a la vez desde el patio de la casa, mientras que dentro, se encontraban Guillermo y Samuel, tratando de controlar sus respiraciones.

                                                                                                     [...]

A la mañana siguiente Guillermo despertó con un enorme de cabeza, sin contar el que sentía en su espalda baja.
Observó detenidamente la habitación donde se encontraba, claramente no era la suya y para variar, se encontraba desnudo.
De pronto, las imágenes de lo que había pasado la noche anterior lo golpearon como un balde de agua helada.
Se giró lentamente, encontrándose con Samuel.
—Me cagó en todo... esta vez la he liado en grande —pensó. Y tenía razón, porque a esas alturas, la amistad que tenía con el mayor se había por la borda.

Su corazón comenzó a palpitar más rápido cuando notó como Samuel comenzaba a moverse.
—Ugh, ¿Qué...? —comenzó a quejarse, pero cuando vio a Guillermo completamente desnudo y con marcas en todo el cuerpo a su lado, pareció comprender todo.
—Tío... Vaya manera de comenzar el año —sonrío, sin tomarle mucha importancia al hecho de que se había acostado con su mejor amigo.
Las mejillas de Guillermo se tornaron de un rojo carmesí cuando su compañero se levantó de la cama, pareciendo olvidar que estaba desnudo, dándole así una excelente vista de su trasero.
Comenzó a vestirse y después se dirigió a la puerta sin más, pero antes de abrir esta, se paró de golpe.
—Espero que podamos repetirlo de nuevo —dijo en apenas un audible susurro para Guillermo.
Cuando el menor pudo reaccionar ante las palabras de Samuel, éste ya se había ido, dejándolo con miles de preguntas y ninguna respuesta.

                                                                                                     [...]

Pasaron los días y los recuerdos de lo que pasó en la fiesta de año nuevo no dejaba de atormentar a Guillermo ni un solo momento. No quería admitir que le había gustado mucho más que las veces que se había acostado con una chica, y eso que se encontraba ebrio en el momento en que lo hizo.
Nunca antes le había atraído un hombre, en lo más mínimo, pero ahora cada vez que salía con sus amigos y también iba Samuel, no podía evitar comérselo con la mirada y sonrojarse con cada mirada que le diera.
Le parecía increíble la rapidez con la que se había olvidado de su exnovia, y todo gracias a su mejor amigo.

El sonido de su celular le hizo regresar a la realidad, de mala gana contesto.
—¿Si?
—Willy, ¿Qué te parece si grabamos juntos? —preguntaron del otro lado de la línea.
No tenía que mirar la pantalla para saber de quién era esa voz.
—Sa-Samuel, claro, ¿por qué no? —balbuceo, aún sin creer que era él quien le había llamado. Después de lo que pasó entre ambos, las palabras que cruzaban no variaban de un '¿Qué tal?' '¿Cómo va todo?' o '¿Cómo has estado?'.
—Bien, estaré en tu casa en unos minutos —dijo antes de colgar sin esperar respuesta del contrario.

Guillermo corrió hacia su habitación en busca de ropa decente porque sí, era cerca de medio día y él seguía en pijama. Se sentía estúpido por arreglarse, pero aun así lo hizo.
Fue cuestión de cinco minutos para que se escuchara el timbre, provocando que sus nervios aumentaran.
—Creí que tardarías más —admitió abriendo más la puerta y así permitirle acceso.
—Chaval, que si te he dicho que en minutos.
Ambos caminaron hasta la habitación del menor, donde se encontraba su ordenador y cosas varias que utilizarían para grabar.
—¿Aún lo recuerdas? —preguntó el mayor de la nada, interrumpiendo la partida de GTA V que jugaban.
Guillermo apagó la cámara, sabía que algún día tendrían que hablar de eso, no podían estar toda la vida evadiéndose por eso.
—Sí... aún lo recuerdo, y aún me duele —dijo provocando una sonrisa en la cara del contrario.
—¿Sabes? Me hubiese gustado que tú no lo hayas hecho sólo por despecho —admitió Samuel algo decepcionado. Él sabía perfectamente que su amigo sólo lo había hecho porque su novia lo engañó, sólo por eso.
—¿A qué te refieres? —preguntó Guillermo frunciendo ligeramente el ceño; él nunca le había dicho lo que pasó con su exnovia, pero al parecer los rumores corren rápido.
—Cassie te engañó y por eso te acostaste conmigo, para ti sólo fue una noche, pero para mí fue mucho más que eso, porque Willy, yo... te quiero, te quiero más que a un amigo —Bajo la mirada avergonzado por sus palabras.
Guillermo no podía creer las palabras de su amigo, ¿desde hace cuánto que él lo quería de esa manera? ¿Antes de que él comenzara a salir con Cassie? Sin dudas, debió de ser difícil ver como la persona que quieres es feliz a lado de otra.
No sabía que responderle, por lo que hizo lo que sus sentimientos le ordenaron; lo besó, y lo hizo como si fuera la última vez que lo hiciera.

                                                                                                     [...]

—¡Samu! —gritó Guillermo asustando a su novio, quien, antes de dar un gran salto por el repentino grito en su oído, se encontraba preparando el desayuno para ambos en la espaciosa cocina del departamento donde vivían juntos.
—¿Qué te pasa, tío? ¿Acaso quieres que muera?
—Claro que no, ¿después quien me alimentaria? —bromeó, dejando un beso en su mejilla.
Ahora extrañamente agradecía a su exnovia por haberlo engañado, porque si eso no hubiese sucedido, probablemente nunca se habría acostado con Samuel en aquella fiesta y en este momento no estarían juntos.
—Y pensar que todo comenzó tratando de olvidar a mi antigua pareja —pensó Guillermo para sí mismo antes de unir sus labios con los de Samuel en un lento y apasionado beso; sellando así, sin saberlo, su amor que nunca terminaría a pesar de todos los problemas.

One Shots (boyxboy)Where stories live. Discover now