010- Ella.

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El regreso al castillo de su familia fue tranquilo, y Jisoo dejo que su mente revoloteara por aquellos recuerdos, que aunque ya habían pasado algunos años desde entonces, seguían tan vividos.

Cuando el antiguo rey murió, Jisoo y sus hermanos fueron llevados lejos del reino, pues pese a que la cabeza de familia, en aquel entonces el padre de Jisoo, apoyaba a Lisa, no confiaba lo suficiente como para dejar a sus hijos envueltos en la pequeña guerra civil que la muerte del monarca provocó.

En ese entonces, Jisoo había "aceptado" su destino, pues pese a que ella no lo quería, sabia le pertenecía a su padre, y este estaba dispuesto a darla al hombre que jurará protegerla, quisiera ella o no, durante su adolescencia pensó innumerables veces en alguna forma de escapar de ello, sin embargo, fuera de Gales, se dio cuenta que la vida no era tan fácil como ella pensaba.

Pues aunque el lugar que había escogido su padre para resguardarlos, era en un castillo en una de las islas cercanas al Reino Unido, y estaba alejado del pueblo, una noche Jisoo salió del castillo deseosa de ver el pueblo, y ver como la gente normal vivía en aquella tan anhelada libertad.

Decir que la experiencia fue de las mas desagradables, seria decir un cumplido, pues en medio de la noche, cubierta con una capucha recorrió el camino que separaba el castillo del pueblo, ella estaba encantada con la luz de la luna que se reflejaba sobre el mar como si fueran dos en el firmamento, estaba tan absorta en la belleza de aquel espectáculo que cuando se dio cuenta ya estaba en medio de aquel pueblo, y toda fantasía murió. Camino cubriendo su rostro, pues su instinto le pedía a gritos salir de ahí y regresar a la seguridad del castillo, pero su curiosidad le jugo una mala pasada al obligarla a seguir adelante, vio como los pescadores de un barco se adentraban al pueblo buscado un poco de diversión, vio como solo algunos se quedaban desembarcando la pesca de aquel día, vio como un par de mujeres ayudaban a destripar a los peces, sus cuerpos enteros rápidamente se cubrían con las tripas de la pesca del día, pero se sorprendió cuando vio a una anciana acercarse a la carga, la mujer trato de recoger uno de los pescados, pero uno de los trabajadores le descubrió, y antes de que cualquiera de las dos hiciera algo, el trabajador golpeo la espalda de la mujer con un garrote de madera, el grito de dolor retumbo en el puerto, pero ello no iba solo, sino que fue acompañado de las risas de los hombres mientras que el sonido de la carne siendo golpeada se escuchaba cada vez más fuerte, Jisoo pese a querer hacer algo cualquier cosa para defender a la mujer, no pudo hacer nada y solo fue una espectadora de aquel acto que dejo el cuerpo de la mujer tendido entre tripas de pescado, Jisoo camino hacia el pueblo, queriendo pensar que era lo peor que vería aquella noche, pero no fue así, la calle que escogió caminar, estaba lleno de callejones y en la entradas de estos varias mujeres permanecían paradas, y cuando una nube dejo pasar la luz de la luna, vio lo que ocurría en los callejones, docenas de hombres cogiendo con las prostitutas con ratas corriendo entre sus pies, Jisoo camino con mayor rapidez, y fue cuando lo vio, una mujer con dos pequeñas niñas, no muy mayores a sus hermanos, o por lo menos eso pensaba, sin saber que la desnutrición no había dejado crecer a las pequeñas, un par de hombres se acercaron a la mujer, y cuando la mujer acepto el dinero, Jisoo sintió nauseas de pensar que las pequeñas vieran a su madre vender su cuerpo, sin embargo nada la preparo para lo que vería, los hombres tomaron a las niñas y caminaron hacia el callejón, las pequeñas lloraban por la atención de su madre, pero esta estaba mas concentrada contando su dinero, Jisoo no podía seguir viendo aquello y corrió de regreso a la seguridad de su hogar, entre lagrimas ingreso al castillo, lagrimas de impotencia, de coraje, de ira fueron derramadas aquella noche, y con ella su fantasía de ser libre murió.

Durante meses pesadillas de lo que vio aquella noche la atacaban, sus sueños se veían perseguidos por el crudo que era mundo, su mente no le dejaba de repetir las escenas de lo vivido y fue hasta aquel día, que encontró la paz que tanto anhelaba.

Una carta de su padre les hizo regresar, en su hogar, los estragos de la guerra civil se veían entre las calles, lamentablemente las bajas de ambos lados, y de civiles habían dejado cientos de huérfanos en las calles, pero ello tenía casi sin cuidado a Fergus, pues veía como su hija se desmoronaba ante sus ojos sin que el pudiera hacer absolutamente nada, y una carta de su rey le dio una idea, casi hizo que las sirvientas vistieran a Jisoo a la fuerza, obligándola a salir, ella a regañadientes acompaño a sus padres a aquel evento que daba el rey.

Su propia mente no le dejo ver como por las calles no había ningún niño, pidiendo limosna para sobrevivir un día mas.

Cuando llegaron, el salón estaba repleto de los altos mandos del reino, y Jisoo no podía sentirse mas incomoda, pero recuerda como aquella joven un par de años menor que ella, camino entre la gente abriéndose paso con su simple presencia, vestía un uniforme militar negro con algunos detalles morados, camino hasta llegar al podio del salón.

Su presencia, no pedía respeto, sino que era como si lo exigiera, su cabeza en alto, su pecho inflado y su mirada penetrante hizo estremecer hasta la médula a Jisoo cuando está se posó un instante sobre de ella.

Por un solo instante aquellas voces que no le abandonaron durante meses callaron de pronto, y Jisoo siguió a la mujer, pues pese a ser un evento para festejar la entera disposición de la corona sobre del rey Lalisa, la vio caminar hacia fuera del salón lejos de aquellos invitados que clamaban su atención.

Y aunque la intención de Jisoo, era hablar con ella, había algo que le impedía hacerlo, no sabía que era, pero la hizo solamente seguirla en silencio.

Ambas caminaron por el castillo, incluso fuera de él, por minutos Jisoo solo camino detrás de ella, hasta llegar a una edificación que nunca había visto, y vio al rey ingresar a esta, durante un par de segundos Jisoo pensó que seria la casa del rey, pues no era raro que algunos monarcas tuvieran sus propias haciendas para saciar sus gustos a placer.

Pero cuando ingreso al lugar, además de ser detenida por un par de guardias, vio como el rey era rodeado de niños, que gritaban de alegría al verla.

Uno de los guardias reconoció su casa y la dejo pasar, pero Jisoo seguía sintiendo aquello que no le dejaba hablar con el rey, y solo fue una espectadora, viendo cómo el rey jugaba con los pequeños, y como después de un par de minutos estos recibían la orden de irse a dormir y ello fue tomado por Jisoo como su retirada, pero cuando estaba a punto de salir, vio una última vez al rey, diciendo un par de instrucciones a las cuidadoras.

Y fue cuando supo por qué no podía hablarle, pues pese a todo, y pese a que sabía, por visión propia, que el mundo era cruel, que aún había forma de cambiarlo, y supo en ese instante que si alguna vez quería poder hablar con el rey y poder estar a su lado, debía poder hacer frente a sus miedos y a su destino.

Por supuesto no fue fácil, debió hacerse merecedora del cargo de su padre, estudiar, inmiscuirse en aquello que en un momento le pareció aburrido, y solo así pudo encontrar la paz que tanto anhelaba, y todo gracias a... Ella.

El Rey. | Jenlisa.Where stories live. Discover now