Capítulo 47. 嫉妬 (Celos 1/2)

731 68 14
                                    

Al día siguiente de haber peleado contra un fake de la diosa hindú de 4 brazos, Tn se encontraba supervisando las tareas diarias de Finn, Bard y Mey-rin en la cocina mientras que Sebastian como usualmente lo hacía estaba despertando al joven amo.

—Aún no puedo creer que el pan del señor Sebastian haya roto una maldición de comida —dijo Mey-rin con asombro. Tn rodó los ojos ante el comentario mientras revisaba su tabla de tareas del día.

—Eso digo yo. —asintió con admiración Finnian.

—Hai, hai —aplaudió Tn para llamar su atención—. El que Sebastian-san sea perfecto no es una novedad. Novedad sería que no destrozaran las cosas por una vez en la vida —contestó tratando de fingir un buen humor. Con paciencia Tn le indicó a Mey-rin sus deberes en la lavandería mientras que a Finni lo mandó a poder los arbustos de la entrada.

—¿Qué hay de mí? —se aclaró Bard la garganta al haberse quedado solo con la señorita Tn. El cambio radical de estilo que había dado a su vestimenta, puesto que a pesar de llevar una camisa de vestir ajustada parecía llevar un vestido de falda ancha sobrepuesto, había dejado el uniforme de mayordomo y lo había adaptado a un estilo único.

—Te ayudaré a preparar la comida del día de hoy, el joven amo tiene algunas reuniones con clientes potenciales de la empresa, todo debe estar impecable como siempre. —sonrió ladeando la cabeza. Dejó su tabla de tareas por un lado y se quitó los pulcros guantes blancos que utilizaba para sus demás tareas.

—¿Qué menú prepararemos hoy? —dijo de buen ánimo Bard. "Es tan genial... y bella" pensó Bard al acercarse a la mesa donde Tn con asombrosa rapidez había comenzado los preparativos.

Sebastian que venía saliendo de la habitación de su maestro tuvo un extraño presentimiento al cerrar la puerta. Como si algo dentro de la casa fuera... mal -aunque no sería nada nuevo- se tomó la barbilla pensativa y encaminó el carrito de vuelta a la cocina.

Bard y Tn tenían una buena sinergia, y conectaban muy bien sus ideas. Cocinar de esa manera era incluso divertido, se arrojaban cosas que necesitaban y tomaban el lugar del otro del momentos sincronizados para garantizar el mejor trabajo en equipo. Sin duda después de los desastrosos momentos que alguna vez había vivido Bard, aquel era por mucho el mejor de su vida. Tn soltaba sonrisas y risitas curiosas mientras le daba instrucciones para los aperitivos, el plato inicial, el plato fuerte, incluso las galletas para el té de esa tarde estaban siendo horneadas por ellos mismos. Sebastian llegó al pasillo gris de la cocina y escuchó aquel alboroto, en un inicio su genio había aumentado pensando que algo estaba saliendo mal nuevamente y tendría que hacerlo todo desde el inicio -como de costumbre-.

Lentamente el mayordomo fue asomándose por la puerta abierta de la cocina para encontrar una escena totalmente desagradable. Tn y Bard felizmente bailaban un vals imaginario que ella tarareaba alegremente, pero la cocina se veía impecable, no había incendios y olía todo muy bien incluso para el gusto extravagante de Sebastian. El final de la canción de Tn se acercaba y Bard la hizo girar un par de veces solo para hacerla caer inclinada hacia atrás en sus brazos al tiempo que ambos decían:

—Tachaaaaan —de manera tierna estirando un brazo para culminar su baile. Sebastian apareció rotundamente tras de ellos con una mirada sombría y sonrisa cínica.

—Ujum —se aclaró la garganta para llamar su atención, haciendo que ambos se sobresaltaran por su repentina aparición tras ellos, Bard inmediatamente soltó a Tn dejándola caer en el suelo y dio un brinco hacia atrás.

—Sebastian-saaaaan —casi gritó exaltado, chocando con una de las mesas haciendo que los platillos que ya habían preparado terminarán en el suelo, con los platos destrozados y la comida inservible.

—¿Qué estaban haciendo? —se irguió aún sonriente y los ojos cerrados.

—Comida... —contestó Tn sin pensar mientras se sobaba la cabeza aun en el suelo— itai.

—Hee —Sebastian abrió un ojo para verla—. Me temo, ojousama que su comida está pérdida.

—¡HEEE! —Tn se levantó casi de un saltó para voltear a ver el desastre que había en el suelo— No puede ser —se lamentó realmente triste... aunque solo al inicio... —. ¡Esto es tu culpa! —señaló a Sebastian— ¿no puedes ser como una persona educada y llamar a la puerta primero?

—¿Eh? —Sebastian fingió confusión, por dentro la sangre parecía hervirle y no se sentía realmente contento, ni de humor para escuchar a Tn— Bard, por favor ve al mercado a comprar más víveres para preparar comida para mañana, nosotros arreglaremos este desastre —le dirigió una mirada amable.

—Ah... Hai —asintió y acto seguido se retiró dejando a Tn y Sebastian solos en la cocina hecha un desastre.

—Tú tienes la culpa, estábamos trabajando bien y luego t- —Sebastian alzó un dedo para detener la charla de Tn.

—Tu encárgate de la comida —dijo viendo su reloj—, yo limpiaré este desastre. —la mirada que le dirigió el demonio a la chica no fue ni una pizca gentil. Tn dio dos pasos hacia atrás, no conocía aquella extraña e intimidante expresión...
Sin una palabra más se pusieron manos a la obra, Sebastian terminó pronto y comenzó a ayudar a Tn, ella molesta no le miraba en lo más mínimo. ¿Qué le había picado? Ayer era un romántico ofreciendo su grandioso Pan de curry y hoy la trataba básicamente como su inferior.
Más pronto de lo que terminó con Bard, todos los preparativos estaban listos para la recepción de los invitados.

—Pon la mesa... —Sebastian dudo un poco pero no dijo por favor. No sabía por qué estaba siendo tan descortés con su lady, pero sentía que era irrefrenable. De mala gana Tn se encargó de la mesa, los manteles, cubiertos y tazas adecuadas para la ocasión, los pulió mientras pensaba que haría con aquel endemoniado mayordomo, parecía que no importará cuanto dijera que la amaba realmente no tenía sentimientos... quizá estaba jugando con ella, como una presa tonta, un ciervo llamativo en medio de un bosque sin donde refugiarse. La furia le invadió el cuerpo y terminó doblando uno de los cubiertos.

—¿Qué crees que haces? —dijo Ciel detrás de ella impasible. Tn soltó el cubierto del susto y lo toco varias veces en el aire antes de atraparlo.

B-b-bochann —dijo apenada tratando de esconder el cubierto tras ella.

—Olvídalo, un solo cubierto no debería afectar en lo absoluto —apartó la mirada de ella.

—Su-Sumimasen —se disculpó con una breve reverencia.

—No te ves muy bien... —habló Ciel aún sin dirigirle la mirada.

—Hai —contestó casi con tristeza—, pero no se preocupe por mí. Estaré bien con un poco de descanso.

—¿Por qué no sales y compras algún libro...que te guste? —la vio Ciel de reojo— Te he visto en la biblioteca mucho tiempo cuando terminas tus tareas.

—Oh... —dijo con pena ella—, cuando era chica mis padres solían leerme libros, la literatura siempre ha sido una pasión —se ruborizo.

—No creo que necesite que estés aquí... así que tomate la tarde libre. Es una orden —aclaró antes de que ella pudiera negarse. Ciel se dio la vuelta y se retiró.
Tn pensó qué debería hacer en una tarde libre, y estaba agradecida de que no tendría que verle el rostro a Sebastian hasta la noche...
Bajó las escaleras hasta aquellos teléfonos para invitados que alguna vez había llegado a usar y saco la tarjeta que guardaba siempre en el bolsillo de su blusa, marcó los números y esperó pacientemente...

Moshi Moshi. Ah, hai. William-san... 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 12, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Kuroshitsuji (Varios y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora