‡Coincidencias‡

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JungKook llegó al enorme edificio después de unos minutos andando. Dentro de él había muchísimos estudiantes, tanto magos como vampiros, andando de un lado a otro sin descanso. Todos estaban acumulados en las ventanas, viendo el espectáculo que se estaba desarrollando fuera de éstas. JungKook les dirigió una mirada de molestia, suponiendo que ninguno iba a salir para ayudar o siquiera enterarse bien de lo que estaba pasando. Eran unos cobardes y JungKook no estaba en posición para pensar en ellos en ese momento. Avanzó entre sus cuerpos y fue llamando la atención de varios haciendo que le siguiesen con sus ojos abiertos. Puede que fuesen cobardes pero eran de las especies más inteligentes, así que no tardaron en darse cuenta de las manchas de hollín que tenían en el cuerpo y la ceniza que descansaba en el pelaje del chico lobo.
—¡JungKook! —una voz conocida se acercó corriendo hasta ellos y el chico, en su forma animal, esperó a que les alcanzase. Una vez estuvo a su lado, los ojos de su amigo vampiro acabaron observando tanto su forma animal como al chico que llevaba a cuestas en su lomo. Abrió ligeramente su boca, sin entender nada y JungKook continuó andando hacia la enfermería sin poder comunicarse con él en aquél estado.
—¿Qué ha pasado...?—preguntó sabiendo que ninguno de los dos podría contestarle. —¿Tae...? —el cuerpo del chico estaba ligeramente quemado por algunas partes y su pelo casi había perdido por completo su color turquesa. Únicamente descansaba sobre el lomo con los ojos cerrados y fuertemente aferrado aún. JungKook continuó andando sin prestar atención a su amigo. Si era lo suficientemente listo y paciente le explicaría todo una vez TaeHyung estuviese completamente a salvo.
Llegaron a la enfermería en donde las hadas encargadas estaban revoloteando por toda la habitación llamando a los profesores para que se hiciesen cargo de lo acontecido. Nada más entrar todas se dieron la vuelta y observaron aquél cuadro. Se acercaron hasta ellos y recogieron a TaeHyung con delicadeza dejándolo sobre una camilla para tratarle con más calma. Mientras tanto, YoonGi inspeccionó el cuerpo de JungKook y descubrió que solo tenía algunas quemaduras leves. Ante esto, le indicó que le siguiese a su cuarto para poder transformarse y prestarle algo de ropa.
Cuando llegaron y el chico se transformó de nuevo en su forma humana YoonGi se le quedó mirando sin entender nada.
—¿Qué ha ocurrido JungKook? —le preguntó con la voz un poco temblorosa. Ni JungKook lo sabía del todo, así que optó por relatarle lo que había pasado y su casi muerte por una bola de fuego misteriosa. Ante la historia, YoonGi entrecerró los ojos y se llevó dos dedos a su entrecejo, pellizcándolo. JungKook le miró sin entender y entonces el chico vampiro se levantó en busca de algo. Abrió uno de sus enormes y altísimos armarios de color vino y sacó un cuaderno viejo con anotaciones. Las páginas estaban amarillas y su interior estaba escrito con una cursiva delicada y cuidada.
—No te fijes en su aspecto. Lo empecé a escribir hace unas semanas. Me regalaron un cuaderno con pinta de viejo y lo he dejado pudrirse por unos cuantos meses. Sin embargo, cuando ocurrió lo de tus cadenas NamJoon y yo decidimos dejarlo por escrito para que no se nos olvidase ningún detalle importante. —JungKook asintió ante esto y observó todas las páginas que el chico había rellenado. —Dibujé las cadenas y estuvimos investigando a algunos estudiantes quienes no han presentado control de ningún elemento. Son muy pocos y fuimos bastante cuidadosos de que no sospechasen nada. Pero no conseguimos sacar nada en claro. Los compañeros de NamJoon tienen la mayoría el control casi completo de su elemento. Excepto algunos que van un poco atrasados y aún están especializándose. Sin embargo, para la edad de Nam, ya todos conocen su elemento, por tanto no había estudiantes sin controlar alguno. Por otro lado, buscamos en otros cursos, otros años mayores o inferiores, pero la mayoría presentan signos de controlar el elemento agua. Un mago puede controlar más de un elemento, pero no opuestos. —JungKook asintió a la información y suspiró cansado. Si pretendía no estudiar Historia de las Especies le había salido mal la jugada.
—La cuestión es, —resumió notando la cara de aburrido de su receptor. —que no puede haber sido un estudiante. Hemos tenido dudas de que podría haberlo provocado un profesor o un encargado de los magos. Esa información no la podemos conseguir así que hemos optado por vigilarlos de cerca. —JungKook prestó mayor atención a esa parte. ¿Los profesores atentando contra él y su estado en la luna llena? Eso es imposible, todos respetaban los peligros de la luna llena en los lobos. ¿Por qué alguien iba a hacer algo así, tanto profesor como alumno?
—Pero entonces ocurrió lo de la habitación de SeokJin y Tae. —continuó pasando las páginas y enseñándole los bocetos que había elaborado para ilustrar los acontecimientos. —Es extraño ver que de entre toda la cueva, el incendio se provocase en esa habitación en específico. Hablamos con SeokJin cuando se recuperó y él nos dijo que no había visto nada más a parte de notar el olor inconfundible de una mecha propagándose. —le explicó tranquilamente, pasando sus dedos sobre las líneas en donde venía esa información. —Ya con el ataque a su habitación teníamos dudas sobre ello, pues era demasiada coincidencia, pero con esto último podemos decir que está bastante claro. Nuestras hipótesis eran correctas. —JungKook le miró con los ojos abiertos sorprendido, esperando que explicase la conclusión a la que había llegado. —Todos los incidentes tienen algo en común. —JungKook le observó todavía sin saber qué era lo que todos esos incidentes guardaban. —Parece ser que todo tiene que ver de alguna manera con TaeHyung. —respondió seriamente ante la mirada perpleja de su compañero.
—Pero no tiene sentido. —se quejó el chico menor. —No atacaron a TaeHyung cuando se quemó su habitación. —observó mientras veía algunas plantas (como la turquesa que él mismo le había regalado) de TaeHyung por la habitación de YoonGi. Sabía que se estaban quedando a dormir juntos y aquello le agradaba muchísimo. Incluso estaba pensando en destrozar su propia habitación para poder dormir en un lugar tan lujoso como ese. Desde luego no se parecía en nada a su habitación con literas y otros cinco compañeros.
—Tal vez su intención era quemarle en su cuarto. Pero se equivocaron y acabaron incendiándolo cuando no estaba en ella...—le explicó.
—¿Y la noche que me escapé? No tiene nada que ver con TaeHyung. ¿Qué relación tiene? —YoonGi asintió y se pellizcó la barbilla pensativo.
—Quien te liberó sabía, de alguna manera, que TaeHyung no iba a pasar la noche en su cuarto. Es muy probable que esa noche buscase liberar a un hombre lobo para acabar con él. —JungKook asintió entendiendo sus sospechas. —Todo parece encajar. Ataques más concretos y premeditados. Otros que estaban pensados y estudiados pero que salieron mal. Incluso el de hoy, podría haberos matado a los dos. —comentó mirando a un lugar del libro. —Parece ser que a TaeHyung le persigue el fuego allá a donde vaya. —JungKook asintió intentando interiorizar toda la información. Era una hipótesis muy extraña y posiblemente errónea y precipitada pero no dejaba de ser una posibilidad.
—Entonces...—murmuró un poco asustado y jugando con su cola de manera inquieta. —¿Estás diciendo que alguien está intentado matar o hacer daño a TaeHyung? —preguntó sin mirarle a los ojos. YoonGi suspiró cansado y sin querer dar una respuesta concreta, pero era inevitable.
—Creemos que sí. —declaró asustando al chico. —Lo que no sabemos es por qué o con qué razones. —YoonGi se frenó unos segundos para pensar una posibilidad. —Es posible, que no lo sé, que quiera acabar con la especie de Tae. Es lo único que se me ocurre. Cuando llegó jamás había visto nada igual o con las propiedades y poderes que tiene. —JungKook negó, dándole a entender al otro que él tampoco había visto antes a nadie como TaeHyung. —Quedarán pocos como él y tal vez ese personaje odia su especie. —se quedó pensando de nuevo. —Pero si quiere acabar con él, tal vez es porque conoce la especie de Tae a la perfección...—JungKook asintió y vio cómo su amigo salía corriendo de allí. —¡Tengo que ir a mirar unos libros! ¡Avísame cuando TaeHyung despierte! —JungKook levantó una mano despidiéndose y después escuchó el portazo rápido de la alta puerta. Se sintió solo por unos segundos, así que decidió explorar un poco la habitación. Miró la cama de YoonGi, sosa, adornada con colores oscuros y muchos libros. No había mucho más en la habitación, al menos en la parte de YoonGi. Así que, aburrido, se dirigió a la cama pequeña de TaeHyung. Estaba adornada con las mantas propias de las sirenas, azul turquesa y otras variedades de azules. En la mesilla de noche había una lámpara con forma de concha, desde donde salía una luz cálida y tenue y unas cuantas fotos de su familia. JungKook las miró curioso y sonrió por lo bonita que era la familia de su amigo. El resto estaba lleno de ropa tirada y mal doblada, y muchos libros pegados a los pies de la cama desparramados y medio abiertos. JungKook rió por el desorden y después decidió salir de la habitación sintiéndose ya demasiado cotilla.
Bajó las escaleras hasta la zona de cuidados y entró en la habitación en donde TaeHyung estaba sentado, tomando un caldo caliente. Le sonrió cuando le vio entrar y se sentó a su lado en la cama. El chico tenía múltiples vendas en sus brazos y una gasa en su cara. Su pómulo izquierdo parecía tener un corte provocado por las ramas del suelo y tenía pinta de haberse infectado.
JungKook se mantuvo en silencio un rato después de preguntar cómo se encontraba su amigo. No quería decirle que era posible que alguien estuviese buscando asesinarle con fuego. Pero tampoco quería mentirle y si no le decía nada, sería como esconder la verdad de él. Optó por guardar silencio al final. YoonGi y NamJoon habían estado investigando pero no se podía establecer nada fijo, así que decidió no preocuparle con una noticia tan horrible. Sin embargo, mientras el chico empezaba a contarle lo mucho que le gustaba su forma animal se hizo una promesa a sí mismo. Una promesa en donde se obligaría a sí mismo a proteger a su amigo ante todo y todos.
Da igual cuál fuera el peligro o si él muriese en el acto...lo haría.

Akuana [SIN EDITAR]Where stories live. Discover now