‡Llegada estrepitosa‡

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TaeHyung suspiró de manera pesada al coger su maleta y se dirigió a la salida del tren sin querer levantar la mirada de sus manos y pies. Estaba asustado de la posibilidad de encontrarse de nuevo con aquellos seres peludos y de orejas en su cabeza.
Su madre no le había preguntado nada acerca de su tardanza y él de todas formas tampoco iba a contárselo, así que ambos estaban en paz. Avanzaron entre el tumulto de criaturas que se empujaban unas a otras ansiosas por llegar a su destino. TaeHyung agarró sus pocas pertenencias con nerviosismo y sus flacos brazos no pudieron resistir el empujón que le dieron a su hombro. Casi le hizo caerse y se giró molesto para ver quién había sido. Resultaba que el chico de orejas se había chocado fuertemente con él y parecía también enfadado por alguien que se encontraba detrás suyo. Dirigió su mirada al generador de ambos enfados y vio al chico mayor que había sido estúpidamente agradable con él después de olerle. El chico sonrió socarronamente y después se perdió entre el gentío. Su hermano pequeño, que estaba en frente suyo cerró los puños indigando y se dirigió a coger su mochila, la cuál había sido tirada al suelo. Fue en ese momento en el que los ojos enormes del más pequeño le miraron sorprendido.
—Lo siento...—le dijo en bajito mientras se frotaba la nuca molesto del golpe que le había dado su hermano.
—No pasa nada...—le contestó mirándole sorprendido mientras movía sus orejas de manera inquieta por todo el sonido que había a su alrededor. Después los ojos enormes recayeron en su madre que se había quedado mirando la escena sorprendida en silencio.
—¿Te has perdido, chico? —le preguntó algo echada para atrás. Era cierto que el chico no llevaba las mejores prendas ni estaba especialmente bien peinado pero a TaeHyung tampoco le sorprendía conociendo dónde había estado en el tren.
—No, no...—respondió algo tímido mientras miraba al suelo buscando algo. Cuando lo encontró se agachó y lo cogió con rapidez, siendo esto una de sus pertenencias que se habían salido de su mochila. Se levantó y miró a su alrededor buscando a alguien o algo que parecía no encontrar. Suspiró frustrado y cerró los ojos. Se agachó ligeramente y se puso a oler el ambiente como loco. TaeHyung y su madre le miraron curiosos y ella se acercó un poco más sin fiarse del todo del nuevo chico. De repente, el chico lobo abrió los ojos y dió una patada al suelo de la frustración.
—No lo encuentro...—susurró después con los hombros caídos. Se colgó su enorme mochila al hombro y TaeHyung miró a su madre con los ojos más abiertos que dos enormes platos. Aquél chico era tan delgado como él pero parecía el doble de fuerte de lo que había sido él nunca. Su madre parecía pensar lo mismo pues tenía la misma cara de sorpresa.
—¿Necesitas ayuda? —le preguntó TaeHyung tocándole el brazo. El otro se apartó asustado y le miró sorprendido.
—Eh...no. Yo sólo...—se le quedaron mirando mientras intentaba de nuevo ojear alrededor y olisquear el ambiente en busca de algo. Sin embargo, esta vez su olfato se dirigió directamente hacia TaeHyung que se sorprendió aún más cuando empezó a darle vueltas de arriba a abajo hasta que llegó casi a su cuello. Allí abrió los ojos y se descubrió a sí mismo sobrepasando los límites de la distancia personal. Pegó un salto y se separó de TaeHyung pidiéndole perdón.
—Lo siento, lo siento mucho, no era mi intención... —empezó a decir precipitadamente. TaeHyung quiso calmarlo pero el otro parecía muy martirizado por lo que acababa de hacer. Se tapó la cara con las manos y siguió su perorata ininteligible de disculpas.
—No pasa nada chico. —apareció su madre de repente, poniendo un poco de orden. El otro se descubrió poco a poco y se tranquilizó con la sonrisa de mi madre. —¿Adónde ibas? Mi hijo y yo tenemos unos minutos de sobra. Podemos ayudarte a buscar a tu familia o a quien sea...—el otro asintió agradecido y quiso decir algo pero parecía que se le había tragado la lengua un gato.
—Estaba con mi hermano mayor y...¡Ah! Le he perdido el rastro, siempre hace lo mismo. —se empezó a quejar mientras miraba a la multitud aún inquieta. —Me dirigía a la escuela. Soy de primero. —TaeHyung abrió los ojos emocionado y sonrió ampliamente. Al menos no estaba completamente solo en aquello.
—Menuda casualidad que mi hijo también se dirigía allí...

Akuana [SIN EDITAR]Where stories live. Discover now