No me muevo, decido que es ella quien debe tomar tomar una decisión. Ella aparta el arma de ese imbécil en el último segundo.

Las balas llegan a mis pies, pero no a mí. Ha detenido a Sebastian. Decidió dejarme vivir pese a que cree que elegí a otra.

Aún así, se va.

Tomo una bocanada de aire y observo hacia la ventana con los ojos medio abiertos. Un dolor punzante atraviesa mi nuca por haberme quedado dormido en una mala postura. Los rayos del sol están más altos de lo que esperaba. Llevo la mano a mi pecho, al lugar exacto donde me duele cada vez más.

Ha pasado una semana desde que nos separamos.

Cuando el helicóptero dejó de ser visible para mí, Bjorn llegó a mi lado. Lo siguiente que recuerdo es que volví a la mansión de Massimo y arrasé con todo hasta que su padre logró calmarme.

No estoy seguro de si sobrevivió, pero logré que lo exiliaran del poder. Tampoco tenía tiempo para perder con él. Mi prioridad es Ángel.

Nuestros helicópteros siguieron a su pequeño ejército sin mucho éxito durante toda la noche.

El daño vino después.

Cuando Vincent entró por la puerta con noticias para nada agradables. A tres horas de distancia en la mañana del día siguiente, encontraron el helicóptero donde viajaba Ángel hecho pedazos. Había restos de lucha, una cantidad impresionante de casquillos de bala y signos de llantas derrapando en el asfalto.

Lo único válido que encontraron en la escena del crimen fue un pequeño botón de hierro con una serpiente gravada sobre el desgastado metal.

Sigo teniendo el metal entre mis dedos.

Al día siguiente Ronan me llamó, las drogas habían empezado a llegar al mercado, pero estaban en Nueva York también. Provocando una crisis que pedía mi colaboración con urgencia. Políticos, dueños de diferentes territorios a mi cargo e incluso el jefe de policía estaba pidiendo mi regreso.

Envié a Bjorn en busca de cualquier indicio de Ángel mientras yo volvía a Nueva York.

Y más problemas llegaron a mi ciudad.

El círculo dejó un mensaje muy claro.

Han dejado de jugar, el telón ha caído y están disparando contra todo aquel que se pone por delante en busca de su líder perdida. Las muertes se cuentan por centenas. Clanes enteros han ardido vivos, aquellos que estaban solos ayer, hoy ya no existen.

Vagos recuerdos viajan a mi mente de tanto en tanto.

Cómo Sebastian intentó a apuñalarme y esa pelo negro que parecía demasiado inocente para romper un plato, salvó mi vida. Los lamentos de Bjorn cuando su mujer se marchó resuenan como un eco lejano de mis propios lamentos en mi cabeza .

En ese helicóptero, había sangre de Ángel, pero también de Alice, por eso el se está volviendo loco revolviendo cada clan que encuentra en busca de respuestas. He estado negando la verdad ante mis ojos demasiado tiempo.

La razón por la que Bjorn conoce exactamente dónde buscar es clara. Él leyó el informe completo sobre Ángel. Sobre su procedencia.

Yo lo hice anoche, y por primera vez mi sueño cambió.

Pensé que no lo necesitaría porque iba a recuperarla, pero me vi en la necesidad de conocerla realmente. Debería matarla. Lo mejor para mí sería acabar con ella. Robó cargamentos, me estafó y ha recorrido todas mis cuentas bancarias, logrando robarme gran parte del dinero. Nadie se ha atrevido a tanto. Y de nuevo tampoco podría tocar un solo cabello de su cuerpo porque sigue siendo mi mujer.

Sumisa ©Where stories live. Discover now