Capítulo 100

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NARRA ZULEMA

Joder, nuevamente esta tía y esta vez no era mi imaginación ni mis estúpidos celos, bueno, sí lo eran estos últimos, pero con justa razón. La hija de puta de la rizos le estaba mirando el trasero a mi rubia, lo hacía sin algún descaro ni temor a que yo estuviese al frente mirándola, y de eso se había dado cuenta su otra amiga, la hija de Castillo, así es que aquí no podía ser yo la que me esté inventando la historia.

Sujeté fuerte la cintura de la rubia y la giré hacia el otro lado, siendo yo ahora quien le de la espalda a la negra esa.

- ¿Zulema?

Tenía que concentrarme y evadir cualquier pensamiento que se me siga viniendo sobre la mirada de Kabila a la rubia, pero tampoco me quedaría tranquila con lo que acaba de presenciar.

- ¿Qué pasó?.- me sonrió.

- ¿No crees que ya hace algo de frío como para seguir en la piscina o con la ropa de baño mojada?, mírate.

- No, mírate tú .-se soltó de mi agarre y empezó a acariciarme los brazos.- Te he mojado toda, ¿Por eso te pusiste a temblar así?

- No.- pensándolo bien era un buen pretexto.- Digo, sí, tengo algo de frío, ¿vamos adentro?.- la tomé de las manos.- Dile a las chicas que vayan adentro a cambiarse.

- Vale, ahora vuelvo.

- Espera, te acompaño y así las saludo mejor.

- Vamos. ¡Muchachas!

- Rubia, ¿qué haces afuera?.- rizos nadó hacía la orilla.- Vente al agua.

- Ya hace algo de frío, no se si lo notas.- me adelanté en responder.- ¿Por qué mejor no se cambian y le piden a Altagracia que les prepare algo?

Tomé una de las toallas que estaban cerca mío y la estiré al aire para cubrir a la rubia con ella.

- Gracias, amor.- Macarena me dio un beso en la mejilla.- Zulema tiene razón, vamos adentro.

- ¡Ay, no! Que aburrido.

- Sí, vamos adentro.- se acercó Yolanda.- Rizos vamos que si sigues bebiendo en la piscina terminarás ahogada, tía.

  - Pff, otra aburrida.

-Bien, las vemos adentro. Pueden usar los baños del primer piso.

Toqué el hombro de la rubia para indicarle que ingresemos a la casa. Al girar hacia la entrada, miré a la tía de caballo frondoso, esperando que interpretara correctamente mi mirada. Podía tratarse de algo a causa del alcohol, es lo que quería creer, porque de lo contrario se estaba metiendo en grandes problemas. No solo por poner sus ojos en mi rubia, sino por engañar a la gitana.

- Ya vamos, gracias.- escuché hablar a la hija de Castillo.- Rizos, deja de tomar, joder.

Subí junto a la rubia a mi habitación y mientras ella buscaba algo por ponerse, le preparé la bañera para que pudiera ducharse con mayor comodidad.

- Zulema.

- Listo.

- ¡Ay! Pero mira que tierna se pone mi pequeño escorpión.- enrolló sus brazos en mi cuello.- Gracias, bebé.

- Anda, báñate de una vez para que bajes a cenar. Iré a decirle a Altagracia que prepare algo ligero.

- ¿No entras conmigo?.- me sostuvo de la mano para evitar que me fuera.- ¿eh?, ven. Tú también necesitas relajarte.

- No rubia. Ando en mis días y como que no estoy muy cómoda.

- Mmm bueno.- me dio un corto beso.- Ya bajo dentro de unos minutos.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Where stories live. Discover now