Capítulo 81

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NARRA MACA

La cena había transcurrido de manera increíble, no podría decir exactamente las horas que pasamos en nuestra pequeña velada, hasta cuando el metre del restaurante nos avisó que estaban a punto de cerrar, alli fue que nos dimos cuenta de las tres largas horas transcurridas. Es que el tiempo con Zulema era incalculable, las manijas del reloj podían girar incansablemente una seguida de otra, sin macar algún tiempo en específico porque simplemente estábamos en una constante hipnosis la una con la otra.

- Shh, amor. Vamos a despertar a tus vecinos.

- No me importa jaja.- reí absurdamente, debían ser las copas demás que hacían efecto en mi organismo.- Ellos siempre me han hecho pasar mala noche con sus fiestas.

- Princesa, estás tomada jajaja.

- Eso no es cierto.- puse la llave en el cerrojo y abrí la puerta del departamento.- ¿Ves?.- levanté victoriosa ambas manos.- Si estuviera mareada no podría haberlo hecho.

- Punto para la rubia.

- Además.- me acerqué a ella tomándola del blazer blanco que llevaba.- Así estuviera ebria o lo que fuera, te seguirías viendo hermosa ante mis ojos.

Jalé de ella hacia adentro del departamento y empecé a besarla. De una patada a la puerta, la morena cerró esta y siguió el beso con mayor intensidad, llevando una de sus manos a mi cabeza para profundizar nuestra unión, mientras y dejaba su otra mano  en mi trasero.
Raramente no sentía alguna molestia porque ella me tocara de aquella manera, sabía que era Zulema, mi morena, quien nunca sería capaz de hacerme daño.

- ¿Todo bien?.- susurró rosando mis labios.

- Sí.- respondí entrecortadamente.- Quiero hacerlo... Solo contigo.

- Te amo, rubia.

Su boca volvió al ataque de la mía, pero esta vez liberando su agarre en mi cabeza, para tomarme con ambas manos del trasero y levantarme enroscando mis piernas al rededor suyo. Sentí que íbamos avanzando hacia alguna parte, debía ser hacia mi habitación porque tras unos segundos se detuvo y volvió a hablarme.

- ¿Está...?.- tomó un poco de aire.- ¿...con cerrojo?

- Tonta... ¿Para eso te detienes? Solo intenta abrirla.

- Calla, rubia tonta.

No dejé que dijera algo más y tomé su labio inferior entre mis dientes, jalándolo hacia mí para profundizar el beso. Escuché un leve sonido que parecía ser el abrir de la puerta y tras unos pasos más, me dejó sentada al borde de la cama.
La vi pararse y quedarme mirando con los brazos a los costados, no entendía lo que estaba haciendo, tal vez se arrepentía de esto y creía que aún no era momento de seguir avanzando tan rápido a pesar de haberlo hecho aquella vez ya hacia hace más de un mes. Iba a hablar para decirle que no tenía por qué temer, cuando la vi empezarse a desvestir. Era todo un espectáculo para mis ojos, ver a la mujer de mi al frente quitarse prenda por prenda sosteniéndome una mirada que parecía estar retándome a algo. Muy atenta a ello, mis ojos decidieron comprar aquel contacto para seguir el recorrido de las manos de mi morena. Iban por todas partes de su cuerpo, tomándose su tiempo para deleitarse a ella misma. Ella era consiente que todo eso causaba en mí un estremecimiento indescriptible, no había forma de describir todo lo que sentía con Zulema, así no estuviera conmigo, cada vez era algo distinto a lo que antes pudiera haber experimentado. Finalmente dejó de moverme, quedándose apenas en ropa interior, una trusa y brazier negro que mostraba su buen gusto hasta en lo más mínimo. La vi mostrarme una sonrisa seductora. Ya lo había dicho, en Zulema no hay nada que llegue por casualidad, esta mujer siempre tenía todo premeditado.

Bajo hipnosis (Zurena AU)Onde histórias criam vida. Descubra agora