capitulo catorce.

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—Así no es como funciona —lo contradije.

—¿Por qué? ¿Crees que debe llegarte una invitación sellada a tu casa, con tu nombre? —metió sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans con actitud despreocupada. —Esto es la preparatoria Jena.

Sopesé la idea durante un momento mientras me mordía la parte interna de la mejilla.

—Nadie sabrá quién soy —dije por fin.

—¿Esa es tu excusa? —parecía que iba a volver a estallar en carcajadas. —Nadie sabe quién es la mitad de los sujetos que van.

—Además, creo que saldré con mis amigas —solté sin más, cuando una voz a mis espaldas me llamó.

—Pues claro que saldrás con nosotras Jena —me giré para ver a Alex sonriéndome, con su mochila al hombro.

Volví mi mirada a Steven, “ya lo ves”, quise decirle.

—E iremos a la fiesta —¡¿Qué?!

—¿Alex? —¿Algún alien la había autopsiado?

—Jena, no vamos a ser adolescentes para siempre, cuando tengamos treinta no podremos ir a fiestas como ahora, seremos como esas señoras a las que alejan del grupo como si fueran la peste negra —miró a Steven en busca de refuerzos.

—Además, solo estaremos en el bosque, no habrá nada más, lo prometo —batió sus largas pestañas caídas.

Ambos me miraban y estaba acorralada, mi suspiro fue la respuesta, y ellos chocaron palmas celebrando frente a mi cara.

.

—Esas canciones me deprimen —dije mirando a Rachell a mi lado, tarareando las canciones de Taylor Swift.

—¿Estás loca? Todas las chicas aman estas canciones —mi amiga se cruzó de brazos.

—Solo porque son pasivo-agresivas —dijo Steven desde la parte de atrás del auto.

—Algunas somos más una cosa que otra —Emil hablaba juguetonamente acariciando el hombro de Alex.

Miré por el retrovisor cómo Steven las veía con algo muy parecido a la curiosidad. Supe por su sonrisa de lado que diría algo inadecuado, pero lo corté.

—Steven, aun no entiendo qué haces en mi auto —encendí las luces, estaba anocheciendo y pronto era la salida al bosque.

—Me llevas a una fiesta —me miró con ojos muy abiertos, como un cachorro que espera la recompensa por algo bien hecho.

Quise golpearme el rostro con la palma de la mano pero no podía despegar la mirada del camino.

Mis amigas rieron un poco.

—Es tan tierno —sin duda mi copiloto estaba de acuerdo conmigo en lo que al cachorro se refería.

—Solo digo que tienes tantos amigos que podrían llevarte.

—Todos van con sus parejas —se hundió en el asiento. —No quería hacer mal tercio.

—Y preferiste venir aquí a hacer mal quinteto —ironicé mientras miraba a mi amiga. Rach no había pasado por alto ese comentario sobre que todos llevaban a sus novias, Jeremy le había dicho que la vería allá, sin duda no era el desplante mundial pero la había herido.

—Bien, me atrapaste —se inclinó hacia delante. —La verdad es que quería pasar más tiempo contigo —y pasó sus largos brazos alrededor de mi asiento para tocar mis mejillas.

—¡Aléjate! —chillé, haciendo zigzaguear el auto. —¿Nunca te explicaron no molestar al conductor? —mi cara estaba sintiéndose acalorada.

No te despiertes.Where stories live. Discover now