Inigualable [WS]

CAPÍTULO 111

Uno de ellos sintió el viento helado martillando en su cabeza y hubo un dolor agudo en su nariz. ¡Había cuchillos emergiendo hacia arriba desde el suelo, cortando un pedazo de carne de la punta de su nariz y causando que la sangre goteara!

Inmediatamente, Feng Xiao tocó los meridianos del guardia para detener el sangrado, utilizando la antorcha para echar un vistazo más cercano.

—No hay veneno.

Una herida sangrienta como esa realmente era espantosa. Afortunadamente, todos habían traído medicina para las heridas de cuchillo. El otro guardia Zuoyue se apresuró hacia el frente para vendar a su compañero, pero desafortunadamente, incluso si la herida sanaba por completo, una parte de su nariz estaría desaparecida.

—Pueden descender la montaña por el momento, espérennos afuera —Cui Buqu dijo.

El guardia Zuoyue herido estaba indispuesto.

—¡Comandante! ¡Esta pequeña herida exterior no afectará mi desempeño!

Feng Xiao no se unió a su conversación. Se arrodilló a medias y miró el cuchillo de hoja afilada que estaba introducido a media pulgada en el suelo de piedra y dijo con curiosidad:

—El borde afilado de este cuchillo debería haber sido moldeado por métodos antiguos. En nuestro camino a la salida, recuérdenme llevar esto de vuelta y hacer que forjen uno nuevo, garantizo que será aún más eficiente que la que Fo Er tenía. Sin embargo, ¿cómo sabías que esto era una trampa?

—Estos ladrillos no lucen muy diferentes de los otros, pero en realidad, hay una diferencia en su desigualdad. De hecho, hay un patrón regular que es recurrente —Cui Buqu también caminó hacia ahí, estirándose con una mano para presionar en la cima de un ladrillo con patrones de lotos gemelos, antes de presionarlo hacia abajo lentamente y dibujarlo al estribor—. Mira. Comenzando en esta pieza y en todo el camino hasta aquí, se aplana gradualmente. Cuando llega aquí, la altura se revierte a la anterior. Tócalo.

—No voy a tocarlo —Feng Xiao dijo—, el suelo está sucio, estoy bien escuchándote hablar.

Cui Buqu:

—...

Suavizó silenciosamente una vena verde que estaba estallando de su frente y concluyó con tranquilidad:

—He visto esta clase de artes ocultas anteriormente. En cuanto al patrón, era para advertir a su propia gente de evitarlo, sin embargo, al ser infiltrados, habrían caído por esto.

Feng Xiao agitó su abanico y dijo:

—Las configuraciones del cincelado en estos ladrillos son increíblemente complejas. ¿También era para desviar a los infiltrados?

—¡Así es! —Cui Buqu dijo impacientemente—. Este lugar está muy helado, ¿puedes no agitar tu abanico?

Feng Xiao observó que su rostro estaba pálido como la nieve y sacudió su cabeza mientras decía:

—¡Ahora, todavía hay tiempo para que hagas tu camino hacia afuera!

Incluso si decía estas palabras, todavía mantuvo alejado su abanico.

Había un sonido de gotas de agua salpicando sobre sus cabezas, la llovizna caía a través de la niebla.

Una vez que la niebla se acercó a Feng Xiao, fue repelida por una forma de energía disforme. Sus ropas ni siquiera atraparon un poco de humedad.

—¿Llovería en la cueva? —Él se empujó por medio de la niebla con su abanico—. ¿No hay veneno?

Cui Buqu negó con su cabeza.