No cuelgues los guantes

30

Último Capítulo:

Paige:

Siento el agua caer contra mi rostro y luego la herida de mi labio arder cuando el líquido ya me ha abandonado, respiro profundo y me alcanzan el bote vacío, me enjuago la sangre de la boca y Dex le regresa a Todd el recipiente.

—¿Me ves?

—Lo hago, Dex.

—Está cansada.

—Como yo.—Admito, veo a mi contrincante agitarse.

—Las dos son resistentes, por eso el asalto acaba en el 10.—Me anuncia y sonríe.—O seguirán haciéndose daño...—Dex encoge los hombros.—Estoy muy orgulloso.

—Paige..—Max se coloca a mi lado, fuera del cuadrilátero.—Solo faltan dos asaltos.

Asiento con la cabeza.

La campana suena en el penúltimo asalto, doy todo de mí, golpe con golpe. Arrincono a QUEEN contra la esquina y reparto golpes, uno a uno, izquierda, derecha.

A las costillas y un golpe frontal contra el rostro.

—¡Siii!

La multitud estalla y mis compañeros gritan, QUEEN cae y tengo ganas de caer también.

El conteo empieza.

—Creo que no necesitaremos un Round 10.—Anuncia uno de los presentadores.

Queen se apoya con sus guantes contra el suelo, su entrenador le grita, con ambas manos alrededor de la boca.—¡LEVANTATE, CAROLINE!

Tomo respiraciones cortas, al igual que yo. Siento calor emanando de cada poro de mi cuerpo, el sudor se resbala por mi piel y mis heridas, pruebo su sabor salado y sacudo la cabeza preparándome para recibir su regreso.

Se levanta y me provoca, insistiéndome continuar. Esquivo tres golpes y otro me da en el estómago, retrocedo cuando aprovecha para desquitarse el golpe frontal que le di, con uno en la mejilla izquierda.

Caigo contra las cuerdas, me tambaleo y otro golpe me proporciona en la cara, esta vez soy yo la atrapada contra la esquina y QUEEN no deja de arremeter.

Siento su furia, su poder y sus deseos de ganar.

Ella deja de avanzar cuando el réferi detiene la pelea.

—¡A tu esquina!

Mierda.

Cojeo como si me hubieran golpeado las piernas, llego a mi sitio y trato de sentarme en la banca.

—¡Déjame ver ese ojo!.—Me pide Dex. Hace señales con las manos y las aparto.

—Estoy bien...

—No dejes que te atrape en la esquina, Paige.—Escucho decir a Todd, es fácil decirlo, pero sé que es mi culpa y me descuide.

Estoy a punto de colapsar, un par de golpes más y...

—Paige...—Escucho la voz de Dex.

Levanto la mirada que tenía sobre el suelo, su rostro apenas lo veo.

Él sonríe.—¿No es fácil ser una Tucker, no?

—Cierra la boca, Dex.

A mi lado Max se ríe.

—Escúchame...—Me toma de los hombros.—Estoy orgulloso, pase lo que pase.

—Ya lo dijiste.

Su sonrisa se mantiene.—Entonces también debo decir que tu camino recién empieza esta noche.—Continua.

Dex niega y con los ojos en mí, agrega: