No cuelgues los guantes

23

Paige:

—¿Estas segura?. —Me pregunta Max mientras acomodo mis talones dentro de los zapatos. Yo asiento con la cabeza.

Max se encuentra sentado frente a mi.

—Tu madre me escribió esta mañana, dijo que puedes quedarte aquí...

—Lo sé, pero debo solucionar esto.. —Paso saliva. —No tengo el apoyo de papá y de mamá si, papá está enojado conmigo, pero no voy a dejar que ella y papá terminen mal por mi culpa.

—Paige.

Me termino de acomodar los talones y me inclino, colocando mis manos en sus hombros y estampando mi boca sobre la suya.

Max me devuelve el beso, con calidez y yo me aparto.

—Estaré bien.

—¿Quieres que te lleve?

—Gracias, amor.

(***)

La cara de Nana lo dice todo y las sábanas en el mueble también.

Papá no durmió con mamá.

—¿Dónde está papa, nana?

—Se fue a entrenar temprano, mi niña.

Tomo un respiro.

—¿Y mamá?

Hace un gesto en el segundo piso.

—Jeremy está en casa de uno de sus amigos y tu madre está con visita.

¿Visita?

(***)

—¿Tía Lu?. —Pregunto ingresando a la habitación de mamá, la amiga de mamá quien nos envía regalos de cada país que visita en sus giras de ballet esta aquí.

Ella se levanta y se acerca a mi, rodeándome con un abrazo, mamá sonríe.

—Tía Lu... ¿Qué haces aquí?

—Estas enorme... y fuerte.. —Ella sonríe. —¿Tu madre no te dijo?

—Es sorpresa, Lu.. los estudiantes no pueden saberlo.

Arqueo una ceja confundida.

—Tonterías, es mi sobrina y ... tu hija.

—Con mayor razón, soy la directora. —Le recuerda.

Tía Lu encoge los hombros. —Seré una de las coreografías del recital de aniversario.

Abro mucho los ojos. —¿Dirigidas el lago de los cisnes?

Hace una mueca. —Junto a Alexis.. si.

Mamá rie, si bien mamá y la profesora Alexis dejaron atrás sus diferencias, Tía Lu sigue sin agradarle del todo.