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Paige:

¿Ese hombre es mi abuelo?

El hombre con el que no he compartido ningún lazo cercano mantiene los ojos sobre mí un par de segundos más, para luego apartarlos y no volver a mirarme.

Una sensación extraña se acumula en mi pecho y mi vista se agudiza, los ojos me tiemblan mientras lo veo intercambian una discusión calmada con mi abuela, pero mis oídos no escuchan por completo.

El hombre se encuentra reacio, viene en mi dirección luego de abrir la puerta trasera de su coche y pasa de largo. Me quedo sin saber qué hacer, que decir.

He querido conocerlo toda mi vida y...

Regresa llevando la caja con el televisor dentro, lo sube al coche y cierra la puerta.

—Vámonos. —Es lo único que escucho.

La abuela se despide de su amiga y viene en mi dirección. Me acaricia el rostro y sonríe.

—Gracias por acompañarme, Paige. Espero que tu cita no haya sido aburrida por culpa mía.

—No lo fue. —Le asegura Maximiliano, la abuela se siente feliz.

Ella pone la mirada en Maximiliano. —Cuento contigo para que la lleves sana a casa.

—Lo hare. —Le promete.

La abuela se marcha, subiendo al coche de ese hombre. Ellos se van y él no ha sido capaz de decir nada.

No ha podido darme ni un saludo.





(***)





—Paige...

Parpadeo al escuchar la voz de Max, me giro en su dirección, sujetando el cinturón de seguridad contra mi pecho.

—Ya llegamos.

Volteo la cara hacia atrás, fuimos primero a la casa de su abuela. ¿Tan rápido hemos llegado? Ni siquiera lo note.

—Si.. —Separo los labios y me quito el cinturón. El hace lo mismo, peor no bajo, me quedo dentro del coche.

He visto a mi abuelo.

¿Cómo se lo diré a mamá?

—¿Estas bien?

Niego despacio.

—¿Por ese hombre...?

Parpadeo confundida y lo miro. —Es la primera vez que lo veo. A mi abuelo... Yo no lo esperaba.

El me escucha en silencio.

—Creo que esperaba esto mucho tiempo, pero no así. —Digo aun sorprendida. —Mamá y el... creo que no se llevan bien y ahora lo he visto, pero no ha sido... él no ha sido capaz de decirme nada.

—Paige...

La vista me arde.

Cada navidad, cada día del padre... esperaba verlo y nunca fue así.

Y ahora que por fin lo tuve frente a mí, me congelé y no solo eso, él me ha ignorado.

¿Cómo se supone que tome esto?

No cuelgues los guantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora