➹Capítulo Tres.

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Jungkook se encontraba en el ascensor de la empresa, por casualidad se había encontrado con su jefe. Ambos estaban callados, pareciese que Jimin olvidó todo lo que paso la noche anterior ya que ni se inmutó por la presencia de Jungkook.

El menor agradeció internamente por esto, ya que lo único que deseaba era una relación normal jefe-empleado. Las puertas se abrieron y Jungkook salió detrás de Jimin, dirigiéndose a su puesto.

Saludó a HaeSo y a otros trabajadores que se encontraban allí mientras Jimin entró a su oficina ignorando a todos.

—¿Qué pasó con el jefe después de que ayer se fueron juntos? —dijo HaeSo en un susurro, mientras hacía una sonrisa pervertida.

—Nada, sólo fui con él a firmar un contrato.

—¿Así tan fácil? —la sonrisa de HaeSo se ensanchó—. Sabes, después de hacer mi entrevista de trabajo, el Sr. Park tardó días en contratarme —Jungkook subió los hombros, haciéndose el que no sabía nada y se puso a trabajar. Para ser su primer día, tenía bastante trabajo, pero nada que no pudiera acabar en unas horas.

—Jungkook, necesito que vengas a mi oficina —escuchó la voz de su jefe desde dentro. Pasó saliva y con pasos inseguros entró.

No pasó ni un segundo, cuando Jimin ya lo tenía acorralado en la pared. Trató de besar a Jungkook, pero este lo empujó de una manera suave.

—U-usted —tartamudeó—. Prometió que esto jamás volvería a pasar.

—Jamás dije eso —susurró y se pegó a él, dándole un abrazo—. Además, me encantó lo de ayer.

Jungkook sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo. Se separó del abrazó y cohibido salió del lugar, esperaba no ser despedido por eso. Se sentó en el escritorio y siguió trabajando.

Las horas habían pasado, Jungkook apenas terminaba de llenar documentos. Se levantó y le dijo adiós a los pocos empleados que estaban ahí. Salió de la empresa, y se encontró con la sorpresa de que Jimin platicaba amenamente con otro hombre. Le restó importancia y trató de caminar lo más rápido posible.

—¡Espera Jungkook! ¿Ya te irás? —su jefe gritó haciendo que el nombrado se detuviera. Se dio la vuelta, y evitando ver su cara asintió. —¿Quieres que te lleve?

—No gracias, sé llegar solo —trató de sonar lo más amable posible—.
Además, está muy ocupado, me voy.

Antes de seguir su camino, le dio un vistazo rápido al hombre con el que Jimin hablaba. La verdad era muy guapo, no conocía para nada  a Jimin, pero Jungkook podría decir que esa persona era el tipo de Jimin.

Se frotó los ojos y alejó cualquier pensamiento de su mente. No le faltaba mucho para llegar a su apartamento, una ventaja de trabajar en la empresa de los Jeon era que estaba a unos minutos de donde él vivía. Habría sido una tontería si Jimin lo hubiera llevado.

Puso sus llaves en una mesita colocada en la entrada de su departamento. Encendió la luz y se dirigió a la cocina, estaba que se moría del hambre. Abrió el refri y presenció algo de lo más horrible; no había comida. Se maldijo al haber olvidado hacer las compras, aunque aún así el dinero no le alcanzaría para mucho.

Salió de su casa tomando sus llaves y billetera. Caminó por las calles hasta toparse con un nuevo restaurante, la curiosidad lo invadió así que decidió entrar. Tal vez haber entrado a ese lugar fue su peor error. 

Contratado. (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora