—¿Sabes que es la primera vez que tengo a mis nietos y a mi hija durante tanto tiempo?. —Me pregunta la abuela. —Es lamentable que sea en estas condiciones.

Trago saliva.

—Abuela...—Dejo de endulzar la jarra y pongo los ojos en ella. —¿Tú crees .. crees que mamá y papá...?

Antes de completar la frase, ella niega.

—No, claro que no... tu padre está loco por tu madre, el jamás dejara que se vaya de su lado y el sentimiento de tu mama por él es tan fuerte como el suyo... admito que al principio lo dudaba, pero ya no tengo ninguna ahora.

—Papá tampoco te agradaba.

—Nunca había sido el partido que esperaba que tuviera mi hija, pero Amy lo eligió... aprendí a aceptarlo, Paige.

Me muerdo los labios.

—Mi amor, ya verás que todo se solucionara.

Asiento aguantándome las lágrimas, me las limpio con los nudillos antes de que caigan.

Y sonrio, ya no quiero llorar.

—Le diré a mamá que vengamos a visitarte más seguido.

—Eso estaría increíble, Paige.




(***)




La abuela y yo dejamos la canchita junto a los vasos de limonada sobre la mesa central de la sala, ubicada entre los muebles.

La pelea ya ha empezado y papá tiene la delantera. No me siento porque siempre me pongo nerviosa, pero me coloco detrás del mueble y apoyo los codos en las cabeceras.

Ron "The Machine" Tyson es el contrincante de papá, peso pesado, repleto de músculos y tatuajes en un solo brazo, al igual que en una sola pierna, todo, como su mismo nombre lo dice, es una maquina sobre el cuadrilátero.

He visto las pelas de neoyorquino, no siente remordimiento al golpear a sus víctimas, fracturar o lesionar cada musculo con sus puños letales. Es violento y parece que el box es más una forma de sacar su ira acumulada, que un deporte que ama hacer con pasión.

Papá lanza un gancho y la maquina retrocede. Empiezan esquivando golpes y luego de un golpe frontal, papá lo hace retroceder.

—¡Bien!

¿Ese ha sido el abuelo?

El carraspea. —No dije nada.

Siga con la mirada sobre el periódico. Y todos volvemos a observar la pelea, mamá tiene abrazado a mi hermano, mientras el simula los golpes de papá en el aire y le grita que puede.

Sonrio y por dentro hago lo mismo, pero entonces el cae.

Papá cae contra el cuadrilátero.

—¡KING HA CAIDO, KING HA CAIDO!

La multitud enloquece, no cree lo que ha visto y no por la caída, sino la fuerza que ha usado la máquina para casi noquear a papá con un solo golpe.

Levántate...levántate...

El conteo inicia, la táctica de papá al respirar y levantarse a los últimos números antes de conteo hasta diez acabe, la realiza y todos la igual que el réferi cuentan sabiendo lo que se viene.

Papá se levanta, alza los puños y le hacen un examen rápida a la vista, pasando los dos dedos al frente. Tiene sangre en el rostro y apenas mamá lo ve se levanta.

Sale de la sala y comienza a caminar detrás de los muebles, con la mano en el vientre.

—Mamá...

—Estoy bien. —Me asegura ella.

Le creo y vuelvo los ojos a la pelea, La máquina y papá se dan golpe tras golpe, resisten, caen y se levantan, el cuadrilátero se llena de su sangre y el rostro de ambos están casi irreconocibles.

Observo a mamá se ve ansiosa y adolorida, no deja de sujetar su pecho.

—Mamá...—Intento hablar, pero sus ojos siguen en frente.

La pelea sigue y papá vuelve a caer, mamá se acerca al mueble, junto a mí.

King...

Papá no es de perder, se levanta y hubiera preferido que no lo hiciera, apenas puede moverse y el gancho que conecta contra sus costillas lo hace caer otra vez.

No...

—¡KING HA VUELTO A CAER!. —Las personas alrededor lucen confundidas y preocupadas, quiero que todas esas personas se muevan.

No sé.

¡No se esta moviendo!. —Solloza mamá.

—Amy, cariño. —La abuela va detrás de ella y le cubre con los brazos, siento la misma preocupación. —Tranquilízate, estas embarazada.

Mamá, King no se mueve...

Los paramédicos auxilian a papá, mientras la maquina celebra. Mamá llora a mi lado y hasta el abuelo la socorre.

Papá ha perdido y eso es lo que menos me importa ahora, cuando lo único que quiero es que reaccione y escuchar otra vez la palabra "Muñequita" salir de sus labios.

Los ojos se me llenan de lágrimas, mi hermano esta igual de preocupado que yo, mientras el llanto de mamá no para.

Papá sigue sin moverse. No lo hace.

No cuelgues los guantesWhere stories live. Discover now