Se vuelve hacia mi.

—Me pregunto como hubiera resultado un enfrentamiento entre nosotras...—Pronuncia manteniendo esa sonrisa, aunque a diferencia de muchas, como Helena, no denota arrogancia.—¿Estaríamos las dos en la convocatoria, Paige?

Hago una mueca.—Supongo que lo averiguaremos ese día.

Dannae sonríe.—Te veo después, Dinamita Roja.

Camina de regreso a su saco de boxeo y yo me dirijo al mío.



(***)



Un golpe  y luego doy otro. Mis puños se fortalecen y el saco de boxeo se tambalea, separo los dedos y sacudo, enseguida vuelvo a cerrar los puños y apretar para seguir con los golpes.

Alguien detiene mi saco de boxeo y la imagen de Gleen aparece detrás de el, arruinando mi practica.

Retrocedo con los puños arriba.

—Te esfuerzas más de lo habitual... ¿Se debe a algo?

Quito las ventas que cubren mis nudillos y me dirijo a la silla de madera donde se encuentran mis pertenencias, abro el cierre de la bolsa y saco mi botellón de agua.

—¿Se te perdió algo?

Levanto la mirada y regreso a entrenar con el saco.

—Solo quería felicitarte.

Sonrio con ironía.

—Por ingresar a la convocatoria.—Me suelta con un tono serio.—Estoy siendo honesto.

Paro sujetando el saco y pongo los ojos en el.

—Gracias, ya te puedes ir.

—Cielos, Paige. Supéralo.

Alzo una ceja.

—Esta superado, no te equivoques.

—Si no fuera así no me tratarías con indiferencia.—Me contradice.—Si te cambie por Helena.

Arqueo una ceja fastidiada por el uso de palabras incorrectas, aunque sean una realidad.

—Ya termine con ella.

—¿Y esperas que yo haga que...?

—Podemos tomar un café o algo... ser amigos.

Me rio.

—Hablo en serio.

—No quieres ser mi amigo.—Respondo.

—Para ser honesto no.

Vuelvo a reír.

—Lo que quiero...

—Te importa estar con la mejor, es todo. Eso es lo que quieres, Gleen.—Le suelto encogiendo los hombros, su expresión se tensa.—Viste que Todd me selecciono para la convocatoria y Helena quedo fuera, solo quieren sentirte superior al estar al lado de la ganadora.

—Yo no...

—Y me halaga que todavía creas en mi, aunque lo dudaste una vez. 

Todo porque casi perdí.

—Pero no quiero tener esa clase de relación contigo.—Suelto.—Además... ya tengo a mi hombre.

Sus ojos se abren.

—¿Y quien demon...

Dejo de prestarle atención al ver a Max ingresando al gimnasio, sonrio encantada cuando sus ojos dan conmigo.

Los ojos de Gleen siguen los míos y luego regresan en mi dirección.—Debe ser una broma.—Ríe.—¿El aburrido contador?

Basta oír como se burla de el y mi puño ya ha golpeado en la cara.






(***)




—¿Entonces golpeaste a tu ex por...—Noto un tono celosito en su voz, mientras caminamos fuera del gimnasio tomados de la mano.

—No viene al caso. Solo olvidado.

—Difícil sacar de mi mente ese golpe que le diste.

Me rio y el vuelve a decir.

—Al menos no tendré que preocuparme de apartar a los tipos de mi novia, ella puede hacerlo sola.

Me detengo..—¿Novia?

Sus ojos lucen arrepentidos, como sintiera que lo hecho a perder.

—Max..

Sin embargo sus ojos obtienen confianza de nuevo.—Si, novia...

El corazón me da un salto.

—¿Quieres ser mi novia?

En lugar de una respuesta, se lo demuestro lanzándome a sus brazos con una sonrisa. Mis extremidades se cuelgan de su cuello y mi boca se presiona sobre la suya.

Maximiliano me devuelve el beso, mientras sus manos me sujetan la cintura.

Rompe nuestro beso.—¿Es un si? —Pregunta necesitado de una respuesta.—Necesito oírlo.

—Si.—Sonrio llenándolo de besos.—Claro que quiero ser tu novia.


No cuelgues los guantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora