24.

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[N/A: ¡Hola de nuevo! Espero que no me hayan olvidado :(♡]

-No hay forma de que me quede aquí. -dijo la castaña, negando con las pocas fuerzas que tenía e intentando levantarse, encontrando un obstáculo en el intento de hacerlo. Shawn.

-Mila, tranquila. -pidió el chico, observándola a los ojos, quienes amenzaban en soltar lágrimas en cualquier momento.

-Shawn, permiso. Me voy de aquí. -pidió la chica, aún medio ida, pero con su propósito fijo: irse de ese lugar donde querían colocarle inyecciones.

¡Sobre su cadáver lo harán!

-Señorita Cabello, no debe moverse o empeorará su esguince. -pidió el doctor pacientemente, observándola. La chica negó.- No me dejará otra opción que colocarle las inyecciones en contra de su voluntad. -repitió, teniendo experiencia en esos casos, mientras tomaba una inyección de su pequeña repisa llena de medicamentos y esas cosas, ante la atenta mirada de la castaña.

-No me dejaré poner ninguna inyección. -dijo, moviéndose de un lado a otro, tratando de evitar los brazos de Shawn quiénes la sostenían suavemente por los hombros, evitando que se mueva.

-No me deja otra opción. -dijo el doctor y, mirando al castaño como sostenía los brazos de la chica, hizo un ademán y en su hombro colocó la inyección que había tomado hace unos segundos, haciendo que la castaña suelte un grito y apriete los ojos, ante la preocupada mirada del chico.

-Tranquila... ya está... -le susurró lentamente, tratando de tranquilizarla, agachándose a su tamaño.

-Me duele... -comenzó a susurrar, dejando de apretar los ojos y abriéndolos, encontrándose con la mirada del chico.- Me due... -no pudo ni siquiera completar la frase y su cuerpo, que había estado totalmente rígido por sus intentos de evitar aquellas inyecciones, perdió fuerza al igual que sus ojos, quiénes se cerraron. Su cabeza del mismo modo, cayó en aquella camilla hacia un costado, quedando la castaña totalmente inconsciente y sin fuerza alguna en ella.

Shawn abrió mucho los ojos al verla así.

-Tranquilo, es solo un tranquilizante. -dijo el doctor, sacando la inyección del hombro de la chica y botando la jeringa en un bote de basura no sin antes quitarle la aguja y botarla en una caja.- Los uso en pacientes que no pueden cooperar en su tratamiento por algún trauma o miedo, como su caso. Claramente le tiene miedo a las agujas y lo que le iba a colocar no iba a ser nada fácil y no iba a cooperar. De esta manera será más sencillo.

-¿Se ha desmayado? -preguntó el castaño soltando los hombros de la chica, sin dejar de mirarla. El doctor negó.

-Solo está dormida, está relajada. Parece que no ha dormido bien desde hace un tiempo porque, como habrá observado, le hizo efecto al instante. Y de este modo, no sentirá el pinchazo de las agujas y podrá recuperarse antes. -dijo, agarrando otra inyección, dándole unos golpecitos. Shawn asintió y comenzó a acariciar el cabello de la chica.

Siempre le había gustado verla dormir. Le da tanta paz ver a la castaña así... tan tranquila.

El doctor, muy experimentado en esos temas, tomó el brazo de la chica y en su mano, volteándola, comenzó a palpar con sus dedos. Después de eso, tomó la aguja y la insertó en una de las venas de la chica, muy tranquilamente, vaciando el líquido dentro de su sistema, ante la atenta mirada del chico que sabía que Camila, si hubiera estado consciente, no hubiera aguantado eso.

Pobre.

Luego de unos segundos hizo lo mismo con el otro medicamento y, después, le colocó una especie de soporte en el tobillo donde estaba su esguince, muy profesionalmente.

Love me again. [Just Leave #3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora