Odio cuando las cosas se salen de mi control.

Lo odio.

He soportado demasiado como para que ella venga a robármelo todo.

— ¿Crees que puedo dejar que este hijo de puta viole a una mujer delante de mis ojos y no hacer nada?  — bramo.

No puedo controlarme, así que me desahogo propinándole una patada en las costillas a Asher. Se salvó la última vez después de violar a esa chica, no se librará hoy.

Los ojos de Alex me analizan mientras se acerca para obligarme a bajar el hierro, que ahora va perdiendo su tonalidad naranja a medida que se enfría.

Cabreada, arrojo la barra al suelo y tras una última mirada a Alex, le doy la espalda para acercarme a Alice. Jackson mira la escena, algo desconcertado.

— Bjorn no responde — jadea Alice, con sus ojos llorosos y aferrándose a mis brazos.

En mi garganta se forma un nudo que no puedo tragar. La hermana de Alice y ella estaban en la jaula frente a la mía, todavía recuerdo cómo me tiraba trocitos de pan en mis primeras luchas, intentando animarme, cómo cantaba para intentar relajarme.

La noche que se la llevaron, desconozco lo que le ocurrió, pero le prometí que cuidaría de Alice y no lo estoy haciendo.

— Jackson, llévate a Alice — le ordeno, intentando que mi voz suene dura.

Cuando se han marchado, me acerco a Bjorn y lo levanto, tomándolo en brazos me aseguro de que sigue teniendo pulso.

— ¿No piensas llamar a un médico? — demando en dirección a Alex.

— ¿Porqué demonios te preocupa tanto ese idiota?

— ¡¿Sí tenías intención de matarlo entonces porqué me lo entregaste?! ¡¿Así va a ser con todo lo que me entregues, acabarás arrebatándomelo al final del día?! ¿Qué es lo que ha hecho para que le hagas esto? — chillo — ¡Tú me lo entregaste para empezar! ¡Su vida es mía y no tienes ningún derecho sobre él! 

Alex tensa su mandíbula, un grupo de hombres entra detrás de él, supongo que porque han escuchado el escándalo.

— Llama a un médico y traslada a Bjorn a su casa — ordena en un tono de voz seco.

Suspiro cuando levantan a Bjorn del suelo y lo alejan de mí. Mientras él era torturado yo estaba bailando y borracha. Me repito a mí misma que no tengo la culpa de esto pero la verdad es muy distinta. Yo sabía que Alex podría darse cuenta algún día de que Ana estaba viva, pensé que para entonces estaría lejos de él pero sigo aquí atrapada.

No tendría que haber bebido pero no puedo soportar recordar que el aniversario de la muerte de mi madre está a la vuelta de la esquina, así que intenté sobrepasar la pena con una botella de alcohol y perdí el control. Clavo las uñas en el dorso de mi mano, recordándome que no puedo llorar o desmoronarme, no tengo permitido ser débil ahora y a cada segundo que pasa mis ganas de seguir interpretando el papel de la esposa de Alex se va consumiendo.

Me siento repugnante al recordar que tuve sexo con él solo para evitar recordar a Bastian o los problemas que se amontonan en mi cabeza.

Paso por su lado y el llama: — Ángel.

No pienso responderle. Solo sigo mi camino hacia los hombres que se llevan a Bjorn.

🥀🥀🥀

Alice está sentada en el sofá, esperando para que nos digan cómo está Bjorn. Sus ojos me miran.

— ¿No es peligroso revelarse así? — demanda.

Sumisa ©Where stories live. Discover now