Capítulo 44: Lluvia

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En el último episodio, cuando ambos se besaron, un torbellino que nunca antes había tenido se asentó en mi estómago. Y siempre pensé que ese tipo de magia solo podía ser ficticia. La intimidad a ese nivel lucía como algo muy foráneo para mí. No aspiraba a ello, pero sería una mentira si dijera que aquello no me intrigaba.

Sin embargo, después de haber tenido la experiencia de un beso forzado durante mi último año de secundaria, creí que el romance posiblemente era solo una ilusión. El asco y la vergüenza que me hizo sentir aquello solo me llevaron a la conclusión de que el afecto a nivel físico era algo que no podría adaptarse a mí nunca.

Pero mi primer beso con Kihyun no tenía ninguna comparación.

No existía una concepción que hubiera tenido en el pasado que se asimilara a la cascada de sensaciones que provocaron sus labios sobre los míos.

Cada vez que evocó ese momento, en la oscuridad de su auto, mi piel vuelve a cosquillear en las partes donde él me tocó. Al separarnos de forma abrupta, sentí el corazón resonar frenético en el interior de mi pecho. Sus manos aún sostenían mi cintura y mi mejilla, y yo no poseía la coherencia necesaria para hacer otro movimiento, porque su rostro seguía a unos centímetros del mío.

Ambos compartirmos el silencio, el único sonido que había alrededor era el de nuestras pesadas respiraciones.

El anhelo vehemente de sus ojos turbó los míos. Mi mente estaba completamente nublada, pero había algo que puedo recordar con precisión; lo que había en su mirada no era enteramente deseo... había algo más. Algo suave.

Un destello de inocencia.

Hubo un titubeo notorio después de eso, lo vi tragar saliva al bajar sus ojos hasta mis labios. Pero se quedó quieto.

Kihyun necesitaba un estímulo mío para saber que todo esto estaba bien.

Nada tenía sentido en ese momento. El pasado que compartíamos no cargaba con la más mínima importancia. Todas las cosas que habíamos hecho mal parecieron inofensivas. No podía haber una intención maliciosa dentro del pequeño mundo que habíamos creado para nosotros.

O al menos eso quise creer.

Sin detenerme a pensar por un segundo, mi mano sobre su hombro se aferró a la tela de su saco, y con el latido en mi garganta, me acerqué un poco más a él. Fue solo un minúsculo movimiento, pero debió haber lucido enorme para Kihyun. Porque enseguida sus ojos brillaron, separó ligeramente sus labios y eliminó la distancia entre nosotros. Pero no me besó.

Se inclinó lo suficiente para tocarme nuevamente, pero de una forma distinta. La punta de su nariz tocó la mía, y la acarició.

El corazón se me apretó cuando lo vi cerrar sus párpados con inquietud.

—Nabi... —repitió, en un susurro.

Parpadeé. El calor había subido hasta mi rostro, haciendo que perdiera instantáneamente cualquier pensamiento coherente que me quedaba. Con timidez, me acerqué más a él, y deposité un pequeño beso en la comisura de sus labios.

Fue como si mi pecho se abriera involuntariamente. Como si estuviera dispuesta a dejar fluir el espacio que había hecho en mi corazón para él. Estaba muy confundida y me había contenido tanto que mis paredes se fisuraron justo en ese lugar.

Quería a Kihyun. Lo quería muchísimo.

Sin parar un segundo para digerir esa verdad, escuché su aliento escaparse, y rápidamente él buscó mi mirada. No sé qué fue lo que vio pero, al parecer, fue todo menos duda. Su mano derecha me tomó del cuello sin vacilar y me atrajo de nuevo a él. Sus labios encontraron los mío una vez más, y respingué cuando apretó mi cintura.

from zero » yoo kihyunحيث تعيش القصص. اكتشف الآن