Capitulo 8

1.1K 159 208
                                    

―Wesley, ya dime lo que vas a hacer... que me está preocupando verte con esa sonrisa siniestra plantada en tu rostro.

Lo miré mientras le daba una mordida a mi almuerzo, ahí sentados en la cafetería, alejados y solos. Desde que regresé ha sido así, él y yo contra la mierda de la universidad.

―¡Deja de tragar y ya dime! ―se exaspera, quitándome mi sándwich y dándole una mordida. Yo empecé a reír, arrebatándoselo.

―Ya lo he pensado bien, sé lo que haremos―James asintió rápidamente, alentándome a seguir hablando―. No he actuado fríamente, he hecho todo con el coraje al momento y no me he detenido a pensar, y claramente las cosas no han salido a mi favor.

»―Los he tratado mal, contestado con insultos que solía usar o nuevos que se me ocurrían, dura y cruelmente, y claro que ellos han hecho lo mismo, pero no les afecta al punto de correrme. Aunque es claro, ¿por qué me correrían si les trato igual que siempre? No hay nada diferente, hay un punto en que las palabras hirientes dejan de afectar, dan igual. Así que es momento de darles algo que nunca hayan tenido, que no se lo esperen, quebrarlos y que me saquen.«

―¿Qué quieres decir con eso? ―cuestionó viéndome confundido.

―Atención, comprensión, hacerles saber que me tienen de su lado, y ya que el póster aclaraba que el grupo I sería el encargado de organizar el baile de Halloween...

―¿Lo piensas sabotear? Pero los directores... ―preguntó en un susurro, intuyendo y comprendiendo.

―Nunca sabrán que fui yo, me convertiré en el mejor aliado de ellos, así nadie podrá dudarlo―concluí con una sonrisa de oreja a oreja.

―Ellos sabrán que fuiste tú, Wesley... ―musitó James, inseguro.

―¿Te vas a arrepentir? Te gustaba hacer esto, admítelo. Será divertido y estaré libre de ese salón, no me puedo ver asistiendo lo que me resta de estadía en esta universidad.

―¿Es que no crees que estás llevándolo un poco lejos?

―No puedo irme, porque si me salgo de esas clases, ya no podré terminar la carrera aquí, ellos tienen que sacarme sin razones más que su incompatibilidad conmigo ―aclaré, levantando mi mano―. ¿Entras o no?

Sopesó su respuesta viendo mi mano estirada, pero al final, un poco nervioso, la estrecho con la mía, dando por cerrado el plan.

―¡Eso, hermano! ―exclamé eufórico, miré mi reloj y me levanté de la mesa―. Vámonos, tenemos clase.

Asintió, sumido en sus pensamientos y nos dirigimos a nuestros salones.

No sabía bien cómo haría que ellos confiaran en mí y que no se notara el repelús que me causaba estar cerca de ellos.

Así que, a fingir se ha dicho.

Tendré que ir en escalas, ir desde los menos importantes hasta el grupito y el jefe... Ah, y la colada. Él que menos confiaba en mí es Drew, así ganándome a los demás, caerá.

Entre pensamientos, ideas y planes fríamente calculados, terminaron las clases y yo caminé a ese salón. Cuando llegué, suspire dándome ánimos y entré sin tocar, sin embargo, para mi sorpresa en esta ocasión, el aula ya estaba llena.

―Así que regresaste ―dijo con disgusto Violeta desde los asientos de atrás, cuando entré completamente.

―Buenas tardes, compañera, qué bueno es verte hoy―comenté rígidamente entrando a mi papel.

Bien, tal vez exagere demasiado para ser el inicio.

Todos me miraron como si tuviera 3 cabezas y una cola. Abrieron sus ojos y boca al unísono que me hizo reír genuinamente, lo que causó que Caroline, dejara salir una exclamación sorprendida:

El club de los InadaptadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora